¿Y los afros en la Selección Argentina? El debate que incomodó a los argentinos
Un artículo de The Washington Post puso en la mesa un debate que en la Argentina no ha sido bien recibido: el racismo.
En la previa del partido de Argentina contra Croacia por la primera semifinal de la Copa del Mundo Catar 2022, un artículo de The Washington Post planteó una discusión que ha incomodado a los seguidores de la ‘Albiceleste’: “¿Por qué Argentina no tiene más jugadores negros en el Mundial?”, se preguntó en su texto Erika Denise Edwards, profesora asociada de la Universidad de Texas.
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En la previa del partido de Argentina contra Croacia por la primera semifinal de la Copa del Mundo Catar 2022, un artículo de The Washington Post planteó una discusión que ha incomodado a los seguidores de la ‘Albiceleste’: “¿Por qué Argentina no tiene más jugadores negros en el Mundial?”, se preguntó en su texto Erika Denise Edwards, profesora asociada de la Universidad de Texas.
La discusión que planteó Edwards, experta en temas de identidad, se encontró muy pronto con comentarios de odio en redes sociales. A la académica, que sostiene que hubo políticas estatales que buscaban borrar la negritud de la nación, le llovieron críticas desde el país sudamericano por no considerar el mestizaje, razón que los detractores de la profesora citaron como el motivo de la ausencia de jugadores negros en la Selección.
Además, por ser estadounidense, a la autora le recordaron que en Estados Unidos el racismo es mucho peor, sugiriéndole que se concentre en los asuntos de su país. Esto último fue un claro ejemplo de whataboutismo (¿y qué hay de esto?), una falacia lógica que intentó desacreditarla al acusarla de hipocresía, aun cuando académicas como ella han demostrado ser las primeras en exponer el racismo en su nación.
“Uno de los últimos países en abolir la esclavitud ni está invitado a esta discusión”, contestó una usuaria de Twitter.
¿Entonces una historiadora no puede hablar sobre racismo en Argentina por ser estadounidense? Como explicó la historiadora sobre esclavitud y abolición, Maga Candioti, las críticas que recibió Edwards y la desmedida reacción de los argentinos se deben a una larga historia con el “antimperialismo y el desconocimiento local de la historia argentina”.
“En Argentina se ha trabajado mucho sobre afrodescendencia, esclavitud e invisibilización, para el público argentino que piensa que son cuestiones foráneas e importadas. La diáspora africana, la esclavización y la presencia negra son una parte constitutiva de nuestra historia. Cierto, las formas de construir raza y racismo fueron bien distintas respecto a Estados Unidos, pero ello no invalida los intentos de prensarlas”, dice Candioti. “Quizá el título del artículo sugiere un esencialismo que causó esa sensación de explicación desde afuera, pero ojalá lleve a multiplicar los interrogantes sobre cuán importante fue y es la diáspora”, agregó.
No es la primera vez que una conversación sobre racismo, identidad y negritud genera escozor en Argentina. Cabe recordar las declaraciones que han hecho los últimos presidentes: apenas en junio del año pasado, Alberto Fernández manifestó que “los mexicanos salieron de los indios, los brasileros de la selva, pero los argentinos llegamos de los barcos”, una frase altamente racista que revelaba la negación de las raíces mestizas y negras del país.
“Hay una resistencia a reconocer que el país se forjó mediante un proceso de mestizaje complejo y a veces brutal, como el resto de la región”, escribió la periodista brasilera Sylvia Colombo en The New York Times.
Antes de Fernández, Mauricio Macri también tuvo declaraciones similares. En el Foro Económico Mundial de Davos en 2018, recuerda Colombo, el expresidente dijo que “en Sudamérica todos somos descendientes de europeos”, en una intentona de destacar el espíritu emprender de los migrantes que salió mal, pues fue interpretada como un comentario racista. Le volvió a pasar este año, cuando durante el Mundial de Catar dijo que “Alemania es una raza superior”.
“Muy peligroso hablar de raza y de superioridad”, contestó un usuario de Twitter.
Y no hay que olvidarse de Carlos Menem, presidente peronista que gobernó en la década de los noventa y quien dijo que los negros eran un problema de Brasil, cuando se le preguntó sobre la ‘afroargentinidad’.
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¿Qué pasó en Argentina para que no haya más jugadores afros en la Selección?
Como cita Edwards en su texto, Argentina tenía una vasta población afro que equivalía al 40 % del total para 1778, pero entrado el siglo XIX, esto fue cambiando. La académica dice que la razón de esto no fue motivo de las guerras, en las que la población negra fue tratada como “carne de cañón”, pues, a pesar de que centenares de afroargentinos murieron, la mayoría de ellos no falleció, sino que desertó y migró hacia otros lugares del país o hacia países fronterizos.
En su estudio, Edwards sostiene que la disminución de los negros en Argentina tampoco fue obra de las enfermedades y del abandono estatal, sino más de un mestizaje que fue parte de una decisión política y cultural tomada por las elites para convertir a Argentina en un “país blanco”. Javier Szilifman, autor del texto “Cosas de negros”: breve historia de la cultura afro en el fútbol argentino, coincide con la experta.
Fue el presidente Domingo Faustino Sarmiento (1868 a 1874) quien adoptó una serie de políticas para “borrar la negritud en Argentina”, pues “equiparaba la modernidad con la blancura”, según la académica.
“Tanto las poblaciones indígenas como los esclavos negros eran considerados por Sarmiento como ‘incapaces de progreso’, así como de alcanzar las ‘altas regiones de la civilización’. Bajo esta idea, se privilegió el desarrollo de los blancos que habitaban el país y la adopción de costumbres europeas, a la vez que se alentó la inmigración del Viejo Continente para fomentar el desarrollo industrial y cultural del país”, escribió Szilifman. Así, el mestizaje fue aumentando.
Para 1883, Sarmiento se regodeó de que la población negra había desaparecido de las provincias. El censo de 1887 apuntó que solo el 1,8 % de la población total era negra, cuando casi un siglo atrás este número se ubicaba en el 40 %. A partir de entonces, la población negra no se registró más en los censos por casi un siglo. Solo hasta 2022, un censo en Argentina incluyó una pregunta a la población para saber si se consideraba descendiente de africanos o pueblos indígenas.
Los críticos del artículo de Edwards deben derribar varias falacias. En primer lugar, como explicaba Candioti, está el antimperialismo que impide adentrarse en debate como el que propone la académica estadounidense. En segundo lugar, también hay que revisar los argumentos que ya han expuesto expertos locales. En tercer lugar, se debe tener cuidado con otras falacias y se debe profundizar en la historia del mestizaje argentino.
Sí: hay varios casos de futbolistas negros que han vestido la ‘Albiceleste’, como Héctor Baley y Oscar Alberto Ortiz, apodado como ‘El Negro’. Sin embargo, son la excepción a una regla: en la Selección han predominado los jugadores blancos no rubios, en algunos casos con tez más oscura por la influencia de la migración que llegó de Italia y España. Un gran ejemplo de esto es Diego Armando Maradona.
De fondo, lo que buscaba contar Edwards era la historia de cómo la población afro fue invisibilizada en la sociedad argentina y cómo este fenómeno tuvo su lugar en el fútbol, al que tomó de excusa para hablar sobre un relato y una discusión mucho más amplia que, solo hasta hace un par de años, viene popularizándose.
“Argentina necesita entender que es a la vez muy racista y muy afro. Es hora de que los argentinos saquen a su abuela negra del armario”, dijo el activista e investigador negro Alí Delgado.
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