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Hace poco menos de dos meses los legisladores demócratas en Texas impulsaron una estrategia política poco antes vista en ese estado, o por lo menos no en lo últimos 20 años: abandonaron la Cámara de Representantes para evitar a toda costa la aprobación de una de las leyes electorales más restrictivas de Estados Unidos. El escenario se repitió este lunes, pero el mensaje fue mucho más contundente: los legisladores huyeron del estado hacia Washington para bloquear la aprobación de dicha ley.
Una medida criticada por los republicanos: “la decisión de los demócratas de impedir que se alcance el quorum (...) inflige un daño a los tejanos que los eligieron para servir. Mientras vuelan por el país en cómodos aviones privados, dejan atrás asuntos sin resolver”, dijo el gobernador de Texas, Greg Abbott.
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Lo cierto es que esta ley de votación, y muchas otras impulsadas por los aliados de Trump en al menos 17 estados del país, preocupan a varios expertos que inisisten en que esas leyes harán mucho más difícil el proceso de votación para las minorías, especialmente el electorado negro que tiende a votar por los demócratas.
Una advertencia que también lanzó Biden este martes: “Escúchenme claramente. Hay un asalto en curso en Estados Unidos hoy, un intento de suprimir y subvertir el derecho a votar en elecciones libres y justas. Un asalto a la democracia, un asalto a la libertad, un asalto a quiénes somos como estadounidenses”, dijo el mandatario.
Estos son algunos puntos claves de las leyes electorales que están impulsando los legisladores republicanos en el país.
¿A qué le apuestan los aliados de Trump?
En 17 estados los legisladores republicanos han promulgado 28 nuevas leyes que limitan el acceso al voto, y Texas podría sumarse a la lista. “Es probable que más restricciones al voto se conviertan en ley, ya que aproximadamente un tercio de las legislaturas todavía están en sesión. De hecho, al menos 61 proyectos de ley con disposiciones restrictivas están pasando por 18 legislaturas estatales”, se lee en un informe del Brennan Center for Justice del 28 de mayo.
En este momento, Texas es el último campo de batalla donde los republicanos intentan endurecer las leyes de votación. Mientras que en Georgia y Iowa también se aprobaron nuevas restricciones. En Florida, por ejemplo, el gobernador Ron DeSantis estampó su firma en una ley que cambia las normas para el voto por correo y, según sus críticos, está dirigida a “suprimir votantes” más que a asegurar la “integridad electoral”.
Los republicanos, incitados por Trump, insisten en que se necesitan reglas de votación más estrictas para acabar con el fraude electoral. Esto significa, por ejemplo, reducir la votación por correo, acortar los horarios de apertura de las urnas, e imponer fuertes multas a los trabajadores electorales que cometen errores.
Sin embargo, el fraude electoral no es un problema generalizado, y no solo fue confirmado por la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad en las elecciones presidenciales de 2020; algunos estudios de 2014 y 2007 llegaron a la misma conclusión.
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“El New York Times informó en 2007, por ejemplo, que una investigación de cinco años realizada por la administración Bush no arrojó prácticamente ninguna evidencia de ningún esfuerzo organizado para sesgar las elecciones federales”, se lee en la publicación del Times. Y entonces, ¿por qué impulsar estas leyes electorales? David Leonhardt y Ian Prasad Philbrick del Times opinan que hay una intención más que clara: “generalmente están destinadas a ayudar a los republicanos a ganar más elecciones”. Y de ahí viene la preocupación de algunos analistas.
¿Qué implicaciones traerían esas leyes electorales?
En Texas, por ejemplo, el Proyecto de Ley del Senado 7, conocido como SB 7, no solo pretende reducir las horas de votación, también se incluyen nuevas restricciones al voto en ausencia. Esta ley afectaría a zonas como el condado de Harris, en Houston, donde en las pasadas elecciones los centros de votación anticipada estuvieron abiertos las 24 horas y también se perimitó votar en carro.
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Tanto el Partido Demócrata como organizaciones civiles denunciaron desde que se presentó el proyecto en el Congreso estatal que esta ley puede reducir la participación electoral de las minorías, las personas mayores, y aquellas con discapacidades, al hacerles más difícil el voto por correo.
Algo similar ocurre en otro estados como Iowa, por ejemplo, donde la gobernadora Kim Reynolds firmó una legislación que recorta el período de votación anticipada del estado y cierra las urnas una hora antes el día de las elecciones.
¿Pueden estas leyes generar impactos en los resultados?
Aunque algunos dicen que en estados claves como Arizona, Florida o Georgía, hasta un pequeño giro podría determinar una elección, Bill Scher, analista de Poltico y Real Clear Politics escribió que “la intención republicana detrás de las leyes electorales restrictivas puede ser nefasta, pero el impacto hasta la fecha ha sido insignificante”.
¿Los demócratas están impulsando alguna ley electoral?
En su discurso de este martes, Biden instistió en que es clave que el Congreso apruebe una reforma electoral nacional que pueda contrarrestar las medidas aprobadas a nivel estatal. Hasta ahora, sin embargo, la oposición republicana ha conseguido bloquear la aprobación de esa reforma en el Congreso gracias a una maniobra conocida como “filibusterismo”, que permite impedir el debate de cualquier medida si no se reúne una mayoría de 60 votos.
Biden también anunció que se duplicará el personal de la división de derechos electorales del Departamento de Justicia.