Tercer proceso penal contra Donald Trump: ¿por qué es el más grave de todos?

No una, ni dos, sino tres son las veces que Donald Trump ha sido acusado penalmente. Empezó con el fraude contable enmarcado en el caso de la actriz porno Stormy Daniels, y luego los cargos por los presuntos malos manejos de información confidencial del gobierno tras su salida de la Casa Blanca; en ambas ocasiones se declaró inocente.

No una, ni dos, sino tres son las veces que Donald Trump ha sido acusado penalmente. Empezó con el fraude contable enmarcado en el caso de la actriz porno Stormy Daniels, y luego los cargos por los presuntos malos manejos de información confidencial del gobierno tras su salida de la Casa Blanca; en ambas ocasiones se declaró inocente.

Esta vez, aunque en número la cantidad de cargos es menor (en comparación con los más de treinta en los procesos anteriores), es más grave. De hecho, es lo más grave de todo, pues lo que está en entredicho es el sistema político mismo, en palabras del profesor Alejandro Bohórquez-Keeney, de la Universidad Externado.

El auto de 45 páginas conocido ayer acusa al expresidente Donald Trump, quien aspira a llegar de nuevo a la Casa Blanca, de haber intentado revertir el resultado de las elecciones de 2020, en las que perdió frente al demócrata Joe Biden.

Desde que se conocieron los resultados electorales aquella vez, Trump, quien hoy es favorito en las encuestas para la nominación republicana para los próximos comicios, ha sostenido sin pruebas que el proceso electoral de hace tres años fue un fraude.

“La finalidad de la conspiración era invertir los resultados legítimos de las elecciones presidenciales de 2020 mediante afirmaciones falsas deliberadas de fraude electoral”, sostiene la acusación.

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En total se le imputan cuatro cargos: uno por conspiración para violar derechos, otro de conspiración para defraudar al gobierno, otro por obstruir un procedimiento oficial y otro por conspirar para hacerlo.

“Si las acusaciones son probadas, significa que un presidente de los Estados Unidos utilizó su poder para cambiar los resultados de la elección para mantenerse en el poder. Nunca hemos visto en nuestra historia un esfuerzo desde la Casa Blanca para cambiar una elección como en este caso”, opina Lawrence Gumbiner, exdiplomático estadounidense.

“Estos son los cargos en los que se le acusa de atentar contra la democracia de Estados Unidos”, explica, por su parte, la profesora de la Universidad de los Andes Sandra Borda. No solo es que este caso, por la naturaleza de la acusación, afecte más el interés público que los dos procesos anteriores, sino que está más atado a “su condición de candidato”, añade Borda.

Trump va por un segundo mandato y no hay nada en la ley que se lo impida. Esto, pese a que el comité de la Cámara de Representantes que investigó la insurrección contra el Capitolio en Washington el 6 de enero de 2021 (día en que se certificaría la victoria de Biden en las urnas) recomendó prohibirle a Donald Trump postularse de nuevo para ser presidente.

Dicha conclusión se debió al papel de incitador que, según el comité, tuvo el exmandatario en el asalto a la sede del Legislativo aquel día, hechos que dejaron al menos cinco personas muertas.

Para Borda, es inevitable que Trump salga debilitado, pues aunque siga en la carrera, en la que el otro favorito es el actual presidente, Joe Biden, tendrá que dividir su tiempo entre defenderse y hacer campaña.

Todos los analistas coinciden en que esta imputación no hará sino fortalecer a las bases más radicales seguidoras de Trump, cuya campaña, luego de la imputación, comparó este suceso judicial con el proceder del régimen nazi.

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“Sus bases no van a cambiar su intención de voto por esto; al contrario, seguirán insistiendo en que es una conspiración”, asevera Borda.

Sin embargo, por un lado, queda por ver la postura de los republicanos más moderados, de quienes se esperaría que se alejen para evitar un daño irreparable en el partido: tener un candidato imputado, y por un hecho tan grave.

Por otro lado, “el resultado va a girar con los votos de los indecisos, en la mayoría los independientes que no pertenecen ni al partido republicano ni al demócrata. Esos votantes pueden ser impactados por las acusaciones, y más aun si hay una condena contra Trump antes de la elección” de 2024, explica Gumbiner.

Los analistas coinciden en que es difícil prever lo que viene, pues Trump se caracteriza por ser impredecible. Lo que parece inevitable es que el expresidente volverá a ser candidato, pero para las elecciones queda más de un año y mucho camino por recorrer.

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