Ron DeSantis, el “elegido de Dios” que no pudo con Donald Trump
Se calienta la campaña por la presidencia en Estados Unidos: sin DeSantis buscando la nominación republicana, a Trump solo le queda una rival.
Ron DeSantis se envalentonó el 9 de noviembre de 2022, embriagado por una noche electoral poco antes vista: el gobernador de Florida, uno de los estados más importantes en las urnas, se reelegía gracias a su triunfo en Miami Dade, un condado que los republicanos no habían ganado en los últimos 20 años. Entonces, con las urnas a su favor y una multitud que coreaba su nombre, decidió que lo que seguía era llegar a la Casa Blanca. Escribió un libro resaltando su gobierno en Florida, su lucha contra el coronavirus, sus diferencias con su mentor, Donald Trump, y comenzó una campaña por todo el país, que poco a poco se fue desinflando y terminó este domingo.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Ron DeSantis se envalentonó el 9 de noviembre de 2022, embriagado por una noche electoral poco antes vista: el gobernador de Florida, uno de los estados más importantes en las urnas, se reelegía gracias a su triunfo en Miami Dade, un condado que los republicanos no habían ganado en los últimos 20 años. Entonces, con las urnas a su favor y una multitud que coreaba su nombre, decidió que lo que seguía era llegar a la Casa Blanca. Escribió un libro resaltando su gobierno en Florida, su lucha contra el coronavirus, sus diferencias con su mentor, Donald Trump, y comenzó una campaña por todo el país, que poco a poco se fue desinflando y terminó este domingo.
📝 Sugerimos: Trump avanza en su reconquista de la Casa Blanca
El político de 45 años suspendió su campaña por la nominación presidencial republicana y dijo que apoyará al favorito, el expresidente Donald Trump. ¿Qué pasó? Dos días antes de las primarias en New Hampshire y luego del caucus de Iowa, en el que quedó en segundo lugar, DeSantis decidió que no tenía lo suficiente para derrotar a Trump y que el camino hacia la victoria, hace apenas un año claro y decidido por Dios, tenía un gran obstáculo que él no podría derrotar. “Para mí está claro que la mayoría de los votantes de las primarias republicanas quieren darle otra oportunidad a Donald Trump”, dijo DeSantis.
Un Trump sin ser Trump
Lo que pretendía Ron DeSantis, según analistas consultados por la prensa estadounidense, era convertirse en el heredero natural de Trump, pareciéndose a él, pero solo un poco. El periódico Financial Times lo calificó en 2022 como “un Trump con cerebro”. Pero Trump, tan pronto lo vio como un posible rival, lo llamó “desagradecido” y lo amenazó con divulgar “información no muy halagadora sobre él y su esposa”.
📌Le puede interesar: ¿Quién le teme a Donald Trump?
Pese a las amenazas, DeSantis siguió y presumió de haber convertido a Florida en “una tierra prometida” para los republicanos. Definió Florida como “un refugio de cordura” cuando el mundo se volvió loco con el covid-19 y nunca habló de las 75.000 víctimas que dejó el virus en su territorio. Fue justo esa gestión frente a la pandemia la que le sirvió de trampolín político.
Aunque inicialmente fue partidario de los cierres y la contención estricta, semanas después dio marcha atrás a las medidas que el mundo aplicaba y se dedicó a limitar las restricciones para mantener la economía, se enfocó en el uso de los tapabocas y reforzar la vacunación. DeSantis se ganó así la simpatía de muchos republicanos. “No retrocedimos, nos mantuvimos”, defendió durante estos últimos meses.
La estrella emergente de los republicanos se opacó pronto. Comenzó haciendo campaña diciendo que era un enviado de Dios, que el cielo lo había elegido. Y es que es muy común que los republicanos usen la religión en sus intentos por ganar votos. En unos anuncios que hizo, señaló que “el octavo día de la creación, Dios necesitaba un protector y entonces hizo un luchador”. Y entonces, llegó él. “Dios dijo: ‘Necesito a alguien que tome las flechas, se mantenga firme ante los ataques implacables, mire a una madre a los ojos y le diga que su hijo estará en la escuela...’”. El anuncio que nunca mencionaba a DeSantis, pero estaba lleno de imágenes suyas. Desde entonces, Trump lo llama “DeSantimonious”.
Pero los dos personajes no son tan diferentes. De hecho, Tara Setmayer, vocera del Partido Republicano, le aconsejó a DeSantis cambiar su estrategia porque esa ya la había usado Trump: “¿Él cree que lo va a superar con este tema del salvador complejo de Dios? Trump ya tiene el monopolio de eso”.
La agenda de DeSantis para Estados Unidos es simple: aplicar más o menos las políticas ultraconservadoras que lleva a cabo en su estado a nivel nacional. Aunque comparte el escepticismo de Trump sobre la ciencia, DeSantis también tiene otros caballos de batalla populares entre los ultraconservadores: una cruzada contra el “wokismo” (la izquierda), el derecho al aborto y el porte de armas.
Una de sus leyes, destinada a prohibir que se hable de orientación sexual en las escuelas primarias, causó revuelo en Estados Unidos, y la oposición la denunció como una forma encubierta de hablar de homosexualidad en las aulas. El caso obligó incluso a la Casa Blanca a pronunciarse sobre el tema. Ha aplicado medidas muy controvertidas en Florida, como la reducción drástica del acceso al aborto, una relajación de las leyes sobre armas, una ofensiva contra los jóvenes transexuales o medidas draconianas contra la inmigración.
Son temas de campaña que en realidad no difieren de los de Trump, pero la idea de que los lleve un candidato como DeSantis, mucho menos imprevisible e incontrolable, bien podría atraer al partido republicano. “Hay muchos republicanos del establishment que volverían a casa con DeSantis”, dijo David Jolly, excongresista republicano, al Washington Post. DeSantis “ha abrazado la agenda de Trump en Florida y está haciendo cosas similares a Trump, pero en realidad está muy lejos de él”, añadió.
La campaña de Trump dijo en un comunicado el domingo que estaba “honrado” por el respaldo de DeSantis, y llamó a los republicanos a unirse en torno a él, desestimando a Nikki Haley como “la candidata de los globalistas y los demócratas”.
Muchos republicanos habían depositado sus esperanzas en DeSantis, pero su falta de carisma y sus iniciativas parecidas a las de Trump lo llevaron a este retiro. “Me alegro de que se haya retirado. Creo que era inevitable”, comentó a la AFP Lynne Mason, de 60 años, que dirige una pequeña empresa en Keene ( New Hampshire). “Necesitamos un líder fuerte ahora mismo”.
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.
📧 📬 🌍 Si le interesan los temas internacionales, quiere opinar sobre nuestro contenido o recibir más información, escríbanos al correo mmedina@elespectador.com o aosorio@elespectador.com