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Con la salida del embajador venezolano, Félix Plasencia, son varios los temas que han quedado pendientes en el marco de la normalización de las relaciones bilaterales entre Colombia y Venezuela. Si bien se puede destacar la recuperación de las relaciones diplomáticas, la de las relaciones consulares no parece ser una prioridad para el régimen venezolano.
El discreto y sobrio papel del saliente embajador Plasencia se limitó a la recuperación de la residencia y a la conmemoración de la muerte del Libertador, poco o nada se preocupó por los venezolanos en condición de movilidad humana residentes en Colombia, muy en consonancia con el discurso chavista que niega la diáspora venezolana, del cual han hecho eco las autoridades colombianas.
Uno de los temas que demandan una respuesta urgente en materia de servicios consulares es el otorgamiento de la nacionalidad a los niños y las niñas de Venezuela que nacieron en Colombia desde el inicio de la crisis de movilidad humana proveniente del hermano país.
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Son más de 265.391 niños y niñas nacidos en Colombia de padres venezolanos entre 2015 y 2022 que tienen derecho a reclamar su nacionalidad venezolana. El Estado colombiano ha expedido medidas para contener el riesgo de apatridia como el régimen especial y excepcional para adquirir la nacionalidad colombiana por nacimiento, para hijos e hijas de venezolanos en situación de migración regular, irregular o de solicitantes de refugio.
Es así como desde septiembre de 2019 las autoridades les han concedido la nacionalidad colombiana a los hijos de padres venezolanos nacidos en Colombia a partir de enero de 2015, una medida que estará vigente hasta el presente año y que demanda acciones del gobierno Petro para ser renovada. Para finales de mayo de 2022 solamente se habían acogido unos 78.303 niños y niñas, que recibieron la nacionalidad colombiana, poco menos del 30 % del total de los niños y las niñas venezolanos que nacieron en el país, según la información del Observatorio Colombiano de Migración desde Venezuela del DNP y el Conpes 4100.
Este tema, que debería ser una de las prioridades en el marco de la recuperación de las relaciones bilaterales entre Colombia y Venezuela, no es impulsado por el cuerpo diplomático del régimen venezolano, pero tampoco por las autoridades colombianas. Del otro lado la situación es peor, ante la falta de información y datos que caracterizan al chavismo no sabemos cuántos niños y niñas colombianos han nacido en Venezuela en los últimos años, y más allá de un trino del embajador Benedetti anunciando una “metodología” para hacer un censo de colombianos en Venezuela realizado por la Registraduría, de lo cual no se ha tenido más noticia.
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Así como se demanda la corresponsabilidad migratoria a los países donantes para abordar el fenómeno de movilidad humana proveniente de Venezuela, y se les reclama mayor acceso a los recursos para administrar la crisis y acciones de coordinación regional, debería ser un propósito central de la relación con el régimen de Maduro, en el marco de la recuperación de relaciones bilaterales, recobrar las relaciones consulares y promover el acceso a servicios de los venezolanos en Colombia y de los colombianos en Venezuela.
Hoy, cuando existe la mayor interdependencia migratoria entre nuestros países y se ha recuperado el diálogo con los detentadores del poder real en Venezuela, las autoridades diplomáticas colombianas deben presionar para que se aborde la corresponsabilidad migratoria y poner el tema de los consulados venezolanos en Colombia en la agenda con fechas y objetivos claros.
* Vocero del Observatorio de Venezuela de la Facultad de Estudios Internacionales Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario y del Radar Colombia Venezuela en alianza con la Fundación Konrad Adenauer.
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