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La presidenta de Perú, Dina Boluarte, negoció contrarreloj la formación de su gobierno. Este sábado, tres días después de haber asumido la jefatura de Estado tras la destitución de Pedro Castillo, nombró un gabinete particularmente técnico sobre el manejo político, con el que no solo pretende mantener a flote una nueva administración resultado de una crisis política, sino que también busca calmar las protestas que, a escala nacional, piden elecciones generales anticipadas, la liberación de Castillo y el cierre del Congreso.
Boluarte nunca la tuvo fácil. Sin una bancada en el Legislativo, muchos se preguntan cómo podrá gobernar. Tanto es así que Fuerza Popular, el partido de Keiko Fujimori, manifestó que si la presidenta continuaba con la línea de gobierno de Castillo apoyaría el adelanto de elecciones.
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De esa presión, y del reto de conformar un gabinete diverso en un país marcado por la inestabilidad institucional, surgió un grupo de ministros con carreras en gestión pública. “Una gran diferencia de la mayoría de ministros que nombró el maestro rural en los últimos 16 meses”, escribió Jacqueline Fowks, de El País, de España. Pero, a la vez, y como lo mencionó Fowks, nombró a otros funcionarios que hacen parte de esas cuotas que representan a la oposición parlamentaria.
Este nuevo gabinete y su llegada a la Presidencia se dan en un momento en el que el país no aguanta un acto más de corrupción. La mayoría de los mandatarios elegidos desde 1990 están presos o procesados por este tipo de delitos, un mal que salpica también a exministros, funcionarios y congresistas. Pedro Castillo se sumó a esa lista: además de las seis investigaciones que ya tenía pendientes por corrupción, ahora es acusado de rebelión y conspiración tras su fallido golpe de Estado.
De ahí que no es raro que la presidenta se saliera un poco del protocolo a la hora de juramentar a su nuevo gabinete ministerial. “¿Juráis por Dios y estos santos evangelios desempeñar leal y fielmente, sin cometer actos de corrupción, el cargo de ministro de Estado que os confío?”, sostuvo la mandataria en el Palacio de Gobierno.
Los nuevos ministros en Perú
La presidenta juramentó a 17 ministros, de los cuales ocho son mujeres; un gabinete prácticamente paritario que también se aleja de la idea de gobierno que impulsó Castillo.
Habría que destacar los nombramientos de la abogada Ana Cecilia Gervasi como ministra de Relaciones, quien ya se ha desempeñado como viceministra de la misma cartera y fue delegada de Perú en la Misión Permanente ante la ONU y otros organismos internacionales, así como la llegada de Albina Ruiz Ríos al Ministerio de Ambiente; una reconocida ingeniera industrial y consultora internacional con 30 años de experiencia en proyectos de desarrollo local.
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“Varios de los ministros son profesionales que conocen su sector y eso es saludable. Tienen muy buenas hojas de vida, y no tienen prontuario, como ha ocurrido en otros casos”, sostuvo Patricia Juárez, vocera de la bancada de Fuerza Popular, en una entrevista en Canal N. “Es un buen comienzo y, por supuesto, le vamos a dar el beneficio de la duda”, añadió.
Al frente de ese nuevo gobierno, Boluarte nombró al exfiscal supremo Pedro Angulo como primer ministro, un hombre vinculado al mundo del derecho con una amplia carrera en el Ministerio Público. “Es decir, frente al mundo rural, de movimientos sociales contestatarios y de tradición de la izquierda, Boluarte ha buscado un profesional del derecho, urbano y de profundas convicciones neoliberales”, escribió Gonzalo Domínguez Loeda, de EFE.
Otro nombramiento clave fue el de Álex Alonso Contreras como ministro de Economía y Finanzas. Es ingeniero económico de la Universidad Nacional de Ingeniería del Perú (UNI) y tiene una maestría en política económica por el Williams College, de Estados Unidos. Desde agosto de 2021 era viceministro de Economía. “Su nombramiento garantiza que, al menos en materia económica, los choques con el Congreso se minimizarán”, comentó Domínguez Loeda, quien dice que Boluarte también optó por una figura de consenso para el Ministerio del Interior con la llegada de César Augusto Cervantes.
Este general retirado estudió Administración y Ciencias Policiales en la Escuela de Oficiales de la Policía Nacional del Perú (PNP). Tiene una maestría en Alta Dirección en Seguridad Internacional en la Guardia Civil de España y la Universidad Carlos III, y fue nombrado comandante general de la Policía Nacional durante el gobierno de Francisco Sagasti.
¿Qué dicen los analistas?
“El gabinete debió estar en la centro-izquierda con figuras más políticas que técnicas y de gran nivel o trayectoria. Además, hubiera sido un gabinete de transición que, a la brevedad posible y previas reformas políticas, convoque a nuevas elecciones. No ha seguido ni el primer ni el segundo criterio y, peor, el presidente del Consejo de Ministros no tiene una trayectoria tan clara como debía”, sostuvo el politólogo Martín Navarro, profesor de la Universidad Mayor de San Marcos, al diario La República, de Perú.
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El sociólogo Mario Berrios, profesor de las universidades de San Agustín y Católica de Santa María, en la región de Arequipa, hizo un comentario por la misma línea. “Boluarte está dando un giro total a lo que representaba Castillo y de lo que ella era parte. El premier fue candidato de un partido de derecha, sin mencionar a otros ministros. Ella olvida que fue elegida en una plancha de izquierda. Eso le puede generar problemas, como ya vemos en regiones”, sostuvo el docente al mismo diario peruano.
Eso explicaría, en parte, las protestas en el país. Pese a los continuos llamados al diálogo de Boluarte, pequeños grupos en varias regiones han protagonizado protestas que, pese a que no son especialmente violentas ni numerosas, como dice Domínguez Loeda, tienen la capacidad de provocar una fuerte inestabilidad. “Está sembrada una semilla que, si Boluarte no sabe gestionar bien, puede germinar en una ola de descontento fuera de Lima que provoque un caos nacional”, agregó el redactor de EFE.
Por su parte, Fernando Berckemeyer, abogado, periodista y exdirector del diario El Comercio, le dijo a CNN que este es un gabinete “radicalmente diferente frente a aquellos a los que nos tenía acostumbrados Castillo, en los que, más que hojas de vida, prácticamente se necesitaba un prontuario para poder ser nombrado ministro. Esta vez, tenemos unos funcionarios que tienen perfiles más técnicos, serios, sin antecedentes graves más allá del caso del primer ministro”, sostuvo el abogado.
En efecto, Pedro Angulo ha sido cuestionado porque, en un audio, el exjuez supremo César Hinostroza, principal investigado por liderar una red de corrupción, lo mencionó como un hombre de confianza para favorecer a una magistrada. Sin decir que tiene denuncias e incluso señalamientos de acoso, según informó el diario La República.
En el caso del nuevo ministro de Economía, Berckemeyer dice que se trata de un economista respetado, que viene del Banco Central de Reserva, “uno de lo más respetados en América Latina (...) Es una buena señal su nombramiento”, agregó.
Con todo y eso, el abogado dice que el camino por delante es complicado. “El problema de fondo, lo que sucede en Perú, es que los canales de representación están rotos; no hay un verdadero vínculo entre electores y elegidos, y no hay verdaderos sistemas de responsabilidad”, comentó Berckemeyer, entre otros problemas.
Por eso, no es raro el cambio de opinión de Boluarte que, en medio del afán de nombrar a su gabinete, no echó en saco roto la idea de convocar elecciones anticipadas. “La Constitución dice hasta el 2026; sin embargo, si la sociedad, y si es que la situación lo amerita, adelantamos elecciones en conversación con las fuerzas políticas y democráticas del Congreso. Nos sentaremos a conversar”, sostuvo la presidenta.