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‘Trabajadores se prenden fuego porque no soportan condiciones laborales’

Una investigación que acaba de publicarse en Argentina muestra la difícil situación que ha sometido la tercerización a los empleados en América Latina.

Steven Navarrete Cardona
28 de septiembre de 2014 - 04:57 p. m.
Victoria Basualdo, PHD en historia de la Universidad de Columbia
Victoria Basualdo, PHD en historia de la Universidad de Columbia

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La editorial siglo XXI editores acaba de publicar el libro ‘La tercerización laboral Orígenes, impacto y claves para su análisis en américa latina’ que resulta en una investigación clave para comprender los cambios que las relaciones labores han sufrido en la región. El Espectador habló con Victoria Basualdo, quien junto a Diego Ramón Morales hizo un dedicado trabajo de investigación y compilación del libro junto a otros investigadores.

En sus respuestas, Victoria habló del fuerte impacto que la tercerización ha tenido en los sindicatos y del caso colombiano.

¿Qué es la tercerización laboral?

Es un tema complejo para definir por sus múltiples caras. La palabra tercerización se refiere a un ‘tercero’ y esto muestra una transformación de la relación entre empleador y trabajador; es decir que existe un tercero en discordia que aparece en medio de dicha relación laboral. Esto se produce cuando el empleador delega las tareas a realizar de la empresa a un tercero.

Entonces, las relaciones laborales se han complejizado durante las últimas décadas…

Hemos pasado de las empresas que se constituyeron en la etapa del modelo Fordista en los años setenta, donde en general tomaban a su cargo todas las tareas vinculadas a su actividad que desarrollaba, además se caracterizaban por la presencia de unos derechos mínimos y la posibilidad de negociación en conjunto frente a los empleadores, pasando en la actualidad a la delegación de sus actividades de empresas a otras, subcontratándolas para la realización de sus tareas y la fragmentación de la movilización de sus trabajadores.

¿Qué sucedió con la lucha de los sindicatos con la tercerización y la flexibilización laboral?

Existe una relación de ida y vuelta. Para nosotros es central pensar la evolución del movimiento sindical en relación con las transformaciones de las relaciones laborales y estructurales. Lo que vemos es en que en los años setenta se vive un proceso de ofensiva contra la organización sindical en toda América Latina, en algunos casos de la mano de regímenes militares y en el primer mundo por gobiernos electos como es el caso del gobierno de Margaret Thatcher en Reino Unido y Ronald Reagan en Estados Unidos.

Entonces, ¿cuál es el efecto que produce la flexibilización en los sindicatos?

La dinámica de la tercerización transforma radicalmente las relaciones laborales. Estos trabajadores ‘tercerizados’ en realidad fragmentan enormemente un colectivo laboral que antes estaba compacto y regulado por un conjunto de reglas comunes, que a su vez podían generar demandas comunes. Este escenario introduce una división en el colectivo laboral muy importante, porque aparecen en un mismo establecimiento laboral, trabajadores que tienen los mismos derechos y por otro lado otros trabajadores que aparecen como ajenos y externos, estableciéndose muchas veces grandes condiciones de desigualdad en el acceso a los derechos laborales históricamente obtenidos históricamente como las vacaciones, salud, entre otros. Conquistas que tomaron décadas.

¿En qué se diferencia la flexibilización y la tercerización?

La flexibilización laboral refiere a una mayor elasticidad en las relaciones laborales, lo que implica un retiro de la regulación. Una flexibilización de los requisitos requeridos a los empleadores para contratar trabajadores. Así bajan los costos laborales, y en muchos casos pueden generar más empleos, pero esto tiene un enorme perjuicio en la medida en que se generan empleos con condiciones tremendamente problemáticas, que violan estos derechos históricamente conseguidos por los trabajadores.

Por su parte la tercerización consiste en la delegación de tareas por parte de una empresa principal a una empresa subcontratada y que pasa a tener sus propios trabajadores, separados de los que se encuentran en planta. Por supuesto la flexibilización y la tercerización están relacionadas.

¿Qué está sucediendo en América Latina?

Pensamos que para entender el caso argentino, era crucial comprender el panorama regional. Así que tratamos de realizar un diálogo con los demás investigadores en América Latina. El libro resulta en una apuesta por establecer vínculos con los investigadores que examinan los cambios de estas relaciones laborales en toda América Latina.

El panorama de la región es de enorme presencia de la ‘tercerización’, con distintas modalidades y diversas apuestas de regulación, además con particularidades en cada país. Nosotros citamos unas estadísticas de los estudios disponibles sobre las cuales hay que trabajar. Por ejemplo la red de estudios sindicales, RedLat afirmó que en países como Argentina, Chile, Uruguay y México la tercerización se estaría extendiendo entre un 30 % y 40% de la población económicamente activa (PEA), mientras que en otros países como Colombia, Perú y Ecuador llega a superar el 50%.

¿Qué retos encontraron en la recolección de la información en América Latina?

En muchos de los países no hay panoramas claros, como en el caso argentino estamos luchando por obtener datos estadísticos certeros y en general nos enfrentamos a poca medición estadística de la tercerización.

Cómo científica social, ¿cree que existe vuelta atrás a estas nuevas relaciones laborales y regresaran los derechos de los trabajadores?

Tengo la sensación de que tanto en Argentina como en el resto de América Latina estamos discutiendo demasiado sobre el poder político, los gobiernos, las políticas públicas y muy poco sobre una relación central para mí, la existente entre capital y trabajo.

El libro que usted coordina documenta casos de excesos terribles, producto de esta tercerización laboral, cuénteme algunos de ellos…

En muchos países es escandaloso como en el caso argentino. En el libro incluimos testimonios de trabajadores que se prenden fuego en sus lugares de trabajo porque no pueden tolerar las paupérrimas condiciones laborales, y esto pasa en la ciudad de Buenos Aires, en la industria textil.

También vas a encontrar trabajadores que no los dejan salir de su lugar de trabajo para cuidados médicos, se desangran y pierden a sus bebes. Testimonios de trabajadores de ‘call centers’ que se vuelven locos porque sólo tienen cinco minutos para ir al baño en su jornada laboral. Trabajadores de las empresas de teléfonos que tienen que laborar el triple que los trabajadores de planta y que los mandan a realizar reparaciones en medio de la lluvia, muchas veces se electrocutan.

¿Pero la tercerización entonces se limita a estas relaciones locales entre el empleador y el empleado?

Durante estas últimas cuatro décadas hemos visto un retroceso de los derechos labores. La pelea que dan los grupos de trabajadores que defienden sus derechos no es una pelea menor, pero por otro lado no se trata simplemente de unos empresarios inescrupulosos en un país determinado que vulneran los derechos de los trabajadores a nivel local, que por supuesto la sociedad debe condenar, pero el problema no simplemente llega hasta el empleador local ya que también es un engranaje en el problema global.

La salida tiene que ver con una concientización de los trabajadores y con un proceso de cambio de las instituciones. Es algo complejo, pero sin organización de los trabajadores y su movilización es difícil que el poder político lleve a cabo transformaciones de esta magnitud.

¿En su investigación qué encontraron en Colombia?

Por supuesto que los países latinoamericanos comparten muchas realidades. Colombia es un país donde la tercerización tiene un alcance amplio, nosotros analizamos una serie de trabajos, no encontramos estudios generalizados sino centrados en la subcontratación algo común en otros países.

¿A qué se debe este avance de la tercerización en las relaciones laborales de los países en América Latina?

Su avance está relacionado con el debilitamiento de los sindicatos. En Colombia, por supuesto a un ataque sistemático a los sindicatos. El país tiene altas tazas de asesinatos a sindicalistas. En otros países como en Argentina la política antisindical estuvo asociada a las dictaduras militares.

En sus investigaciones, ¿encontraron que un sector industrial o comercial es mucho más propenso para la tercerización laboral?

Eso es una de las conclusiones más interesantes de nuestra investigación. Antes emprenderla pensábamos que la tercerización se concentraba en un sector específico, pero no fue así. Lo que pudimos encontrar en el caso argentino es que la tercerización se extiende tanto al ámbito estatal como al ámbito privado.

Tienes ‘tercerización’ en el estado; en el libro el lector podrá encontrar testimonios de trabajadores estatales del Banco Nación. Es común que las personas piensen que la ‘tercerización laboral’ tenga lugar únicamente en áreas de desempeño periféricas como la limpieza y la seguridad, pero en la actualidad ha llegado a áreas donde se manejan datos informáticos claves de una empresa o un banco, en condiciones paupérrimas.

¿Y en el ámbito privado?

Podríamos tomar como ejemplo la industria textil. Estudiamos una empresa que hace su propia marca de calcetines pero además hacen los calcetines para muchas marcas de primer nivel. Es así como se convierte en subcontratista de empresas con un nivel mucho más grande.

Claramente es una industria con un nivel de informalidad y de precarización monumental en la Argentina, además que presenta la violación más grave de derechos humanos. Pero también lo vimos en la industria metalúrgica y ‘call centers’, es decir que la tercerización es una estrategia aplicada a gran escala y a una enorme cantidad de actividades económicas.

Victoria Basualdo Ph.D en Historia por la Universidad de Columbia, investigadora del CONICET, coordinadora del Programa “Estudios del trabajo, movimiento sindical y organización industrial” en el Área de Economía y Tecnología de FLACSO Argentina. Tiene diversas publicaciones académicas y una larga experiencia en el estudio de las relaciones laborales, los sindicatos y la tercerización a nivel internacional.

Diego Ramón Morales es Abogado por la Universidad de Buenos Aires, es director del área de Litigio y Defensa Legal del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y profesor en las facultades de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Lanús y la Universidad de Palermo, donde dicta materias sobre derechos humanos. Su producción escrita se ha centrado en los temas entorno al acceso a los derechos sociales en la Argentina, la protección de los derechos de las personas migrantes, el desarrollo de los juicios por delitos de lesa humanidad y la utilización del Litigio Estratégico en Derechos Humanos.
 

Por Steven Navarrete Cardona

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