Venezuela, la tierra “prometida” para el bitcoin

El país con la peor situación económica de la región es donde se registran más transacciones con la moneda virtual. Triplica a Brasil y le pisa los talones a China, que controla el 70 % de este mercado.

Salvador Robayo
11 de agosto de 2017 - 03:00 a. m.
Trabajadores de un banco cuentan billetes de 100 bolívares, que hoy no alcanzan para mucho.  / Efe
Trabajadores de un banco cuentan billetes de 100 bolívares, que hoy no alcanzan para mucho. / Efe
Foto: EFE - MIGUEL GUTIERREZ
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Venezuela tiene la inflación más alta del mundo. Según datos del Parlamento (opositor), hasta julio alcanzaba 249 %, pero el Fondo Monetario Internacional la proyecta en 720 % para finales de año. La caída de los precios del petróleo desde 2014 devastó la economía venezolana, que recibe 96 % de sus divisas de la exportación de crudo.

El país, que encadena tres años de fuerte contracción (9,7 % en 2016, según la Cepal), redujo drásticamente las importaciones, generándose una severa escasez de alimentos y medicinas. Además, la industria funciona al 30 % de su capacidad, por falta de insumos.

Por el lado de las divisas, las sucesivas devaluaciones han llevado al bolívar a perder el 99 % de su valor en poco más de siete años, desde que en enero de 2010 Hugo Chávez devaluó un 50 % la moneda.

Con este panorama, los venezolanos encontraron en el bitcoin una herramienta para sortear la crisis económica. El bitcoin es una moneda virtual o red de pagos descentralizada, creada en 2007, que no necesita intermediarios o terceros para circular. Es más, ningún gobierno puede regularla. El de Maduro tampoco.

Su valor ha subido constantemente desde la década pasada y hoy se cotiza en US$3.346. Ese desarrollo es el que ha permitido que miles de personas alrededor del mundo comercien con la moneda o se dediquen a crearla y venderla, un proceso conocido como mining.

Y es aquí en donde los venezolanos se están volviendo toda una potencia. Para crear un bitcoin, un computador tiene que resolver un algoritmo; una vez lo hace, recibe a cambio un bitcoin. En palabras más sencillas: en el proceso de minería, una computadora potente debe resolver problemas matemáticos.

Cada vez que resuelve uno de esos problemas, se procesa un bloque de bitcoins y el minero (dueño del computador) es recompensado con unidades de moneda. La dificultad de los puzzles aumenta cada vez más para así asegurar un flujo de bitcoins.

Pero hay un límite de producción: cada día se pueden producir, máximo, 1.800 unidades de la moneda. Un proceso que requiere mucha electricidad, y por eso son pocos los países en donde el mining es rentable.

En el primer lugar con más mineros está China, donde la electricidad tiene un costo muy bajo, lo cual permite la creación de operaciones altamente efectivas. China controla por lo menos el 70 % del mercado de la creación de bitcoin, con la competencia más cercana en India, donde se hace 4 % del mining total en el mundo.

Venezuela está emergiendo como un importante competidor de la industria de mining en China. El país chavista tiene una ventaja frente a otros países de la región, pues la energía es muy barata. Si bien el Gobierno ha hecho racionamientos y el suministro puede no ser tan estable, el precio es mínimo, pues está subsidiado por el gobierno Maduro.

Un kilovatio vale 0,2 centavos de dólar, un valor muy competitivo y que hace del mining una empresa próspera.

Transacciones y más

Como el valor del bitcoin se mide en dólares, los venezolanos decidieron que era la mejor opción para sacarle el cuerpo al devaluado bolívar.

Existen una decena de foros virtuales como Bitcoin Venezuela o Local Bitcoins, con más de 7.000 miembros, en donde es evidente cómo se populariza la moneda en el país. Además, explican economistas, con esta unidad se pueden proteger los ahorros. De acuerdo con Coin.Dance, el año pasado las transacciones con bitcoins por semana eran de US$15.000. Hoy se han duplicado.

Con tan sólo mirar páginas de transacciones de bitcoins en Venezuela, como Localbitcoins.com, se encuentra un mercado dinámico y robusto, a pesar de que el mining es ilegal en ese país. Aun así, el crecimiento del mercado continuará según las proyecciones de los expertos.

Hoy Venezuela es el país con mayor cantidad de transacciones en Suramérica, triplicando a Brasil, que hasta hace poco ocupaba el segundo lugar, con US$550.000. En Chile y Argentina, en donde el bitcoin tiene también gran movimiento, se hacen operaciones semanales por US$150.000, en promedio. Y un dato: la Unión Europea (27 países) mueve 1,7 millones de euros.

Quienes se mueven en este mercado explican a la prensa que las razones del crecimiento tienen que ver mucho con el envío de dinero al extranjero. El gobierno de Maduro limita el envío de divisas, mientras que quienes abren una cuenta en bitcoins pueden recuperar sus fondos desde el exterior y se saltan los controles.

Así se compran los bitcoins

En países europeos, la moneda virtual se comercia a través de páginas especializadas. Sin embargo, en América Latina no existe esta formalidad. En Venezuela, principalmente, la compra y la venta de la moneda virtual se realizan en páginas virtuales o a través de foros de Facebook.

Los venezolanos se dan consejos sobre cómo comprar, cuándo vender y cómo producirlos. Los foros son muy activos y se evidencia cómo se vinculan cada vez más ciudadanos a la criptomoneda y la convierten en una profesión.

La entrada y salida de dinero en efectivo está limitada por el gobierno de Maduro, por eso los bancos, como Banesco, limitan las transacciones a US$400 diarios. También existe un mercado negro para evitar los controles fiscales. Muchas empresas, particularmente de viajes, han optado por no recibir bolívares y aceptan como método de pago los bitcoins.

Esta moneda se puede intercambiar por bolívares o dólares, que los venezolanos usan para comprar productos básicos en el exterior. Las escasez de productos básicos llega al 80 % en el país, según datos de la prensa local.

En los grupos de Facebook dedicados al comercio con bitcoins, los venezolanos ofrecen desde bicicletas, comida y carros hasta botes, licor, suplementos de proteínas, jabón, smartphones, desodorante, condones y papel higiénico. Otra oferta que crece mucho es la de medicamentos, cuya escasez se calcula en el 72 %, según los últimos datos.

Además, el mercado del dólar paralelo, el más usado, hace que el bitcoin deje grandes ganancias. En el mercado negro, un dólar compra actualmente más de 3.000 bolívares. De ahí el entusiasmo venezolano con este mercado virtual.

En 2016 fue la moneda de mejor rendimiento en todo el mundo, con un crecimiento del 125 %. Un crecimiento que es básicamente el resultado de una mayor demanda que oferta de la moneda virtual. Actualmente hay cerca de 15 millones de bitcoins y se estima que el valor de los bitcoins en todo el mundo supera los US$16.000 millones.

En alerta

Pero no todo es tan sencillo. Ante el crecimiento del número de mineros, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) ha empezado a realizar allanamientos en casas donde se reporta un alto consumo de energía.

Por eso, quienes realizan esta actividad comienzan a hacer de su negocio algo ambulante. Se cambian de lugar y suelen ubicarse en sitios cercanos a zonas industriales para camuflar el gasto exagerado de energía.

Para el gobierno chavista, el bitcoin es una “herramienta de cibercriminales quienes, entre otras cosas, evaden las políticas cambiarias”. Así lo reportó la prensa oficialista. Y dicen que se han presentado algunos arrestos.

Las computadoras para producir bitcoins oscilan entre los US$500 y US$2.000. Las ganancias empiezan a llegar a partir del séptimo mes, en promedio.

Por Salvador Robayo

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