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La cotización oficial del dólar pasó de 4,18 millones de bolívares el jueves a 4,18 el viernes. ¿Milagrosa recuperación de la moneda de Venezuela? No... El país caribeño, sumido en la hiperinfalción, le quitó seis ceros para facilitar operaciones.
“Todo aquello expresado en moneda nacional se dividirá entre un millón”, comunicó el Banco Central de Venezuela (BCV) al anunciar la tercera reconversión que realiza este país en crisis desde 2008, con lo que 14 ceros en total han sido eliminados al bolívar en 13 años.
Acompañando la medida, que entró en vigencia este viernes, sale a la calle un nuevo cono monetario: una moneda de un bolívar y billetes de 5, 10, 20, 50 y 100.
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La máxima denominación equivaldrá a unos 24 dólares de acuerdo a las tasas del BCV.
El mayor billete de la vieja familia, de un millón, apenas representa 25 centavos de dólar y ni siquiera compra un caramelo. Seguirá en circulación junto a los nuevos por unos meses.
La situación refleja “la poca capacidad que han tenido los actores económicos en Venezuela para controlar la hiperinflación”, un fenómeno que “ha empobrecido mucho a la población”, comentó a la AFP Luis Arturo Bárcenas, economista de la firma Ecoanalítica.
Tres de cada cuatro hogares venezolanos están en pobreza extrema, con ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades alimenticias, según los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, coordinada por una de las principales universidades del país, divulgados el miércoles.
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La primera reforma del bolívar fue puesta en marcha por el fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013), quien le quitó tres ceros a la moneda.
Su sucesor, Nicolás Maduro, emprendió una nueva en 2018, con cinco ceros menos, y ahora saca de la ecuación seis ceros más tan solo tres años después.
La inflación, proyectada en 1.600% en 2021 por Ecoanalítica, ha sido destructiva y combinada con gigantescas devaluaciones y una constante depreciación, 73,34% solo este año, ha vaciado de valor al bolívar.
Todo ello derivó en una dolarización informal, pues los venezolanos tratan de proteger sus ingresos usando moneda extranjera, lo que Maduro ha tildado de “válvula de escape” en un país que lleva ocho años de recesión.
Aunque el mandatario socialista no levantó formalmente el control de cambio impuesto en 2003, se ha visto obligado a flexibilizarlo ante el colapso de los ingresos del país provocado debido al derrumbe de su industria petrolera y las restricciones de financiamiento por las sanciones de Estados Unidos para intentar desplazarlo de poder. Los bancos locales, pese a limitaciones, están autorizados a mover dólares después de 15 años de prohibición.
Dos tercios de las transacciones en Venezuela se hacen en dólares, según Ecoanalítica.
Nerviosismo
En las 24 horas previas a la reconversión, el dólar se disparó en el mercado negro surgido en respuesta al control de cambio, aunque siguió estable en las cotizaciones oficiales del BCV.
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Las tasas de cambio paralelas se dispararon de 4,3 millones de bolívares por dólar a más de 5 millones.
Temerosos de problemas operativos por la reconversión, muchos comercios en Caracas limitaron las transacciones en bolívares, en su inmensa mayoría con tarjetas de débito o transferencias bancarias debido a la escasez de efectivo.
El gobierno de Maduro ha llamado a la calma.
“(El bolívar) no va a valer más, no va a valer menos, es solamente una escala monetaria que estamos aplicando suprimiendo seis ceros para facilitar las transacciones”, dijo la vicepresidenta Delcy Rodríguez el lunes.
Maduro habla de “bolívar digital” al referirse al reconvertido bolívar, pidiendo la “digitalización” total de pagos.
Las reconversiones fueron habituales en Latinoamérica, en especial en los tiempos de hiperinflación en países como Argentina, Brasil o Perú en las décadas de 1980 y 1990.