Un año y medio para solucionar una crisis que se agudiza en Ecuador
En las elecciones entre Daniel Noboa y Luisa González, quien ascienda al poder tendrá tan solo un año y medio para cumplir sus promesas.
María José Barrios Figueroa
Carros bomba, crimen transnacional, gobernantes y candidatos presidenciales asesinados. El panorama al que se enfrentan los aspirantes a la Presidencia en Ecuador no es el más prometedor. Con Guillermo Lasso dejando su puesto como jefe de Estado, quien lo suceda tendrá tan solo año y medio para gobernar. Para cualquiera de los dos candidatos el reto principal es poner orden a un país en estado crítico.
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Carros bomba, crimen transnacional, gobernantes y candidatos presidenciales asesinados. El panorama al que se enfrentan los aspirantes a la Presidencia en Ecuador no es el más prometedor. Con Guillermo Lasso dejando su puesto como jefe de Estado, quien lo suceda tendrá tan solo año y medio para gobernar. Para cualquiera de los dos candidatos el reto principal es poner orden a un país en estado crítico.
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Luisa González y Daniel Noboa se enfrentan este domingo en unos comicios polarizados entre la izquierda del expresidente Rafael Correa y una nueva derecha, con la cara de un exasambleísta de familia de empresarios. En la primera vuelta González, del Partido Revolución Ciudadana, obtuvo el 33,24 % y Noboa, del Partido Acción Democrática, el 23,78 %.
Aunque González había sido proyectada como la favorita, los sondeos de Click Research y Negocios & Estrategias indicaron que Noboa superaba la intención de voto de la candidata. En ninguno de los sondeos la diferencia es muy amplia.
El ambiente polarizado es uno de los mayores retos que enfrentarán sus gobiernos, agudizado por un margen de maniobra de tan solo año y medio, que finalizará en mayo de 2025. Las elecciones extraordinarias fueron otra consecuencia del estado crítico de Ecuador, en el que Guillermo Lasso convocó una “muerte cruzada”.
“Es muy difícil gobernar y tener resultados inmediatos en año y medio. Particularmente, es crítico que ninguno de los candidatos posee mayorías absolutas para emprender grandes iniciativas, lo que redunda en que una parte importante del período se diluirá en crear y mantener una coalición estable y fiable dentro de un sistema de partidos tan fragmentado como el ecuatoriano”, explica Manuel González, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Javeriana.
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La lucha entre los partidos por llegar al poder, que tuvo que ser arreglada en tan solo 90 días con las elecciones extraordinarias, es otra piedra en el camino para la legitimidad del gobierno entrante, que concluirá el mandato de Lasso. Las campañas electorales se iniciarán a mitad del período de quien sea elegido este domingo, lo que “será aprovechado por candidaturas y partidos políticos de cara a las próximas elecciones generales de 2025 para sacar réditos políticos”.
Gabriela Forero, analista sénior para la región Andina para Pinkerton Consulting, considera que el problema de gobernanza está atado a la Asamblea General, sin una mayoría clara. El correísmo y Construye, el partido del candidato asesinado, Fernando Villavicencio, tienen una gran parte de la Asamblea, pero ninguno con una mayoría.
Añadido a esto, los ecuatorianos no tienen confianza en sus instituciones. Tras el asesinato de Villavicencio, la secretaria de Seguridad de Quito, Carolina Andrade, aseguró que “se ha demostrado un nivel de impunidad, de encubrir a los verdaderos responsables, sobre todo conectados con el nivel político”.
La seguridad es el tema que ocupará una gran parte del mandato. La penetración del crimen organizado transnacional en las pandillas y en las instituciones no tiene soluciones rápidas, pero tendrá que ser combatida por el próximo presidente.
González y Forero concuerdan en que los retos principales de la persona que llegue a la Presidencia están en mantener coaliciones en el gobierno en un corto período, generar legitimidad y atacar la inseguridad y la corrupción. Sin embargo, las situaciones de los candidatos les añaden retos particulares.
Luisa González viene de un partido político “con una organización mejor dotada de recursos para movilizar a sus legisladores”, algo con lo que no cuenta Noboa, “cuyo desafío será mantener la disciplina de una organización política recién creada como un mínimo de gobernabilidad”, asegura el profesor.
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Forero añade que un problema para González se desencadena de ahí, pues “la legitimidad nunca va a ser fácil para ser la candidata de un gran actor político”, como lo es Rafael Correa. En esa misma línea, la candidata tendrá que lograr la forma de posicionarse en la lucha contra la corrupción cuando ella misma ha sido acusada de usar el avión presidencial en el gobierno de Correa para viajar a paraísos fiscales.
En el caso de Noboa, la analista proyecta dos grandes dificultades. La primera, “establecer una imagen política sólida”, estableciendo una línea clara de gobierno. La segunda, enfrentarse al salto del poder Legislativo al Ejecutivo, que viene con “la dificultad de generar un gobierno con buenas fichas en el poder”.
Ecuador está en una crisis muy difícil de solucionar en tan solo año y medio. La paciencia de la ciudadanía se agota, y los avances o retrocesos que pueda tener quien ascienda a la Presidencia marcarán otra contienda electoral reñida para 2025.
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