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Esta semana unos 425 mineros, 380 colombianos y 45 brasileños fueron echados de territorio venezolano por militares, lo que fue calificado por la autoridades colombianas como una violación de los derechos humanos. No obstante, Venezuela subestimó la acusación.
"No es como lo trata de hacer ver el gobierno colombiano que habla del cierre de una mina y que dejaron desempleados a un montón de humildes trabajadores, porque en el estado Amazonas está prohibida la actividad minera", dijo el vicepresidente venezolano, Ramón Carrizales, a la agencia estatal de prensa ABN.
La masiva expulsión es otro golpe a las relaciones entre Colombia y Venezuela, que se mantienen congeladas desde que Bogotá firmó un convenio militar con Estados Unidos para la utilización de bases castrenses en el país sudamericano y ha afectado en comercio entre los vecinos.
Carrizales también comentó que el caso estaba siendo utilizado por el Gobierno neogranadino como un "esquema de guerra mediática y psicológica (...) y de amenaza al país". Los mineros se encontraban en la mina Yacapana, cerca de la ciudad de San Fernando de Atabapo, zona protegida por las leyes de resguardo natural del Gobierno venezolano.
"En el parque Yapacana la Fuerza Armada Bolivariana se encuentra realizando operaciones para combatir la minería ilegal (...) han causados destrozos en este monumento natural", dijo Carrizales en la nota de ABN.
Venezuela y Colombia comparten una frontera de más de 2.200 kilómetros, donde conviven el narcotráfico, grupos armados irregulares y el contrabando.