Violencia sexual, otro de los procesos que Donald Trump debe enfrentar en la corte
Los expedientes judiciales del republicano siguen creciendo conforme pasa el tiempo. El expresidente, que ya está en la línea de partida para la carrera presidencial, más allá de verse afectado, puede utilizar los procesos en su contra para salir fortalecido dentro del juego político.
Tomás Tarazona Ramírez
“Todo comenzó con un encuentro amistoso”. Jean Carroll, una conocida escritora de Estados Unidos, inició así su relato sobre cómo Donald Trump, cuando apenas superaba el umbral de los 30 años, presuntamente abusó de ella. El nuevo paso del expresidente por los juzgados estadounidenses junto con sus abogados debe determinar si el hoy candidato presidencial en efecto violó a la redactora y, además, difamó su imagen al tratar de desacreditar las acusaciones de acceso carnal violento.
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“Todo comenzó con un encuentro amistoso”. Jean Carroll, una conocida escritora de Estados Unidos, inició así su relato sobre cómo Donald Trump, cuando apenas superaba el umbral de los 30 años, presuntamente abusó de ella. El nuevo paso del expresidente por los juzgados estadounidenses junto con sus abogados debe determinar si el hoy candidato presidencial en efecto violó a la redactora y, además, difamó su imagen al tratar de desacreditar las acusaciones de acceso carnal violento.
El caso del republicano, que actualmente libra varias batallas judiciales en distintos frentes, será estudiado por un tribunal de Nueva York no solo para conocer qué sucedió realmente con Carroll, que lo acusa de haberla violado en unos vestidores hace 40 años. También se busca poner en evidencia las conductas sexualmente agresivas que el magnate habría tenido en su juventud contra varias mujeres en Estados Unidos. Al menos 26 mujeres, asegura el diario británico The Guardian, han hecho algún tipo de señalamiento por conductas inapropiadas por parte del expresidente que oscilan entre insinuaciones sexuales fuera de lugar hasta el acceso carnal violento.
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El ecosistema Trump
Los gabinetes de los juzgados estadounidenses contienen denuncias e investigaciones de todo tipo contra Trump. Están las pesquisas que señalan al expresidente de haber tenido protagonismo en el asalto al Capitolio de Washington y querellas por supuestamente haber hecho defraudaciones de amplias sumas de dinero. Sin embargo, las denuncias por conductas sexuales inapropiadas también ocupan un espacio grande dentro de los archivos.
Justamente, el republicano se convirtió en el primer expresidente de Estados Unidos en ser acusado con cargos penales hace un mes. Se trata del caso relacionado con una actriz porno y los pagos fraudulentos que se habrían hecho a cambio del silencio de la mujer, una imputación que, aunque está al margen del caso de ahora, se enmarca en un panorama más amplio de acusaciones en contra del exmandatario.
Dan Barry, columnista del New York Times, aseguró hace semanas que es precisamente esa “personalidad playboy” de Trump la que ahora ha vuelto para “atormentarlo” en lo estrados. Ese mismo periódico considera que el juicio que se inicia se trata del “más grave” que tiene el ahora candidato por “acusaciones de conducta sexual inapropiada”.
¿Qué sucedió?
La demanda civil que Carroll interpuso contra Trump es una historia de larga data. De acuerdo con la escritora, en 1996 o 1997, un joven Donald Trump la violó en un vestidor de Estados Unidos. Carroll, sin embargo, menciona que guardó su secreto durante casi 40 años al temer represalias del poder y dinero que desde esa época Trump ya tenía.
Este proceso judicial consiste en dos partes. Por un lado, Carroll señala a Trump de violación. Por otro, la escritora busca demostrar en la corte que el expresidente difamó su imagen al tratarla de “loca” y desacreditar sus versiones de abuso sexual. Aunque esta sea una demanda civil, el tribunal de Nueva York juzgará ambos procesos como si fueran uno solo y en menos de un mes, asegura el Times, habrá un veredicto.
La historia de Carroll se hizo pública a través de entrevista con medios y con la publicación de su libro ¿Para qué necesitamos a los hombres?, en que hace un relato paso a paso de cómo Trump pidió a Carroll que se probara lencería y se la mostrara, lo que según ella fue la antesala de la violación. En el camerino, menciona Carroll, Trump la empujó, la besó a la fuerza, la despojó de sus prendas y la accedió carnalmente.
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¿Por qué esperar 40 años para hacer la denuncia? En sus memorias Carroll describe lo que fueron las escenas posteriores a la presunta violación. La escritora menciona que no fue a la Policía nunca, pero sí se dirigió a contarles los hechos a dos amigos periodistas. Uno de ellos la instó a ir a una comisaría. El otro, por su parte, le advirtió que la “enterrarían” y “sería arrastrada por el barro” si llegase a hacer pública su denuncia. Además, Carroll señala que durante años hizo un proceso de sanación y temió represalias de Trump o sus abogados.
Cuando Carroll decidió publicar su libro y empezar a divulgar sus acusaciones, Trump aún ocupaba su puesto presidencial en la Casa Blanca. A través de redes sociales, el entonces mandatario aseguró que la escritora “no era su tipo”, y que todos los señalamientos que había dicho eran o “broma” o “mentira”, declaraciones que valieron para que fuera demandado por difamación.
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Según The Guardian, Trump ha aplicado la misma estrategia de desentendimiento contra otras mujeres que lo acusan de conductas inapropiadas. En varios casos, el expresidente mencionó que “no eran suficientemente atractivas para él”, mientras que en una circunstancia se remite a acusar a sus presuntas víctimas, tildándolas de “locas” o personas en “busca de fama y dinero”.
Los vericuetos de la ley
¿Tiene fundamento legal un supuesto delito que se cometió hace 40 años? En este caso sí. A mediados de 2022, Nueva York aprobó la Adult Survivor Act, una ley que da un plazo de un año para que cualquier víctima de agresión sexual pueda presentar una demanda civil contra su supuesto victimario. Algo que de acuerdo con la exfiscal de delitos sexuales, Jane Manning, abría una “ventana” para las víctimas y hacía que los delitos de los que fueron víctimas no prescriban; algo que no sucede por ejemplo con el delito de robo, fraude o tráfico de drogas.
Esta ley decreta que no importa cuánto tiempo haya pasado desde la presunta agresión sexual, la única condición que se debe cumplir es que el abuso haya sucedido mientras la víctima fuera mayor de edad. De acuerdo con Carroll, la violación de Trump sucedió en un lapso entre 1996 y 1997, lo cual la habilitó para presentar esta demanda.
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“La agresión sexual es un crimen altamente traumático. El trauma en sí toma tiempo para procesarse”, aseguró Manning cuando se aprobó la ley. La funcionaria explicó que se debe tener en cuenta que “nuestra cultura nos ha cargado a muchos con mitos sobre cómo se ve una violación real que no coincide con las agresiones sexuales reales que ocurren en la vida real”.
Dilata y vencerás, la estrategia de Trump
Aunque el juicio se inicie este martes, Trump no asistirá al tribunal. Esto debido a que el juez dio la posibilidad que tanto el demandado como la demandante se abstengan o no de presenciar el juicio. Sin embargo, durante varios meses los abogados del expresidente han aplicado una estrategia que trata de dilatar el proceso y desacreditarlo.
Justo como en otros procesos judiciales que Trump mantiene, el magnate ha asegurado que es víctima de una persecución política o que en su defecto, no tiene conocimiento alguno de los supuestos delitos que se le achacan. Tanto así, que Lewis Kaplan, el juez que llevará a cabo el juicio, criticó los mecanismos de Trump y sus defensores de buscar “el efecto probable con el propósito de retrasar” el proceso.
Además, los abogados de Trump han apelado cada una de las decisiones que los tribunales toman. En dado caso que los juzgados hubiesen permitido estas apelaciones, la “vida útil” de la ley Adult Survivor Act se habría terminado, y el expresidente habría quedado prácticamente absuelto de este proceso.
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Lawrence Gumbiner, diplomático y experto en leyes estadounidenses, asegura que la estrategia de Trump en todos sus procesos es básicamente la misma. El expresidente busca salir fortalecido en su carrera a la presidencia, por lo cual utilizará sus redes sociales para mostrarse como víctima y objeto de persecuciones, más aún ahora que Joe Biden ha anunciado oficialmente su aspiración a la reelección.
Sin embargo, Gumbiner, que fue consultado para analizar la imputación penal por el caso Stormy Daniels, considera que “Trump es el más favorecido” en todos los casos penales y civiles que tiene, por más complicada que se vea su situación. El analista explica que durante cuatro años de presidencia, Trump vivió prácticamente dedicado a las cámaras y los comentarios, lo cual de una u otra manera favorecía su posición política.
En este caso en específico, los abogados de Trump escribieron una carta en que criticaban que este caso se trataba básicamente de un “diluvio de cobertura mediática perjudicial” para su apoderado y la carrera presidencial de 2024. Además, explicaron que Trump no asistiría al juicio debido a las “cargas financieras” que esto implicaría.
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