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Fue en el mes de febrero que los rumores se hicieron más fuertes: un diálogo entre la oposición y el gobierno de Nicolás Maduro venía en camino. Entonces, se reportó que una delegación de Noruega había llegado a Caracas para destrabar el diálogo. Según revelaban fuentes locales, Estados Unidos y la Unión Europea venían adelantando desde hacía meses una discreta ronda de conversaciones preliminares que llegaran a un encuentro entre las partes.
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Uno de los condicionantes para que la oposición accediera a sentarse a la mesa con el gobierno chavista (que cuando está con el agua al cuello acepta dialogar) fue que Nicolás Maduro anunciara elecciones regionales libres. Y así fue. El presidente no solo anunció los comicios, que se celebrarán el 21 de noviembre de 2021 sino que dijo que respetaría el triunfo de la oposición.
Detrás de este anuncia estaba la posibilidad de que el gobierno de Joe Biden y la Unión Europea levantaran algunas de las sanciones. Días después Maduro dijo que eliminará la figura de los “protectores”, creada por el propio mandatario en regiones en las que la oposición había ganado gobernaciones o alcaldías para restarle atribuciones a los funcionarios electos y entregarlas a miembros del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
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Entonces se mencionó que uno de los hombres claves para las negociaciones era Henrique Capriles, quien junto a Juan Guaidó, hablaban con la Administración Biden y la UE .
De acuerdo con el diario El País de España estos acercamientos ya dieron sus frutos. “El Gobierno de Venezuela y la oposición se preparan para una nueva negociación que siente las bases con las que paliar la crisis del país sudamericano”.
Señala el diario español que México será el lugar del encuentro, pues Santo Domingo y Barbados fueron descartados. Confirma la mediación de Noruega y el “visto bueno” de Estados Unidos.
Javier Lafuente reporta que “varios de los implicados, entre ellos el presidente venezolano, Nicolás Maduro, han manifestado en las últimas semanas que están dispuestos a arrancar una negociación en agosto, pero de puertas para adentro”, pero aclara que la desconfianza crece en un sector del chavismo y otro sector de la oposición.
El papel de México
Dice Lafuente en El País que, aunque las cosas van por buen camino, todo se puede dañar. “El principal temor, mantiene esta fuente, es que la batalla mediática se imponga sobre el fondo de las conversaciones”, según cita el medio.
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La participación de México en esta nueva ronda puede ayudar a que las conversaciones no se descarrilen. “La diplomacia mexicana, que fue testigo del proceso de Santo Domingo bajo el mandato de Enrique Peña Nieto, no ha concretado cuál será su papel en estas conversaciones, para las que ha puesto sobre la mesa diversas sedes, desde Cancún a Ciudad de México, aunque también se han barajado haciendas en Cuernavaca, próxima a la capital del país. La opción caribeña, muy plausible por la conectividad y las instalaciones, no termina de convencer a un sector de la oposición que teme que el entorno sirva para banalizar las reuniones”, dice El País.
El papel del Vaticano está en entredicho, luego de que el obispo auxiliar de Caracas, Ricardo Barreto, leyera una carta del secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, del pasado 21 de julio, en el que pedía impulsar el diálogo. En la carta, el representante del papa Francisco le pedía a Fedecámaras que es “importante que la sociedad civil sea protagonista de la solución a la crisis actual”.
La solución a la misma “solo se dará si los venezolanos y, especialmente, los que tienen algún tipo de responsabilidad política, están dispuestos a sentarse y a negociar de un modo serio”, consideró en la misiva.
Para llegar a acuerdos que abran la puerta a soluciones, Parolin aseguró que es necesaria la “voluntad política por parte de los involucrados”, así como la disponibilidad para “dejar que el bien común prevalezca sobre intereses particulares y el apoyo responsable de la sociedad civil y de la comunidad internacional”. El Vaticano pidió finalmente, “generosidad y paciencia” en un posible diálogo.