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En enero, luego de que miles de simpatizantes del entonces presidente estadounidense Donald Trump se tomaron el Capitolio en Washington, Estados Unidos, Twitter y Facebook bloquearon sus cuentas personales.
Un poco tarde para muchos, pues el poder ideológico de Trump ya había echado raíces en las entrañas de internet. Así, castigado por las grandes redes sociales, el presidente abandonó el poder, pero en marzo de este año anunciaba que pronto regresaría al mundo digital con su propia aplicación, según Jason Miller, uno de sus hombres de confianza del expresidente.
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“Esto es algo que creo será muy atractivo en las redes sociales”, dijo Miller. “Va a redefinir completamente el juego, y todos esperarán para ver lo que hace el presidente Trump, pero será su propia plataforma”, agregó el asesor del exmandatario en una entrevista en Fox News.
Este miércoles 20 de septiembre se dio el anuncio oficial: Trump anunció sus planes para lanzar su propia red social llamada “TRUTH Social” (VERDAD Social), que se espera en versión beta para “invitados” el mes próximo.
La plataforma será propiedad de Trump Media & Technology Group (TMTG), que también pretende lanzar un servicio de video a la carta que pasará programas de entretenimiento “no-woke”, según dijo el grupo en un comunicado. El término ‘woke’ alude a tener conciencia de la desigualdad social, tanto con relación a la raza, como al género y la orientación sexual.
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Miller señaló en esa ocasión que no podía proporcionar muchos más detalles, pero reveló que Trump ha tenido “reuniones de alto nivel” en su residencia de Mar-a-Lago, en el estado de Florida, con varios equipos para tratar su nuevo proyecto.
El exasesor aseguró además que hay “muchas empresas” que se han interesado por este proyecto del expresidente republicano. “Esta nueva plataforma va a ser grande”, dijo Miller, y atraerá a “decenas de millones de personas”.
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Cuando se lanzó como candidato, Trump entendió que su discurso provocador no le permitiría acceder a los medios convencionales. Por eso, se convirtió en un experto en el manejo de las redes sociales, en donde cada vez que hacía un comentario provocaba todo tipo de reacciones.
Cuando se posesionó en enero de 2017, su cuenta personal tenía más de 20 millones de seguidores y dejó a un lado el perfil oficial de la presidencia (@POTUS). Hoy, casi cuatro años después, el mandatario contaba con más de 87 millones de seguidores hasta su suspensión.
Trump llevó las redes a otro nivel y utilizó esta herramientas para acosar y burlarse de cualquier personaje que no le gustara o fuera su contradictor. ¿Qué pasará si tiene una red propia? ¿Que tiemblen Twitter y Facebook?
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El poder de las redes sociales y de los blogs ya no se puede negar. Ejemplos hay de sobra para convencerse de que los mensajes de odio que circulan a diario pueden terminar en eventos violentos.
El caso conocido como “Pizzagate” es uno de ellos, en el que en 2016 un hombre convencido de teorías conspiracionistas estuvo a punto de abrir fuego en una pizzería en Washington que supuestamente era el cuartel de una secta que violaba menores de edad. Otro ejemplo es el tiroteo en Christchurch, Nueva Zelanda, en el que un hombre no solo transmitió su ataque a una mezquita, sino que publicó un manifiesto en un foro en línea para difundir su ideología radical.
Por eso el anuncio de Trump está lejos de ser algo menor. Ahora tendrá mucho poder en el mundo digital, que intentó contenerlo sin éxito alguno. ¿Una red social propia? En Estados Unidos ya saltan las alarmas.