La falta de gasolina en Venezuela, hasta hace poco aliviada, se ha recrudecido en buena parte de la nación, justo cuando se cumplen 20 años de un paro petrolero que obligó al país, entonces quinto exportador de crudo del mundo, a importar combustible, una necesidad que hoy persiste.
Foto: EFE - Henry Chirinos
Todo consistía en un proceso sencillo: maniobrar el vehículo, acercarlo lo más posible a la estación de servicio y acordar con el operador de la bomba con cuántos litros de gasolina se deseaba tanquear el carro. El gasolinero insertaba la manguera y, con solo apretar el gatillo, daba por finalizado el proceso en que se vendía la gasolina más barata del mundo.
Por Tomás Tarazona Ramírez
Periodista de investigación con énfasis en conflicto, memoria y paz.ttarazona@elespectador.com