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Las futbolistas de la selección Sub-20 de Corea del Norte recibieron una acogida triunfal en su país tras haber ganado el Mundial de la categoría disputado en Colombia. El fútbol femenino norcoreano, que ocupa una plaza importante a nivel global, ha sido una oportunidad para mejorar la imagen del país a nivel internacional y superar a otras potencias mundiales.
Las norcoreanas, que derrotaron en la final a Japón por 1-0 el pasado domingo en Bogotá, lograron el tercer título mundial de la categoría para el fútbol femenino del país, tras los de 2006 y 2016, lo que las iguala a otras dos potencias como Alemania y Estados Unidos.
“Estoy muy feliz de haber dado todo por honrar a nuestro país”, declaró emocionada la capitana del equipo, Chae Un Yong. Las jugadoras, algunas de ellas llorando y otras desbordando felicidad, fueron acogidas por sus familias y por varios mandatarios del país en la pista del aeropuerto de Pyongyang. Luego desfilaron por las calles de la ciudad a bordo de un autobús descapotable, decorado con flores y pintado con los colores de la bandera norcoreana.
“Han dado las gracias a los ciudadanos que las aclamaban, recordando que jugaron con el aliento cariñoso de todos los habitantes del país”, informó la agencia de prensa oficial KCNA.
La victoria de Corea del Norte en el Mundial sub-20 llegó tras varios años de ausencia de los deportistas de este país en competiciones internacionales a causa de la pandemia de covid-19.
Fútbol femenino en Corea
El fútbol femenino norcoreano ocupa una plaza importante en el ámbito mundial: el equipo absoluto ocupa la 9ª plaza en la clasificación de la FIFA, mientras que su homóloga masculina es sólo la 111ª en el ranking.
En 1986, luego del Congreso de la FIFA en el Mundial de México 1986, donde la noruega Ellen Wille pronunció un discurso memorable contra la discriminación en el fútbol femenino, Kim Jong-il dio luz verde a un proyecto que cambiaría el panorama del fútbol femenino en Corea del Norte.
“La ‘dinastía Kim’ vio en esta disciplina una oportunidad para mejorar la imagen del país a nivel internacional y superar a otras potencias mundiales”, resumió Infobae.
Los responsables del programa recurrieron al atletismo para encontrar a las primeras jugadoras, quienes inicialmente mostraron reticencias a cambiar de disciplina. Sin embargo, en un régimen donde no hay lugar para la disidencia, el modelo se consolidó rápidamente, especialmente después de ver cómo Corea del Sur ganaba la batalla por organizar los Juegos Olímpicos de 1988, según Denís Iglesias en un reportaje para El Periódico de España.
De acuerdo con el portal argentino, en un año, Corea del Norte ya contaba con 18 equipos femeninos distribuidos por todo el país.
La construcción de centros deportivos, como el Pyongyang Football School, situado junto al estadio más grande del mundo el Rungrado Primero de Mayo, habrían sido respaldados por la FIFA que a 2013, según reportes norcoreanos, aportó más de US$2 millones, a través del programa Goal Projects.
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