Vizcarra presidente de Perú... ¿hasta cuándo?
Con la renuncia de Kuczynski, el encargado de liderar a Perú será el ingeniero Martín Vizcarra, quien también ha sido acusado de corrupción.
El Espectador
Un inesperado regalo de cumpleaños recibió este jueves el político limeño Martín Vizcarra. El mismo día en el que llega a los 55 años se enteró de que a partir de esta semana será el nuevo presidente de Perú.
Al ser el primer vicepresidente del país, Vizcarra es constitucionalmente quien debe hacerse cargo de la jefatura de Estado tras la renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczynski. Una vez el Congreso acepte la dimisión del primer mandatario, este ingeniero civil de profesión, que hasta hace poco era una figura desconocida en la política peruana, ocupará la Casa de Pizarro hasta el año 2021.
La noticia lo tomó por sorpresa. Vizcarra, quien también era embajador de Perú en Canadá, se encontraba en Ottawa cuando supo de la renuncia de Kuczynski. Rápidamente, el político tomó un avión y viajó directo a Lima, en donde será juramentado por el Parlamento como el nuevo presidente de su país.
(Lea: Cumbre de las Américas: la renuncia de Kuczynski no cambió los planes de Trump)
Nacido en Lima, el vicepresidente estuvo dedicado al negocio de la construcción durante la mayor parte de su vida profesional. Dio el salto a la política en 2010, al mando de un partido independiente, y fue elegido gobernador de Moquegua. Su gestión fue aplaudida. Vizcarra se perfilaba como uno de los fenómenos políticos de la década, algo que atrajo la atención de diferentes partidos.
Y fue en 2016 cuando dio el siguiente paso. El ingeniero limeño aceptó la propuesta de Pedro Pablo Kuczynski para ser su fórmula vicepresidencial, cargo que en Perú tiene un carácter más simbólico que formal. Pero los planes de PPK con Vizcarra eran más ambiciosos.
Una vez alcanzaron la victoria, fue mucha la especulación en torno al cargo que desempeñaría Vizcarra en el gobierno de Kuczynski. Algunos medios locales sugerían que el limeño sería el jefe del gabinete ministerial, pero el presidente apeló a su experiencia como ingeniero y lo nombró ministro de Transportes.
Vizcarra, con pocos años en la política, se convertía en el jefe de una de las carteras más importantes de Perú, encargada de las obras de infraestructura. En su momento, se habló de que el presidente Kuczynski lo estaba preparando para tareas más difíciles y lo veía como un posible sucesor.
(Lea también: ¿Qué dijo Kuczynski antes de dejar la presidencia de Perú?)
Pero el experimento resultó ser un desastre. En marzo de 2017, un sector del Parlamento peruano cuestionó la decisión de Vizcarra de adjudicar la obra de un aeropuerto en Cuzco a un consorcio extranjero. Tiempo después se supo que el entonces ministro había decidido, sin consultar a nadie, ayudar con dinero a los constructores.
El escándalo provocó la ira de la oposición, que de inmediato solicitó su renuncia por “ineptitud”. Ante la gravedad de las acusaciones, y la contundencia de las pruebas, Vizcarra evitó el juicio político y renunció a su cargo. Como en exilio de lujo fue enviado a Canadá, donde guardó silencio ante los intentos de destitución de Kuczynski.
Sin embargo, Vizcarra no está en la obligación de aceptar el cargo. En caso de declinar, la jefatura de Estado le correspondería a la economista Mercedes Aráoz, la segunda vicepresidenta de Kuczynski y quien ha repetido en varias ocasiones que renunciaría a la Presidencia en caso de que le toque asumirla. Las renuncias de los vicepresidentes deben ser aceptadas por el Congreso.
Si los dos renuncian, será el presidente del Congreso, representado ahora por el parlamentario fujimorista Luis Galarreta quien asuma la Presidencia y deberá convocar a elecciones extraordinarias. Una situación que no se ha presentado desde el año 2001, con la renuncia y posterior destitución del entonces presidente Alberto Fujimori, quien cayó, paradójicamente, también gracias a un escándalo de videos.
Lo que se abre en Perú es un periodo de incertidumbre, de pocas certezas que recuerdan que la nación latinoamericana sigue siendo casi que ingobernable...
Un inesperado regalo de cumpleaños recibió este jueves el político limeño Martín Vizcarra. El mismo día en el que llega a los 55 años se enteró de que a partir de esta semana será el nuevo presidente de Perú.
Al ser el primer vicepresidente del país, Vizcarra es constitucionalmente quien debe hacerse cargo de la jefatura de Estado tras la renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczynski. Una vez el Congreso acepte la dimisión del primer mandatario, este ingeniero civil de profesión, que hasta hace poco era una figura desconocida en la política peruana, ocupará la Casa de Pizarro hasta el año 2021.
La noticia lo tomó por sorpresa. Vizcarra, quien también era embajador de Perú en Canadá, se encontraba en Ottawa cuando supo de la renuncia de Kuczynski. Rápidamente, el político tomó un avión y viajó directo a Lima, en donde será juramentado por el Parlamento como el nuevo presidente de su país.
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Nacido en Lima, el vicepresidente estuvo dedicado al negocio de la construcción durante la mayor parte de su vida profesional. Dio el salto a la política en 2010, al mando de un partido independiente, y fue elegido gobernador de Moquegua. Su gestión fue aplaudida. Vizcarra se perfilaba como uno de los fenómenos políticos de la década, algo que atrajo la atención de diferentes partidos.
Y fue en 2016 cuando dio el siguiente paso. El ingeniero limeño aceptó la propuesta de Pedro Pablo Kuczynski para ser su fórmula vicepresidencial, cargo que en Perú tiene un carácter más simbólico que formal. Pero los planes de PPK con Vizcarra eran más ambiciosos.
Una vez alcanzaron la victoria, fue mucha la especulación en torno al cargo que desempeñaría Vizcarra en el gobierno de Kuczynski. Algunos medios locales sugerían que el limeño sería el jefe del gabinete ministerial, pero el presidente apeló a su experiencia como ingeniero y lo nombró ministro de Transportes.
Vizcarra, con pocos años en la política, se convertía en el jefe de una de las carteras más importantes de Perú, encargada de las obras de infraestructura. En su momento, se habló de que el presidente Kuczynski lo estaba preparando para tareas más difíciles y lo veía como un posible sucesor.
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Pero el experimento resultó ser un desastre. En marzo de 2017, un sector del Parlamento peruano cuestionó la decisión de Vizcarra de adjudicar la obra de un aeropuerto en Cuzco a un consorcio extranjero. Tiempo después se supo que el entonces ministro había decidido, sin consultar a nadie, ayudar con dinero a los constructores.
El escándalo provocó la ira de la oposición, que de inmediato solicitó su renuncia por “ineptitud”. Ante la gravedad de las acusaciones, y la contundencia de las pruebas, Vizcarra evitó el juicio político y renunció a su cargo. Como en exilio de lujo fue enviado a Canadá, donde guardó silencio ante los intentos de destitución de Kuczynski.
Sin embargo, Vizcarra no está en la obligación de aceptar el cargo. En caso de declinar, la jefatura de Estado le correspondería a la economista Mercedes Aráoz, la segunda vicepresidenta de Kuczynski y quien ha repetido en varias ocasiones que renunciaría a la Presidencia en caso de que le toque asumirla. Las renuncias de los vicepresidentes deben ser aceptadas por el Congreso.
Si los dos renuncian, será el presidente del Congreso, representado ahora por el parlamentario fujimorista Luis Galarreta quien asuma la Presidencia y deberá convocar a elecciones extraordinarias. Una situación que no se ha presentado desde el año 2001, con la renuncia y posterior destitución del entonces presidente Alberto Fujimori, quien cayó, paradójicamente, también gracias a un escándalo de videos.
Lo que se abre en Perú es un periodo de incertidumbre, de pocas certezas que recuerdan que la nación latinoamericana sigue siendo casi que ingobernable...