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Desde el momento del saludo, la diplomacia ganó la carrera: Donald Trump recibió en la mañana de este viernes a la canciller alemana, Angela Merkel, luego de haber comentado en numerosas ocasiones su desacuerdo con las políticas de migración de la Unión Europea, en donde Alemania domina. Se saludaron, sonrieron, siguieron hacia una sesión de fotos y luego tuvieron una reunión a puerta cerrada.
Los temas de los que hablarían expondrían, en definitiva, las tensiones entre ambos gobernantes. Hablarían de comercio, migración, seguridad fronteriza y cambio climático: casi en todo, Alemania y Estados Unidos tienen puntos de vista enteramente distintos. Por eso resultó sorpresivo el momento en que Merkel y Trump salieron a dar la rueda de prensa. La misma frialdad diplomática, el verbo espartano, prevalecieron en el auditorio.
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Donald Trump agradeció, como es costumbre, la visita. Todo fue felicitaciones y buenas palabras, salvo en el momento en que dijo que apoyaba la Otan sin condiciones, pero que algunos países debían pagar también su cuota para que el trato fuera igualitario. De resto, Trump aseguró que buscaría un trato comercial con Alemania que tuviera equilibrio; se declaró un partidario de los tratos equilibrados y no un aislacionista; que “la inmigración es un privilegio, no un derecho”. “Nuestros ciudadanos deben venir primero”, dijo Trump al señalar los beneficios de tener tratos comerciales.
El discurso de Merkel fue similar. “Es mucho mejor hablar uno con el otro y no uno sobre el otro”, dijo apenas comenzar. Agradeció el apoyo de Estados Unidos —desde la Segunda Guerra Mundial— y pidió que las relaciones se mantuvieran en el buen nivel que han tenido hasta ahora. Fue cautelosa, muy cautelosa: aunque ella fue la principal criticada cuando Trump dijo que Alemania había cometido un error garrafal al recibir a más de 800.000 migrantes en 2015, Merkel eludió el tema y habló de los aportes en defensa que Alemania y Estados Unidos han hecho en Afganistán. El esbozo de una estrategia para buscar una solución pacífica en Siria, Libia y Ucrania también hizo parte de su declaración.
No hubo ninguna declaración sobre medio ambiente, ni sobre la migración. Para Trump hubiera sido un plato deleitoso; Merkel, en cambio, se encuentra en plena campaña para obtener un cuarto mandato, en un momento en que varios países alaban el brexit y en que las únicas fichas clave que parecen querer continuar con el bloque son sus impulsores principales: Francia, Alemania, España y Bélgica. “Trabajaremos con nuestros expertos en los próximos meses. Una situación de gana-gana en nuestros tratos comerciales”, dijo Merkel.