Así está el panorama de trata de personas en Colombia y el mundo
De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), el 62 % de las víctimas en Colombia fueron explotadas “bajo prostitución ajena y explotación sexual”.
Aunque en 2022 hubo una reducción de 38% en los casos de trata de personas en Colombia respecto a 2021, el panorama del fenómeno en el país sigue siendo preocupante. Los datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), dan cuenta de que solo el año pasado se registraron 111 casos y que en el panorama general el 62% de las víctimas son explotadas bajo la finalidad de prostitución ajena y otras formas de explotación sexual. La segunda finalidad de mayor ocurrencia son los trabajos y servicios forzados, con el 15 % de los casos registrados.
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Aunque en 2022 hubo una reducción de 38% en los casos de trata de personas en Colombia respecto a 2021, el panorama del fenómeno en el país sigue siendo preocupante. Los datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), dan cuenta de que solo el año pasado se registraron 111 casos y que en el panorama general el 62% de las víctimas son explotadas bajo la finalidad de prostitución ajena y otras formas de explotación sexual. La segunda finalidad de mayor ocurrencia son los trabajos y servicios forzados, con el 15 % de los casos registrados.
La información corresponde al Reporte Global sobre Trata de Personas de 2022, en el que la Unodc evaluó los registros de 141 países para documentar los patrones y flujos de la trata de personas a nivel mundial, regional y nacional, sobre la base de casos de trata detectados entre 2017 y 2021. Las conclusiones se basan además en el análisis de 800 resúmenes de casos judiciales y se acompañan de sugerencias detalladas a los responsables políticos para ayudar a formular respuestas eficaces.
El documento sostiene que aunque generalmente la explotación sexual ocurre en lugares públicos -como bares y centros nocturnos- o al aire libre, las medidas adoptadas como consecuencia de la pandemia esta modalidad pudo “haberse reducido debido al cierre de espacios públicos, o también pudo haberse desplazado a lugares menos visibles y menos seguros, lo que hizo que esta modalidad quede más oculta y sea más difícil de detectar”.
En el caso colombiano existen factores históricos y fenómenos coyunturales que han servido de caldo de cultivo para el registro de casos: . el conflicto armado, desplazamiento y los desastres ocasionados por cuenta de las lluvias que dejan en estado de vulnerabilidad especialmente a mujeres, niñas y adolescentes.
Los datos globales señalan que la mayoría de las víctimas son autorescatadas, es decir “consiguen escapar y ponerse en contacto con las autoridades por iniciativa propia. Es menor el número de casos iniciados por las autoridades de aplicación de la ley, los miembros de la comunidad y la sociedad civil. Esto constituye un resultado alarmante si se tiene en cuenta que muchas víctimas pueden no identificarse como tales”.
Esta es la radiografía del fenómeno: