Tras la debacle televisiva, ¿debería Joe Biden retirarse de la campaña?
Para muchos, la respuesta es sí. Sin embargo, hay dudas de si son voces a las que Biden estaría dispuesto a escuchar, pero también sobre quién puede ser la opción correcta a casi cuatro meses de las elecciones.
María Alejandra Medina
Los días en que el Partido Demócrata jugaba la carta de la juventud quedaron atrás. De un John F. Kennedy que deslumbró ante Richard Nixon en el primer debate presidencial televisado en Estados Unidos, pasando por un Bill Clinton que cautivó a la generación X hasta un carismático Barack Obama que marcó un hito al convertirse en el primer presidente afroamericano, hoy la apuesta es por un presidente candidato “que no es coherente y se le siente perdido”, en palabras del profesor Alejandro Bohórquez-Keeney, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Los días en que el Partido Demócrata jugaba la carta de la juventud quedaron atrás. De un John F. Kennedy que deslumbró ante Richard Nixon en el primer debate presidencial televisado en Estados Unidos, pasando por un Bill Clinton que cautivó a la generación X hasta un carismático Barack Obama que marcó un hito al convertirse en el primer presidente afroamericano, hoy la apuesta es por un presidente candidato “que no es coherente y se le siente perdido”, en palabras del profesor Alejandro Bohórquez-Keeney, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.
Nada más terminado el debate de la noche del jueves entre Joe Biden y Donald Trump, medios estadounidenses empezaron a reportar el revuelo que se vivía en las toldas azules. “Doloroso”, “aterrador” y otros adjetivos fueron usados por comentaristas en vivo y en redes sociales para describir el desarrollo de un prematuro cara a cara —pues ninguno de los dos ha sido oficialmente nominado por su partido— entre un exmandatario convicto, acusado de regarse en mentiras durante el encuentro de hora y media moderado por CNN, y, por otro lado, un presidente en ejercicio que constantemente se equivocó de palabras y se vio en aprietos para terminar con sentido completo varias oraciones.
Sus principales escuderos, como la primera dama, Jill Biden, y la vicepresidenta Kamala Harris, salieron en su defensa. La primera, en un acto público tras el debate, lo felicitó por haber respondido todas las preguntas y “tener todos los datos” frente a un Donald Trump que “lo que hizo fue mentir”. Harris, que hizo una ronda de medios tras el cara a cara, reconoció que “hubo un inicio débil pero un final fuerte. Joe Biden es extraordinariamente fuerte”, dijo en la pantalla de la cadena.
Sin embargo, nada de eso parece haber sido suficiente para rebajar lo que era evidente. La prensa amaneció el viernes plagada de columnas de analistas afines a los demócratas reflexionando sobre los desaciertos de la noche anterior e incluso sugiriendo a Biden que dé un paso al costado. La conclusión, podría resumirse, es que el presidente no cumplió con el único objetivo de la noche: demostrarle al país que está en condiciones de seguir en el cargo.
Aunque Trump y Biden apenas se lleven tres años de edad (cualquiera de los dos sería el presidente más viejo elegido para liderar el país), el primero se presentó mucho más claro y elocuente, una fluidez que le sirvió varias veces para decir mentiras, algunas de las cuales han sido recurrentes, como afirmar que en el 2020 hubo un fraude electoral (sobre lo que no hay pruebas ni ha sido comprobado a instancias de ninguna corte) o que durante su administración no hubo ataques terroristas. A Biden, en contraste, apenas se le escuchaba una voz débil y rasposa, sobre la cual la Casa Blanca explicó que se trataba de una gripa de la que se estaba recuperando.
¿Debería dar un paso al costado?
Para muchos, la respuesta es sí. “No puedo recordar un momento más desgarrador en la campaña política presidencial estadounidense en mi vida, precisamente por lo que reveló: Joe Biden, un buen hombre y un buen presidente, no tiene por qué presentarse a la reelección”, escribió el columnista Thomas Friedman, amigo personal de Biden, en The New York Times.
Como recordó ese mismo diario en otra publicación, “ningún presidente en ejercicio ha abandonado la carrera cuando el ciclo de campaña está tan avanzado, y hay poco consenso sobre lo que sucedería si lo hiciera”. Mientras algunos hablaban de la necesidad de que fuertes figuras políticas como Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes, intervengan ante el presidente, otros temen que sea demasiado tarde y que Biden no escuche a nadie más que a su esposa, quien sigue convencida con la candidatura, agregó el Times.
Este viernes, cuando se lleva a cabo un mitin electoral en Carolina del Norte, Biden reiteró que es el candidato: “Ya no debato tan bien como antes”, dijo. Sin embargo, “sé decir la verdad”, a lo que añadió que también sabe cómo “hacer este trabajo”, en referencia a gobernar.
La convención en la que el presidente debe ser oficializado como candidato se llevará a cabo en agosto. La del partido republicano tendrá lugar en julio, días antes de que la condena contra Donald Trump en el caso de falsificación de registros sea leída en Nueva York.
Para Bohórquez-Keeney, la pregunta más que si debe retirarse es quién lo reemplazaría. Un posible nombre que menciona es el de Bernie Sanders, quien ha sido precandidato demócrata, pero que es visto por muchos como un “radical” o un izquierdista que no lograría el consenso necesario.
Otra opción, que parecería más natural, sería la vicepresidenta Kamala Harris, de quien, sin embargo, se dice constantemente que no goza de buena popularidad, consecuencia, en parte, de que en ella fueron delegados varios de los temas más espinosos, como el de la migración o los derechos sexuales y reproductivos.
Sin embargo, según una reciente encuesta de Politico, sus índices no son muy distintos de los del presidente Biden, con un 43 % y 42 % de imagen favorable, respectivamente, y un 54 % y 51 % de imagen desfavorable.
Otro nombre que se ha empezado a arrojar es el de Gavin Newsom, el vigoroso gobernador de California, bastión demócrata. Sin embargo, él mismo ha desmentido desde anoche que tenga una aspiración semejante y ha reforzado su respaldo al presidente Biden.
Finalmente, Gretchen Whitmer, gobernadora de Míchigan, de 52 años, también ha sido mencionada varias veces. Whitmer formó parte de la lista de candidatos a vicepresidente de Biden en 2020, “y su buen desempeño en las elecciones intermedias del Partido Demócrata se atribuyó en parte a su gestión”, recuerda Martín Belam, en The Guardian, quien resaltó además el compromiso de la gobernadora con causas demócratas, como leyes más duras contra las armas y la derogación de las prohibiciones al aborto.
En caso de que alguno de ellos sea seleccionado, tendría apenas tres meses para consolidar la unidad del partido y convencer al electorado.
“No hay quién”, resume Bohórquez-Keeney.
Si antes se temía que escoger a Harris como candidata diera el mensaje de que Biden no era lo suficientemente bueno como para aspirar de nuevo, un cambio de rumbo a tan pocas semanas de la nominación no sería una señal mejor. Sin embargo, a juzgar por la ola de reacciones que causó el desempeño del presidente (como colofón de una seguidilla de lapsus), parece ser la opción “menos peor”.
📧 📬🎥 El próximo mes tendremos al aire En foco, el newsletter de la sección de video de El Espectador. En este espacio podrán encontrar el resumen de todos nuestros contenidos multimedia: documentales, entrevistas, pódcasts y formatos como La Pulla, El Meollo, Claroscuro, entre otros. Si desea suscribirse, puede ingresar a este enlace y dejarnos sus datos.
📧 📬 🌍 Semana a semana tendremos un resumen de las noticias que nos harán sentir que No es el fin del mundo. Si desea inscribirse y recibir todos los lunes nuestro newsletter, puede hacerlo en el siguiente enlace.
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.
Si le interesan los temas internacionales, quiere opinar sobre nuestro contenido o recibir más información, escríbanos al correo mmedina@elespectador.com o aosorio@elespectador.com