Una Nicaragua sumida en crisis, ¿cuál ha sido el legado de Daniel Ortega?
Entre la represión a las protestas de 2018, el arresto a los líderes opositores y el arreglo institucional para permanecer en el poder, Nicaragua vive tiempos de crisis bajo el régimen de Daniel Ortega.
Estos son los momentos más importantes de la crisis política en Nicaragua, desde las reprimidas protestas de 2018 contra el gobierno y la detención de unos cuarenta opositores, incluidos siete aspirantes presidenciales, hasta la reelección de Daniel Ortega para un cuarto mandato consecutivo.
Protestas reprimidas
En 2018, Nicaragua se vio sacudida por protestas que exigían la renuncia del presidente Daniel Ortega, en el poder de forma consecutiva desde 2007, y de su esposa, Rosario Murillo, vicepresidenta desde 2017. Los manifestantes acusaban a la pareja presidencial de instaurar una “dictadura” marcada por la corrupción y el nepotismo.
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La comunidad internacional denunció la violenta represión de las protestas, en las que murieron 328 personas, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Cientos de opositores fueron encarcelados y más de 100.000 nicaragüenses se exiliaron.
Sanciones
Estados Unidos impuso sanciones al gobierno y al círculo más cercano del presidente Ortega durante las manifestaciones de 2018. En junio pasado, Washington aplicó sanciones contra más funcionarios y la hija del presidente, Camila Ortega, al acusar al régimen de socavar la democracia y violentar los derechos humanos.
En agosto, la Unión Europea impuso sanciones a Murillo, a su hijo Juan Carlos Ortega y a seis funcionarios del gobierno por “graves violaciones de derechos humanos”.
El 3 de noviembre, el Congreso estadounidense aprobó la llamada ley Renacer, con medidas para aumentar la presión diplomática sobre el gobierno de Ortega. Para el presidente estadounidense, Joe Biden, los comicios en Nicaragua fueron una “farsa, una elección de pantomima que no fue ni libre ni justa, y ciertamente no democrática”.
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Arsenal legal
En octubre de 2020, el Congreso oficialista aprobó una ley que exige el registro como “agente extranjero” de persona o entidad que reciba fondos del exterior, incluidas ONGs, y otra que castiga con prisión la publicación de información que las autoridades consideren falsa o distorsionada. En diciembre de 2020, se aprobó otra ley que encarcela a quienes promuevan sanciones contra Nicaragua, en claro ataque a la oposición. La comunidad internacional y defensores de derechos humanos denunciaron esas leyes como una severa restricción de las libertades y acoso a los rivales políticos.
Convocatoria a elecciones
En mayo de 2021, el parlamento aprobó la composición del nuevo Consejo Supremo Electoral (CSE), integrado por magistrados favorables al gobierno, con miras a unas elecciones en las que el presidente será reelegido para un cuarto mandato consecutivo, sin rivales de peso. El tribunal inhabilitó también en mayo a dos partidos opositores. El CSE convocó a las elecciones para este 7 de noviembre, pese a las críticas de la oposición y la comunidad internacional por la falta de garantías para un proceso justo y transparente.
Detención de opositores
Acercándose las elecciones, el gobierno lanzó una ola de arrestos de líderes opositores. El 2 de junio, la periodista Cristiana Chamorro, aspirante presidencial favorita contra Ortega, fue puesta bajo arresto domiciliario, acusada de lavado de dinero. Es hija de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro y de Pedro Joaquín Chamorro, héroe de la lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza (1937 a 1979).
En los días y semanas siguientes fueron detenidos otros seis aspirantes presidenciales: el politólogo Félix Madariaga, el economista Juan Sebastián Chamorro (primo de Cristiana), el exdiplomático Arturo Cruz, el periodista Miguel Mora, el líder campesino Medardo Mairena y el dirigente conservador Noel Vidaurre. También fueron arrestados otros miembros de la familia Chamorro y destacados disidentes sandinistas, como la excomandante Dora María Téllez, así como dirigentes empresariales y sociales.
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El gobierno acusa a los opositores detenidos de “traidores a la patria” y “golpistas” financiados por Estados Unidos. Washington, que tilda a Ortega de “dictador”, la ONU y la Unión Europea exigen su liberación.
Cuarto mandato consecutivo
El 2 de agosto, el Frente Sandinista (FSLN, izquierda) anunció que Ortega, que el jueves cumplirá 76 años, y su esposa, de 70, serían candidatos a presidente y vicepresidenta. Cuatro días después, el CSE inhabilitó a un tercer partido, el derechista Ciudadanos por la Libertad (CXL).
Ortega logró en la madrugada del lunes su cuarto mandato consecutivo, sin rivales que pusieran en peligro sus intenciones.
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Estos son los momentos más importantes de la crisis política en Nicaragua, desde las reprimidas protestas de 2018 contra el gobierno y la detención de unos cuarenta opositores, incluidos siete aspirantes presidenciales, hasta la reelección de Daniel Ortega para un cuarto mandato consecutivo.
Protestas reprimidas
En 2018, Nicaragua se vio sacudida por protestas que exigían la renuncia del presidente Daniel Ortega, en el poder de forma consecutiva desde 2007, y de su esposa, Rosario Murillo, vicepresidenta desde 2017. Los manifestantes acusaban a la pareja presidencial de instaurar una “dictadura” marcada por la corrupción y el nepotismo.
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Sanciones
Estados Unidos impuso sanciones al gobierno y al círculo más cercano del presidente Ortega durante las manifestaciones de 2018. En junio pasado, Washington aplicó sanciones contra más funcionarios y la hija del presidente, Camila Ortega, al acusar al régimen de socavar la democracia y violentar los derechos humanos.
En agosto, la Unión Europea impuso sanciones a Murillo, a su hijo Juan Carlos Ortega y a seis funcionarios del gobierno por “graves violaciones de derechos humanos”.
El 3 de noviembre, el Congreso estadounidense aprobó la llamada ley Renacer, con medidas para aumentar la presión diplomática sobre el gobierno de Ortega. Para el presidente estadounidense, Joe Biden, los comicios en Nicaragua fueron una “farsa, una elección de pantomima que no fue ni libre ni justa, y ciertamente no democrática”.
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Arsenal legal
En octubre de 2020, el Congreso oficialista aprobó una ley que exige el registro como “agente extranjero” de persona o entidad que reciba fondos del exterior, incluidas ONGs, y otra que castiga con prisión la publicación de información que las autoridades consideren falsa o distorsionada. En diciembre de 2020, se aprobó otra ley que encarcela a quienes promuevan sanciones contra Nicaragua, en claro ataque a la oposición. La comunidad internacional y defensores de derechos humanos denunciaron esas leyes como una severa restricción de las libertades y acoso a los rivales políticos.
Convocatoria a elecciones
En mayo de 2021, el parlamento aprobó la composición del nuevo Consejo Supremo Electoral (CSE), integrado por magistrados favorables al gobierno, con miras a unas elecciones en las que el presidente será reelegido para un cuarto mandato consecutivo, sin rivales de peso. El tribunal inhabilitó también en mayo a dos partidos opositores. El CSE convocó a las elecciones para este 7 de noviembre, pese a las críticas de la oposición y la comunidad internacional por la falta de garantías para un proceso justo y transparente.
Detención de opositores
Acercándose las elecciones, el gobierno lanzó una ola de arrestos de líderes opositores. El 2 de junio, la periodista Cristiana Chamorro, aspirante presidencial favorita contra Ortega, fue puesta bajo arresto domiciliario, acusada de lavado de dinero. Es hija de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro y de Pedro Joaquín Chamorro, héroe de la lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza (1937 a 1979).
En los días y semanas siguientes fueron detenidos otros seis aspirantes presidenciales: el politólogo Félix Madariaga, el economista Juan Sebastián Chamorro (primo de Cristiana), el exdiplomático Arturo Cruz, el periodista Miguel Mora, el líder campesino Medardo Mairena y el dirigente conservador Noel Vidaurre. También fueron arrestados otros miembros de la familia Chamorro y destacados disidentes sandinistas, como la excomandante Dora María Téllez, así como dirigentes empresariales y sociales.
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El gobierno acusa a los opositores detenidos de “traidores a la patria” y “golpistas” financiados por Estados Unidos. Washington, que tilda a Ortega de “dictador”, la ONU y la Unión Europea exigen su liberación.
Cuarto mandato consecutivo
El 2 de agosto, el Frente Sandinista (FSLN, izquierda) anunció que Ortega, que el jueves cumplirá 76 años, y su esposa, de 70, serían candidatos a presidente y vicepresidenta. Cuatro días después, el CSE inhabilitó a un tercer partido, el derechista Ciudadanos por la Libertad (CXL).
Ortega logró en la madrugada del lunes su cuarto mandato consecutivo, sin rivales que pusieran en peligro sus intenciones.
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