Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El presidente Donald Trump sorprendió a quienes visualizaban un conflicto apocalíptico y ha renunciado este miércoles a profundizar más en una espiral bélica con Irán, tras una semana en la que la tensión escaló a niveles extremadamente altos.
El ataque la víspera a dos bases estadounidenses en Irak con misiles iraníes, una calculada demostración de fuerza en retaliación por el asesinato del general Soleimaní, no causó una reacción exagerada de Washington. Todo lo contrario, el mismo Trump se encargó de desestimar los ataques a través de su cuenta de Twitter, en donde dijo que “todo estaba bien”.
Horas más tarde, en un discurso televisado desde la Casa Blanca, el presidente estadounidense enfatizó que "no se perdieron vidas estadounidenses o iraquíes" por los misiles lanzados sobre las guarniciones militares en Irak.
“Mientras yo sea presidente, a Irán nunca se le permitirá tener armas nucleares. Buenos días”.
En plena escalada de la tensión entre Irán y Estados Unidos, los ojos del mundo estaban sobre Trump y su respuesta, y esta ha sido de contención.
Puede leer: El Espectador le explica: las versiones encontradas de lo ocurrido en el ataque de Irán a EE. UU.
"El pueblo estadounidense debería estar agradecido y contento. No hubo ningún herido, no sufrimos víctimas, y solo un mínimo daño en nuestras bases militares", ha dicho. "Irán parece estar retirándose y eso es una buena cosa para Estados Unidos y para el mundo".
Despejado prácticamente así del horizonte del corto plazo, el presidente estadounidense sale fortalecido de esta escalada que él mismo buscó, de acuerdo con analistas consultados por El Espectador. Una apuesta para muchos irresponsable y arriesgada, pero que dista mucho del panorama catastrófico que se visualizaba en los días posteriores al ataque del 3 de enero.
“En materia internacional fue una apuesta arriesgada, pero demostró que Irán no estaba interesado o no tenía como responder proporcionalmente a los ataques de Estados Unidos”, explica la internacionalista Sandra Borda, profesora de la Universidad de los Andes.
“Al menos por ahora, después de lo ocurrido esta semana, Estados Unidos queda en una condición de superioridad con Irán que no tenía en gobiernos pasados. El régimen iraní respondió con mucha cautela”, agrega.
Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de la Universidad del Rosario, considera que este impasse entre Estados Unidos e Irán también ayudó a Trump a enviarle un mensaje a los ciudadanos estadounidenses. Algo muy importante teniendo en cuenta que este es un año electoral.
Le recomendamos: Trump: "Irán ha sido un promotor del terrorismo"
“La población estadounidense vio que no era tan vulnerable como pensaba. Había un poco de una idea de vulnerabilidad por lo ocurrido en pasadas intervenciones como la de Irak o Afganistán, pero la cautela de este ataque iraní, que no representó un daño importante, le da un respiro moral a un importante sector del país”, afirma Jaramillo Jassir.
De hecho, una encuesta del diario HuffPost publicada este lunes muestra que el 61 % de quienes votaron por el mandatario en 2016 respalda por completo su decisión; mientras que el 85 % de los que apoyaron a la candidata demócrata Hillary Clinton rechaza totalmente lo ocurrido.
En cuanto a cómo queda el gobierno iraní, Sandra Borda afirma que el régimen de Hasán Rohani, si bien no queda fortalecido a nivel internacional, queda bien parado a nivel interno.
“Nadie puede decir que ellos fueron los responsables de un conflicto que habría sido costoso y pudieron responder militarmente, algo que necesitaban para su audiencia interna”, afirma la internacionalista. “Respondieron su catarsis y parece que todo vuelve a la tensa normalidad”, agrega.
Jaramillo Jassir, por su parte, considera que el régimen iraní queda profundamente debilitado a nivel internacional, pues por muchos años construyó una narrativa en la que se promovía como un contrapoder importante a Estados Unidos en Oriente Medio.
“Irán pretendía con el de ayer demostrar que era capaz de dañar a Estados Unidos a través de la fuerza convencional dura, pero el resultado no fue tan contundente”, explica el profesor de la Universidad del Rosario.
No obstante, de acuerdo con el experto, este episodio no es una victoria completa para Trump, pues el aparente desescalamiento del conflicto no quita la presión sobre los 5.200 efectivos estadounidenses estacionados en Irak, donde Irán tiene estrechos vínculos con poderosas milicias chiitas.
“Este es un análisis es por ahora temporal, pues Irán ha manifestado que su venganza será a largo plazo”, alerta.
¿Error de cálculo?
Foto: EFEUn análisis que se ha hecho popular en los últimos días es el de la instrumentalización de la guerra por parte de Trump. Michael Traugott, profesor de la Universidad de Michigan y experto en opinión pública, dijo que "probablemente" Trump tuvo en cuenta dos importantes acontecimientos para escalar el conflicto: el juicio político en su contra y las elecciones presidenciales de noviembre de este año, en las que se presenta a la reelección.
"Lo que él quería es que los medios y los miembros del Congreso hablen de otra cosa que no sea el juicio político", afirmó a EFE.
Y así como hay analistas que consideran que la jugada al presidente Donald Trump salió como él quería, hay expertos que afirman que el mandatario estadounidense tuvo un error de cálculo y no logró desviar la atención del juicio político, que se llevará a cabo en los últimos días de enero.
Puede leer: ¿Por qué la muerte del general iraní Qasem Soleimaní es tan grave?
“La constante imprevisibilidad de Trump lo perjudicará, pues contaba con que Irán desviaría el juicio político de la agenda. Pero se equivocó”, afirmó el profesor universitario estadounidense Tom Nichols.
De acuerdo con el profesor, Trump no solo fracasó en desviar la atención del impeachment, sino que puso a Estados Unidos en un grande riesgo. Dice Nichols que el presidente hizo una apuesta inicial que, aunque mostró que Irán no estaba preparada para un conflicto inmediato, también que lanzar misiles de Irán a Irak es algo que no debe ser menospreciado.
“Trump cambió las reglas, por lo que Irán también cambió sus reglas. Estados Unidos mató a un hombre malo iraní, un tipo muy malo, por lo que Irán lo hizo personal, demostrando que se acercarán, golpearán directamente y se responsabilizarán. Pero no hacer mucho daño sabiamente dejó una puerta abierta”, afirma.
El diario británico The Guardian concuerda con la postura de Nichols, pues afirma que la desescalada puede tener un efecto pasajero. “No se sabrá el verdadero impacto del asesinato durante meses y probablemente años”.
Los demócratas, los grandes derrotados
La vocera de la Cámara Nancy Pelosi anunció una votación para este jueves. Foto: AFPSi bien la Cámara de Representantes de EE.UU. someterá este jueves a votación una resolución para limitar "las acciones militares" del presidente Donald Trump respecto a Irán, lo cierto es que las respuestas tanto de Irán como de Trump dan a entender que una guerra entre ambos países, al menos en el futuro inmediato, parece ser una posibilidad lejana.
“Los demócratas fallaron en el cálculo, y aunque ahora van a intentar demostrar que el ataque a Soleimaní fue una irresponsabilidad, quedaron en un lugar difícil para construir un discurso crítico a la política exterior del presidente”, explica Sandra Borda a El Espectador.
Esta opinión es compartida por el internacionalista Mauricio Jaramillo Jassir, quien considera que los demócratas la tienen difícil si esperan utilizar este episodio para restarle puntos a Trump de cara a un año en el que el presidente se juega su permanencia en la Casa Blanca.
“Estas audiencias públicas tienen poco impacto en la opinión de la gente”, explica Jaramillo Jassir.
Lo cierto es que Estados Unidos termina en una situación volátil inédita en muchos años, la cual marcará la parada para un presidente instintivo, combativo y poco dado a la diplomacia. De la respuesta de Irán en el largo plazo dependerá el análisis sobre el impacto de su decisión de atacar a Soleimaní. Si fue un acierto o un error.