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Informaciones sobre una grabación en la que el presidente Michel Temer habría dado su aval a un esquema de corrupción removieron las aguas turbias de la política en Brasil. El jefe de Estado, de 76 años, negó tajantemente esas acusaciones, emitidas por el diario O Globo, las cuales podrían dificultarle aún más la tarea de obtener los votos necesarios en el Congreso para aprobar sus impopulares medidas de austeridad. (Lea: Tras escándalo de sobornos, internautas "vomitan" sobre perfil de Facebook de Temer)
Según el diario brasileño, Temer fue grabado por un importante empresario dando su aval al pago de sobornos para comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, encarcelado en el marco de las investigaciones de corrupción en Petrobras.
Temer se habría reunido el 7 de marzo con Joesley Batista, uno de los dueños del grupo que controla el frigorífico JBS, líder mundial de la producción de carnes. En el encuentro, Batista contó al mandatario que efectuaba pagos a Cunha y a su operador, Lúcio Funaro, también detenido, para mantenerlos callados, de acuerdo con el informe. Temer habría respondido: "Tienes que mantener eso [los sobornos]".
"El presidente Michel Temer jamás solicitó pagos para obtener el silencio del exdiputado Eduardo Cunha. No participó ni autorizó ningún movimiento con el objetivo de evitar delación o colaboración con la justicia por el exparlamentario", señaló un comunicado de la Presidencia de la República. La nota reconoce que hubo un encuentro con Batista en marzo, pero que no se discutió sobre nada que comprometiese "la conducta" del mandatario.
Temer y Cunha fueron los grandes artífices del impeachment que hace un año sacó del poder a la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), acusada de manipular las cuentas públicas.
Una 'bomba atómica'
El diputado federal Alessandro Molon, del partido opositor Rede, presentó un pedido de impeachment de Temer. Según Molon, los dueños de JBS abrieron "el acto final de una bomba atómica que va a explotar en el país".
"La delación premiada que hicieron tiene un poder de destrucción igual o mayor a la de Odebrecht", agregaron, en referencia a las delaciones de 77 exejecutivos de esa constructora, una de las grandes implicadas de la Operación Lava Jato que investiga la red de sobornos en Petrobras.
Numerosos brasileños en Brasilia, Sao Paulo y Rio de Janeiro salieron a las calles por la noche o se manifestaron golpeando cacerolas o con bocinazos contra el mandatario, al tiempo que varias voces en el Congreso pidieron su renuncia. También pedían elecciones directas, para evitar que el Congreso, plagado de legisladores sospechosos de corrupción, decidan el nombre de quien complete el mandato de Rousseff, que debía gobernar hasta fines de 2018.
"Al enterarse de la noticia, la gente salió espontáneamente a la calle porque no aguanta más. Tenemos sed de democracia, estamos indignados con ese presidente golpista", explicó Thiago Rocha, un universitario de 23 años que se manifestaba en Brasilia. El escándalo Petrobras puso en la mira de la justicia a encumbrados empresarios y a políticos de primer plano de prácticamente todos los partidos.
Otras acusaciones
De acuerdo con la denuncia, en la grabación Temer sugirió a Batista hablar con el diputado federal Rodrigo Rocha Loures, su hombre de confianza y miembro de su partido, el PMDB (centroderecha), para resolver un litigio legal de JBS.
"¿Le puedo contar todo a él [Rocha]?", preguntó Batista en la grabación, a lo que Temer responde: "Todo", indica O Globo, que no precisó cómo obtuvo la grabación. Según la información divulgada, Batista y su hermano Wesley firmaron un acuerdo de delación premiada para obtener una reducción de penas.
El escándalo también salpicó al diputado y excandidato presidencial Aécio Neves (PSDB, centroderecha) y al exministro de Finanzas de los gobiernos de Lula y Rousseff, Guido Mantega. Joesley Batista también habría entregado una grabación en la que se escucha a Neves pidiendo 2 millones de reales (640.000 dólares al cambio actual). Neves, candidato derrotado en la elección de 2014, emitió una nota en la que se dijo "totalmente tranquilo" sobre la legalidad de sus actos.