Bielorrusia rechaza las críticas tras “secuestro de avión” para detener a un periodista
El Gobierno de Bielorrusia obligó a aterrizar un avión que transportaba al periodista disidente Roman Protasevich por una supuesta amenaza de bomba. La acción ha despertado duras críticas de naciones occidentales, aunque cuenta con el respaldo de Rusia.
Bielorrusia rechazó el lunes las críticas por el desvío forzoso de un avión europeo que transportaba a un opositor que luego fue detenido, una acción que provocó protestas diplomáticas pidiendo una dura respuesta.
El vuelo de Ryanair con destino a Vilna, la capital de Lituania, en el que viajaba el periodista disidente Roman Protasevich, fue desviado el domingo cuando se encontraba en el espacio aéreo bielorruso por una supuesta amenaza de bomba.
Acompañado por un avión de combate bielorruso, el aparato aterrizó en la capital, Minsk, donde Protasevich, de 26 años, que vivía entre varios estados de la Unión Europea, Polonia y Lituania, fue detenido junto con su pareja.
Los líderes occidentales acusaron al régimen de Alexander Lukashenko de secuestrar a un avión europeo e insistieron en que la acción no quedaría sin respuesta.
Muchos europeos pidieron nuevas sanciones contra el país en una cumbre prevista el lunes, mientras que Washington denunció los hechos y exigió la liberación de Protasevich.
En su primera reacción oficial tras el incidente, el ministerio de Relaciones Exteriores de Bielorrusia insistió en que el país había actuado legalmente y acusó a los occidentales de intentar hacer política.
“No hay duda de que las acciones de nuestras autoridades competentes (...) cumplieron plenamente las normas internacionales establecidas”, dijo el portavoz del ministerio, Anatoly Glaz, en un comunicado, en el que acusó a Occidente de “politizar” la situación.
“Se están haciendo acusaciones infundadas”, aseguró.
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“Terrorismo de Estado”
La UE y otros países occidentales ya impusieron numerosas sanciones al gobierno de Lukashenko por la brutal represión de las manifestaciones de la oposición tras su polémica reelección para un sexto mandato en agosto del año pasado.
Junto a su cofundador Stepan Putilo, Protasevich dirigía hasta hace poco el canal Nexta en Telegram, que animó y dirigió las protestas, el mayor desafío al gobierno de Lukashenko desde que tomó el poder en este país exsoviético en 1994.
El desvío del avión fue condenado rotundamente en Europa: la jefa de la UE, Ursula von der Leyen, lo calificó de “indignante e ilegal”, Polonia denunció “un acto de terrorismo de Estado” y Francia pidió una “respuesta fuerte y unida”.
La OTAN exigió una investigación sobre el “grave y peligroso incidente”, mientras que el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, lo calificó de “impactante” por poner en peligro “la vida de más de 120 pasajeros, entre ellos ciudadanos estadounidenses”.
Sin embargo, Rusia, la principal aliada de Bielorrusia, mostró poca preocupación y la portavoz del ministerio de Exteriores, María Zajárova, se burló de la indignación occidental.
“Nos sorprende que Occidente califique de ‘sorprendente’ el incidente en el espacio aéreo bielorruso”, dijo Zajárova en Facebook, acusando a los occidentales de “secuestros, aterrizajes forzosos y detenciones ilegales”.
La aerolínea regional airBaltic, con sede en Letonia, dijo el lunes que a partird de ahora evitará el espacio aéreo bielorruso.
Con cerca de dos millones de suscriptores en Telegram, Nexta Live y su canal hermano Nexta son importantes medios de comunicación de la oposición y ayudaron a movilizar a los manifestantes.
Protasevich y Putilo fueron incluidos el año pasado en la lista bielorrusa de “individuos implicados en actividades terroristas”. Los dos fueron acusados de provocar disturbios masivos, un delito castigado con hasta 15 años de cárcel.
“Es absolutamente obvio que se trata de una operación de los servicios secretos para capturar el avión con el fin de detener al activista y bloguero Roman Protasevich”, dijo en Telegram la líder de la oposición en el exilio Svetlana Tijanóvskaya.
La oposición afirma que Tijanóvskaya, que huyó a la vecina Lituania después de las elecciones, fue la verdadera ganadora de las presidenciales del año pasado.
KGB a bordo
Un miembro del equipo de Nexta, Tadeusz Giczan, dijo en Twitter que representantes de la agencia de seguridad bielorrusa (KGB) habían estado en el vuelo de Protasevich.
“Cuando el avión había entrado en el espacio aéreo de Bielorrusia, los agentes del KGB iniciaron una pelea con la tripulación de Ryanair insistiendo en que había un IED “, un artefacto explosivo improvisado, a bordo, dijo.
Por su parte el director ejecutivo de Ryanair, Michael O’Leary, dijo que parecía que agentes del KGB bielorruso estaban en el avión y que también desembarcaron en Minsk.
“Creo que es la primera vez que ocurre en una aerolínea europea”, dijo O’Leary a la radio irlandesa Newstalk.
La pareja del opositor, Sofia Sapega, una ciudadana rusa y estudiante de derecho en la Universidad Europea de Humanidades (EHU) de Lituania, fue detenida junto a él, confirmó el lunes su universidad.
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Apoyo de Rusia
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, consideró este lunes “razonable” el enfoque de Bielorrusia frente a las críticas por desviar un vuelo comercial de Ryanair que condujo a la detención de un opositor que viajaba a bordo.
La cancillería bielorrusa expresó su “voluntad (...) de seguir todas las reglas internacionales, de garantizar una transparencia total e incluso de acoger, si fuera necesario, expertos internacionales”, aseguró Lavrov, para quien “es un enfoque totalmente razonable”.
Bielorrusia rechazó el lunes las críticas por el desvío forzoso de un avión europeo que transportaba a un opositor que luego fue detenido, una acción que provocó protestas diplomáticas pidiendo una dura respuesta.
El vuelo de Ryanair con destino a Vilna, la capital de Lituania, en el que viajaba el periodista disidente Roman Protasevich, fue desviado el domingo cuando se encontraba en el espacio aéreo bielorruso por una supuesta amenaza de bomba.
Acompañado por un avión de combate bielorruso, el aparato aterrizó en la capital, Minsk, donde Protasevich, de 26 años, que vivía entre varios estados de la Unión Europea, Polonia y Lituania, fue detenido junto con su pareja.
Los líderes occidentales acusaron al régimen de Alexander Lukashenko de secuestrar a un avión europeo e insistieron en que la acción no quedaría sin respuesta.
Muchos europeos pidieron nuevas sanciones contra el país en una cumbre prevista el lunes, mientras que Washington denunció los hechos y exigió la liberación de Protasevich.
En su primera reacción oficial tras el incidente, el ministerio de Relaciones Exteriores de Bielorrusia insistió en que el país había actuado legalmente y acusó a los occidentales de intentar hacer política.
“No hay duda de que las acciones de nuestras autoridades competentes (...) cumplieron plenamente las normas internacionales establecidas”, dijo el portavoz del ministerio, Anatoly Glaz, en un comunicado, en el que acusó a Occidente de “politizar” la situación.
“Se están haciendo acusaciones infundadas”, aseguró.
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“Terrorismo de Estado”
La UE y otros países occidentales ya impusieron numerosas sanciones al gobierno de Lukashenko por la brutal represión de las manifestaciones de la oposición tras su polémica reelección para un sexto mandato en agosto del año pasado.
Junto a su cofundador Stepan Putilo, Protasevich dirigía hasta hace poco el canal Nexta en Telegram, que animó y dirigió las protestas, el mayor desafío al gobierno de Lukashenko desde que tomó el poder en este país exsoviético en 1994.
El desvío del avión fue condenado rotundamente en Europa: la jefa de la UE, Ursula von der Leyen, lo calificó de “indignante e ilegal”, Polonia denunció “un acto de terrorismo de Estado” y Francia pidió una “respuesta fuerte y unida”.
La OTAN exigió una investigación sobre el “grave y peligroso incidente”, mientras que el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, lo calificó de “impactante” por poner en peligro “la vida de más de 120 pasajeros, entre ellos ciudadanos estadounidenses”.
Sin embargo, Rusia, la principal aliada de Bielorrusia, mostró poca preocupación y la portavoz del ministerio de Exteriores, María Zajárova, se burló de la indignación occidental.
“Nos sorprende que Occidente califique de ‘sorprendente’ el incidente en el espacio aéreo bielorruso”, dijo Zajárova en Facebook, acusando a los occidentales de “secuestros, aterrizajes forzosos y detenciones ilegales”.
La aerolínea regional airBaltic, con sede en Letonia, dijo el lunes que a partird de ahora evitará el espacio aéreo bielorruso.
Con cerca de dos millones de suscriptores en Telegram, Nexta Live y su canal hermano Nexta son importantes medios de comunicación de la oposición y ayudaron a movilizar a los manifestantes.
Protasevich y Putilo fueron incluidos el año pasado en la lista bielorrusa de “individuos implicados en actividades terroristas”. Los dos fueron acusados de provocar disturbios masivos, un delito castigado con hasta 15 años de cárcel.
“Es absolutamente obvio que se trata de una operación de los servicios secretos para capturar el avión con el fin de detener al activista y bloguero Roman Protasevich”, dijo en Telegram la líder de la oposición en el exilio Svetlana Tijanóvskaya.
La oposición afirma que Tijanóvskaya, que huyó a la vecina Lituania después de las elecciones, fue la verdadera ganadora de las presidenciales del año pasado.
KGB a bordo
Un miembro del equipo de Nexta, Tadeusz Giczan, dijo en Twitter que representantes de la agencia de seguridad bielorrusa (KGB) habían estado en el vuelo de Protasevich.
“Cuando el avión había entrado en el espacio aéreo de Bielorrusia, los agentes del KGB iniciaron una pelea con la tripulación de Ryanair insistiendo en que había un IED “, un artefacto explosivo improvisado, a bordo, dijo.
Por su parte el director ejecutivo de Ryanair, Michael O’Leary, dijo que parecía que agentes del KGB bielorruso estaban en el avión y que también desembarcaron en Minsk.
“Creo que es la primera vez que ocurre en una aerolínea europea”, dijo O’Leary a la radio irlandesa Newstalk.
La pareja del opositor, Sofia Sapega, una ciudadana rusa y estudiante de derecho en la Universidad Europea de Humanidades (EHU) de Lituania, fue detenida junto a él, confirmó el lunes su universidad.
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Apoyo de Rusia
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, consideró este lunes “razonable” el enfoque de Bielorrusia frente a las críticas por desviar un vuelo comercial de Ryanair que condujo a la detención de un opositor que viajaba a bordo.
La cancillería bielorrusa expresó su “voluntad (...) de seguir todas las reglas internacionales, de garantizar una transparencia total e incluso de acoger, si fuera necesario, expertos internacionales”, aseguró Lavrov, para quien “es un enfoque totalmente razonable”.