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Las elecciones en México son escandalosas por donde se les mire. El país suma 89 asesinatos de políticos y candidatos y registra 782 agresiones contra estos, sus familiares y colaboradores en lo que va de la campaña electoral. Esto convierte a los comicios del 6 de junio, en los que se disputarán 20.415 cargos públicos, en los más violentos desde que se tiene registro.
Por otro lado, las denuncias de agresiones de candidatos contra mujeres han sido frecuentes en esta campaña, ante el silencio de los partidos y del propio presidente. El Instituto Nacional Electoral (INE) ha recibido 108 quejas de faltas que constituyen violencia de género en el ámbito político.
Y como si la violencia política y el machismo que compone esta campaña electoral no fuera suficiente para manchar los comicios, ahora las elecciones se ven salpicadas por otra desvergüenza: las trampas y engaños de algunos candidatos y partidos para saltarse el cumplimiento del principio de paridad de género en la política mexicana.
Desde 2019, México incorporó la Paridad en Todo, una reforma constitucional con la que los partidos se comprometieron a distribuir equitativamente las candidaturas para los cargos de decisiones públicas. Esto se hizo con el objetivo de que más mujeres participaran de la política. Si bien por primera vez habrá en México paridad de género en las candidaturas en todos los cargos de elección popular, incluidas las presidencias municipales y gubernaturas, hay que poner la lupa sobre los partidos, pues hay candidatos que han fingido ser trans para eludir el principio de paridad.
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El partido Fuerza México registró 25 candidatos hombres y 17 mujeres en su lista en el estado de Tlaxcala para estos comicios. El problema es que con ello no cumplía con las cuotas de paridad. Así que el partido volvió a presentar a cuatro de los candidatos a principios de mayo ante el órgano electoral de Tlaxcala pero esta vez como mujeres para igualar la distribución. Según el partido, los candidatos se identificaban como trans, y bastó solo un papel en el que se declararon el sexo femenino para que pudieran ingresar en la lista. La trampa se repitió con otras 14 candidaturas a sindicaturas y regidurías en el mismo estado.
“Si se identifican como mujeres, entonces lo lógico es que tendrían que salir a hacer campaña como mujeres, que es la identidad de género que sienten que las identifica”, le dijo Paola Jiménez, coordinadora de la Red Nacional de Mujeres Trans en Tlaxcala, a Vice.
No es la primera vez que un hecho así ocurre. En las elecciones de 2018, 17 candidaturas de hombres que se identificaron falsamente como transgénero en el estado de Oaxaca fueron suspendidas por el INE de ese estado. Fue un hecho que repercutió mucho en aquellos comicios, pues días antes de la revelación, Oaxaca presumió de ser el primer estado que presentaba 19 candidaturas de mujeres transgénero para cargos de elección popular. Solo dos eran legales.
En un país donde el fraude electoral es constante, se necesitan fortalecer los mecanismos para evitar que los partidos puedan hacer trampas de este tipo. Jiménez le dijo a El País de España que una solución para impedir este tipo de fraudes era presentar una partida de nacimiento modificada en el Registro Civil que compruebe que un candidato cambió su identidad sexual ante el Estado.
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“Los casos de usurpación de identidad para ocupar espacios que corresponden a las mujeres trans e indígenas son una clara violación de los derechos de las mujeres, de los pueblos indígenas y de la comunidad LGBTI. Las mujeres en su más amplia diversidad deben estar presentes en la construcción de la democracia”, señaló Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres en El País.
Y es precisamente la representación de los pueblos indígenas otra de las aristas de las que se han aprovechado políticos sin escrúpulos para cometer fraude en sus candidaturas. Morena, partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, tuvo que retirar la candidatura de Patricia Mass Lazos al cargo de diputada federal luego de descubrirse que la aspirante mintió en una auto descripción en la que aseguraba ser indígena. No lo era. Y no fue el único caso.
México reserva ciertos distritos electorales para indígenas, pero hay políticos que se hacen pasar por miembros de esas comunidades para despojarlos de las curules reservadas a ellos. En las elecciones de 2018, por lo menos cinco personas se quedaron con un cargo de los distritos electorales reservados para indígenas en el estado de Chiapas sin ser indígenas. La ley está dando lugar a que se presenten estos despojos y la usurpación de cargos reservados para los indígenas, pues las instituciones electorales premian a las personas ajenas a las comunidades indígenas que intervienen en ellas, pero que no necesariamente pertenecen a estas.
El INE ha detectado por lo menos 132 candidaturas de diputados federales de aspirantes que se auto describen como indígenas pero que no están acreditados realmente como miembros de estas comunidades. A México le urge una reforma para enfrentar el fraude en las candidaturas, o de lo contrario la usurpación continuará, y estas comunidades seguirán sub-representadas.
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