Trump amenaza con aplicar un bloqueo económico a Venezuela
El mandatario estadounidense dijo que ha considerado la posibilidad de ordenar un bloqueo a Venezuela, similar al que su país le aplicó a Cuba, si el presidente Nicolás Maduro no abandona pronto el poder.
redacción internacional con información de agencias
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este jueves que ha considerado la idea de ordenar un bloqueo económico a Venezuela, país en el que Washington ha intentado deponer al actual mandatario Nicolás Maduro.
"Sí, lo estoy", dijo Trump a los periodistas después de que se le preguntara si estaba considerando una cuarentena o bloqueo similar al que su país le aplicó a Cuba. El mandatario no añadió mayores detalles sobre sus declaraciones.
Desde comienzos de este año, la administración Trump ha apoyado al líder de la Asamblea Nacional y líder de la oposición, Juan Guaidó, reconocido por unas 50 naciones, entre ellas Estados Unidos, como el presidente interino y legítimo del país sudamericano. Un pleito que lo ha enfrentado con el actual gobierno chavista, dirigido por Nicolás Maduro.
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En los últimos dos años, Estados Unidos ha impuesto sanciones económicas cada vez más severas contra Venezuela. Estas sanciones se han intensificado en este 2019, y han restringido el acceso del gobierno al financiamiento externo, así como han limitado su capacidad de vender activos y, más recientemente, ha impedido que le venda petróleo a Washington.
Las sanciones fueron diseñadas para cortar las ganancias del gobierno de Nicolás Maduro y de sus allegados. Sus artífices dijeron que aplicarlas no generaría sufrimiento a los venezolanos. Esto, al mismo tiempo que Washington apoyaba al "gobierno interino" de Guaidó, con el que buscaría liderar la reconstrucción de ese país una vez los chavistas dejarán el poder, como lo dejó entrever el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, esta semana en Brasil.
"Venezuela continuará deteriorándose hasta que el gobierno internacionalmente reconocido de Juan Guaido implemente las necesarias reformas económicas, políticas y sociales", dijo Ross, en un discurso ante un importante grupo de ejecutivos de negocios latinoamericanos en Brasilia.
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No obstante, seis meses después de proclamarse mandatario, Guaidó no logra congregar multitudes como en el arranque de su desafío a Maduro el 23 de enero. Menos de mil personas acudieron a su rendición de cuentas del primer semestre. Y pese a repetir que sacará a Maduro este año "por las buenas o a las malas", sus llamados a no claudicar se multiplican.
Menos de mil personas acudieron a su rendición de cuentas del primer semestre. Y pese a repetir que sacará a Maduro este año "por las buenas o a las malas", sus llamados a no claudicar se multiplican.
Guaidó aceptó en mayo una mediación de Noruega para negociar con el gobierno, que se ha radicalizado con detenciones de legisladores opositores y militares acusados de planes su derrocamiento.
Aunque la agenda es secreta, el opositor asegura que solo aceptará nuevas elecciones, pero Maduro, apoyado por Rusia, China, Irán y Cuba, solo contempla las de 2020, cuando espera ganar el Parlamento, único poder opositor.
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"Maduro y Guaidó son fuerzas débiles (...). Los fuertes son los militares, que mantienen a Maduro y podrían expulsarlo muy rápidamente, y Estados Unidos, es decir Donald Trump, el único que le genera problemas al gobierno", señaló a AFP Peter Hakim, de Diálogo Interamericano.
Para Hakim, la "única solución pacífica" posible es que los militares den la espalda a Maduro y Washington acepte que éstos y otros funcionarios "participen en una transición" mientras se organizan elecciones y se aprueba una "generosa amnistía".
En tanto, una acción armada de Washington, que no descartan Trump ni Guaidó y reclamada por un sector opositor, se desvanece.
"Es muy poco probable que Trump, a 15 meses de una elección, se arriesgue a una reacción violenta de sus partidarios al apoyar una intervención armada", comentó a AFP Paul Hare, exembajador británico en Cuba y profesor en la Universidad de Boston.
Hare cuestiona además que la política hostil de Trump hacia La Habana deje por fuera al jugador quizá más influyente sobre Maduro.
Mientras, el tiempo corre para Guaidó. En enero próximo finalizará su presidencia parlamentaria, en la que sustenta legalmente el gobierno interino ante la alegada usurpación de Maduro.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este jueves que ha considerado la idea de ordenar un bloqueo económico a Venezuela, país en el que Washington ha intentado deponer al actual mandatario Nicolás Maduro.
"Sí, lo estoy", dijo Trump a los periodistas después de que se le preguntara si estaba considerando una cuarentena o bloqueo similar al que su país le aplicó a Cuba. El mandatario no añadió mayores detalles sobre sus declaraciones.
Desde comienzos de este año, la administración Trump ha apoyado al líder de la Asamblea Nacional y líder de la oposición, Juan Guaidó, reconocido por unas 50 naciones, entre ellas Estados Unidos, como el presidente interino y legítimo del país sudamericano. Un pleito que lo ha enfrentado con el actual gobierno chavista, dirigido por Nicolás Maduro.
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En los últimos dos años, Estados Unidos ha impuesto sanciones económicas cada vez más severas contra Venezuela. Estas sanciones se han intensificado en este 2019, y han restringido el acceso del gobierno al financiamiento externo, así como han limitado su capacidad de vender activos y, más recientemente, ha impedido que le venda petróleo a Washington.
Las sanciones fueron diseñadas para cortar las ganancias del gobierno de Nicolás Maduro y de sus allegados. Sus artífices dijeron que aplicarlas no generaría sufrimiento a los venezolanos. Esto, al mismo tiempo que Washington apoyaba al "gobierno interino" de Guaidó, con el que buscaría liderar la reconstrucción de ese país una vez los chavistas dejarán el poder, como lo dejó entrever el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, esta semana en Brasil.
"Venezuela continuará deteriorándose hasta que el gobierno internacionalmente reconocido de Juan Guaido implemente las necesarias reformas económicas, políticas y sociales", dijo Ross, en un discurso ante un importante grupo de ejecutivos de negocios latinoamericanos en Brasilia.
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No obstante, seis meses después de proclamarse mandatario, Guaidó no logra congregar multitudes como en el arranque de su desafío a Maduro el 23 de enero. Menos de mil personas acudieron a su rendición de cuentas del primer semestre. Y pese a repetir que sacará a Maduro este año "por las buenas o a las malas", sus llamados a no claudicar se multiplican.
Menos de mil personas acudieron a su rendición de cuentas del primer semestre. Y pese a repetir que sacará a Maduro este año "por las buenas o a las malas", sus llamados a no claudicar se multiplican.
Guaidó aceptó en mayo una mediación de Noruega para negociar con el gobierno, que se ha radicalizado con detenciones de legisladores opositores y militares acusados de planes su derrocamiento.
Aunque la agenda es secreta, el opositor asegura que solo aceptará nuevas elecciones, pero Maduro, apoyado por Rusia, China, Irán y Cuba, solo contempla las de 2020, cuando espera ganar el Parlamento, único poder opositor.
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"Maduro y Guaidó son fuerzas débiles (...). Los fuertes son los militares, que mantienen a Maduro y podrían expulsarlo muy rápidamente, y Estados Unidos, es decir Donald Trump, el único que le genera problemas al gobierno", señaló a AFP Peter Hakim, de Diálogo Interamericano.
Para Hakim, la "única solución pacífica" posible es que los militares den la espalda a Maduro y Washington acepte que éstos y otros funcionarios "participen en una transición" mientras se organizan elecciones y se aprueba una "generosa amnistía".
En tanto, una acción armada de Washington, que no descartan Trump ni Guaidó y reclamada por un sector opositor, se desvanece.
"Es muy poco probable que Trump, a 15 meses de una elección, se arriesgue a una reacción violenta de sus partidarios al apoyar una intervención armada", comentó a AFP Paul Hare, exembajador británico en Cuba y profesor en la Universidad de Boston.
Hare cuestiona además que la política hostil de Trump hacia La Habana deje por fuera al jugador quizá más influyente sobre Maduro.
Mientras, el tiempo corre para Guaidó. En enero próximo finalizará su presidencia parlamentaria, en la que sustenta legalmente el gobierno interino ante la alegada usurpación de Maduro.