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Como si fueran reinas de belleza, y siguiendo una práctica similar a la de la Real Academia Española de la Lengua, los japoneses postulan palabras o frases de uso frecuente en las noticias del año y cada diciembre coronan una ganadora que identifica las inquietudes de la ciudadanía y sirve de barómetro de la sociedad. (Lea aquí más columnas de Gonzalo Robledo sobre la cultura japonesa).
Una de las candidatas con más opción para 2024 es “acoso al personal de servicio”, un fenómeno que en japonés se denomina kasuhara, palabra derivada del inglés customer harassment. Se trata del abuso verbal y psicológico infligido por clientes que se irritan por el más mínimo desperfecto de un producto o con las equivocaciones de camareros, dependientes o empleados.
Entre las víctimas se incluyen funcionarios públicos que muchos identifican con el gobierno de turno y los insultan para desahogarse. Algunos sociólogos atribuyen el aumento del acoso al envejecimiento de la población nipona y a la convicción de muchas personas mayores de que sus reclamos iracundos contribuyen a mejorar productos y servicios, y que sus desmedidos berrinches le hacen un gran favor al país.
Como el sector de los servicios genera el 75 por ciento de los puestos de trabajo en Japón, las víctimas aumentan y ya se estudian sanciones penales para los infractores. Otra frase con opción a ganadora del año es “el problema del dinero oculto” (uragane mondai), eufemismo usado en los medios japoneses para denominar la corrupción del Partido Liberal Demócrata (PLD) la fuerza política que convirtió en potencia mundial un país devastado por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
En las recientes elecciones legislativas para renovar la Cámara Baja del parlamento nipón, los políticos acusados de aprobación indebida de fondos millonarios empezaban sus discursos proselitistas hablando del “dinero oculto” y, aparentando contrición, prometían erradicar esa práctica.
Por su parte, los candidatos de la oposición usaron el término para arengar a sus seguidores indignados por el encarecimiento imparable del coste de la vida mientras los políticos del partido gubernamental se apropian de dineros ilícitos provenientes de las arcas públicas.
Como resultado, el PLD perdió su mayoría parlamentaria y entró en una crisis interna que ha dejado en el poder a un gobierno debilitado que depende de laboriosas negociaciones con otros partidos para poder pasar leyes. Aunque entre las palabras candidatas figuran las que tienen que ver con la gastronomía, el exceso de turistas extranjeros o la ecología, el “problema del dinero oculto” se perfila como la reina indiscutible de 2024.
Representa el descontento de Japón con un partido que lleva gobernando 65 de sus 69 años de fundado, una rareza en las democracias del mundo industrializado, y cuyos manejos corruptos parecen estar tocando fondo.
* Periodista y documentalista colombiano radicado en Japón.