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Intensas nevadas, vientos helados, temperatura polares: incluso en regiones acostumbradas a los duros inviernos, la ventisca que azota al país desde hace una semana ha causado estragos, hasta el punto que los equipos de rescate en ocasiones se han quedado varados.
El condado de Erie de Nueva York, donde se encuentra la ciudad de Buffalo, cerca de la frontera con Canadá, registra por sí solo 34 de al menos 65 muertes relacionadas con las inclemencias del clima en todo el país, según datos del medio local CNBC. Personas sin vida fueron halladas en sus autos o en las calles, algunas después de esperar durante horas para ser rescatadas.
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El frío se sintió en diversos grados en gran parte del país, incluidos Texas y Florida, que no están acostumbrados a esas condiciones climáticas. En ambos estados del sur el tiempo mejoró el miércoles, con temperaturas en ascenso. Pero esto no quiere decir que la población esté fuera de peligro, según las autoridades.
“A medida que la temperatura sea más cálida, esperamos que la nieve se derrita y posibles inundaciones debido a un rápido derretimiento”, advirtió el funcionario del condado de Erie, Mark Poloncarz.
La prohibición de conducir se mantiene vigente este miércoles en Buffalo. Y la Guardia Nacional irá de puerta en puerta en áreas que perdieron el suministro de energía eléctrica, para asegurarse de que los residentes están bien, tuiteó el funcionario.
Pilas de maletas
En los aeropuertos, especialmente en Denver, Chicago y Baltimore, continuaron las interrupciones de vuelos. El problema son las cancelaciones con efecto dominó en torno al pasado fin de semana de Navidad. Si bien el ritmo de la mayoría de las aerolíneas había vuelto a la normalidad, una compañía, Southwest Airlines, continuaba lidiando con un colapso del servicio en los últimos días.
De los aproximadamente 2.800 vuelos cancelados el miércoles por la mañana, más de 2.500 eran operados por Southwest, según el sitio especializado FlightAware. El martes por la noche, su director ejecutivo, Bob Jordan, se disculpó en un mensaje de video. “Estamos haciendo todo lo posible para volver a la normalidad... Lo sentimos mucho”, dijo.
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En CNN, el vicepresidente del sindicato de pilotos de Southwest, Mike Santoro, expresó su frustración y explicó que la compañía había padecido durante mucho tiempo un sistema informático “en gran medida obsoleto”, lo que complicaba la organización de los vuelos.
“Estamos cansados de disculparnos en nombre de Southwest”, dijo, y pidió a la empresa que invierta en la actualización de su sistema. “Esta es la interrupción (de vuelos) más grande que he visto en mis 16 años con la empresa (...). Es vergonzoso”, afirmó.
El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, dijo que examinaría de cerca lo sucedido. “Si bien entendemos que es imposible controlar el clima, aquí se ha cruzado claramente la línea entre una situación incontrolable en términos del clima y algo que es responsabilidad directa de la empresa”, declaró a la cadena NBC.
El miércoles por la mañana, cientos de maletas seguían apiladas en el aeropuerto BWI de Baltimore, Maryland, esperando ser devueltas a sus dueños, según un periodista de la AFP.
Donald Sneyder, un cliente de Southwest, estaba haciendo cola con otras 40 personas afuera del mostrador de equipaje de la compañía. “Tenía un vuelo el domingo a Indianápolis, pero se canceló y mis maletas ya habían sido despachadas”, explicó.
“No intenté venir más temprano esta semana, esto tenía pinta de ser un hermoso desastre. Pero espero recuperar mis maletas hoy”, agregó. Otras personas intentaban localizar su equipaje con la ayuda del personal de la aerolínea, entre los cientos de bolsos y maletas alineados, clasificados por vuelo
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