México somete a examen el proyecto de izquierda de López Obrador
Unos 95 millones de mexicanos están convocados a votar en las elecciones de medio término en el país. En los comicios, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, busca retener el control de la Cámara de Diputados.
Los mexicanos salieron a votar este domingo en las elecciones de medio término, un examen clave para el presidente Andrés Manuel López Obrador. Los comicios llegan tras una violenta campaña y la devastación que deja la pandemia de covid-19. En el proceso se renovará la Cámara de Diputados y se elegirán cerca de 20.000 cargos regionales y 15 de 32 gobernaciones.
“¡Viva la democracia!”, exclamó López Obrador tras sufragar a unos pasos del palacio de gobierno, en el centro de Ciudad de México, sin hacer más comentarios.
Se trata de una prueba crucial para el mandatario de 67 años, que intenta retener el control de la Cámara de Diputados y afianzar así su proyecto de izquierda.
Los mexicanos “están eligiendo entre dos visiones contrapuestas de México y su futuro”, comentó en un panel Pamela Starr, profesora de la Universidad del Sur de California, Estados Unidos.
En la jornada electoral están convocados unos 95 millones de electores. El presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, dijo al mediodía que el 81,3 % de las casillas de votación en todo el país ya fueron instaladas.
Aunque México es uno de los países más golpeados por el coronavirus, la perspectiva de un voto de castigo parece debilitada ante el retroceso de la epidemia, según encuestas.
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López Obrador, conocido por su acrónimo AMLO, mantiene una popularidad superior al 60 % y se espera que conserve una cómoda mayoría para impulsar reformas en su cruzada antineoliberal, aunque perderá algunos escaños, de acuerdo con los sondeos.
Presentándose como el abanderado contra una corrupción crónica, el gobernante fue elegido en 2018 para un período de seis años y cimienta su aprobación en amplios programas sociales.
“Al que está en el poder debemos seguir apoyándolo”, dijo a la AFP Jorge Hernández, mesero de 52 años, en el barrio popular de Anáhuac, en la capital. “Mis hijos tienen beca y gracias a eso pudimos ir paliando la pandemia”.
Violencia electoral
Los comicios se celebran en un clima de violencia tras el asesinato de 91 políticos desde septiembre pasado, cuando arrancó el proceso. De ellos, 36 eran candidatos o precandidatos, en su mayoría a cargos municipales, según la consultora Etellekt.
Esta escalada se enmarca en el baño de sangre que sufre el país desde 2006, cuando el gobierno de la época lanzó un operativo militar contra los carteles del narcotráfico.
La secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, dijo que hay focos rojos de violencia identificados durante la jornada electoral.
“(Están) en varios municipios, pero por fortuna ya está la Guardia Nacional en esos lugares”, dijo a periodistas tras sufragar.
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En Guerrero (sur), uno de los estados más violentos del país, miembros de la policía civil comunitaria vigilaban el desarrollo de la jornada.
“Los del crimen organizado llegan con los líderes comunitarios para dividir a la gente, no los dejan votar tal y como piensan”, dijo Isaías Posotema, uno de los líderes de la policía comunitaria en Chilapa, una zona violentada por grupos criminales.
Mayoría clave
La alianza oficialista, encabezada por el partido Morena de AMLO, tiene mayoría calificada en la Cámara de Diputados (dos tercios de los 500), que se elige cada tres años.
Según un consolidado de encuestas de la firma Oraculus, el oficialismo podría perder ese dominio, aunque por poco, al pasar de 333 a 322 bancas.
La mayoría calificada en ambas cámaras es necesaria para aprobar reformas constitucionales. Hasta ahora, la alianza gobernante sólo tiene que buscar acuerdos con la oposición en el Senado, que controla sin disponer de dos tercios de los escaños. Pero si se confirman las previsiones, también tendrá que hacerlo en la Cámara de Diputados.
Un retroceso allí podría debilitar el proyecto de AMLO, que impulsa reformas para devolver al Estado el protagonismo en el sector energético, a contracorriente de leyes que ampliaron la participación privada en 2014.
Sin embargo, “si la coalición de López Obrador asegura una descomunal victoria (...), puede ganar influencia política y legitimidad para empujar a que el Senado apruebe sus políticas, abriendo la puerta para reformas significativas”, estima la firma británica Capital Economics.
Desde 1997, las parlamentarias han reducido o arrebatado las mayorías a los partidos gobernantes.
Muy disminuida durante el gobierno de López Obrador, la oposición compite con una alianza de partidos tradicionales: el exhegemónico PRI (centro), el PAN (conservador) y el PRD (izquierda).
El país, de 126 millones de habitantes, acumula casi 229.000 muertes por el covid-19 -cuarto en el mundo en números absolutos- y su tasa de mortalidad es la vigésimoprimera por 100.000 habitantes.
Le recomendamos: ¿Por qué las elecciones cada vez más cuestionadas?
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“¡Viva la democracia!”, exclamó López Obrador tras sufragar a unos pasos del palacio de gobierno, en el centro de Ciudad de México, sin hacer más comentarios.
Se trata de una prueba crucial para el mandatario de 67 años, que intenta retener el control de la Cámara de Diputados y afianzar así su proyecto de izquierda.
Los mexicanos “están eligiendo entre dos visiones contrapuestas de México y su futuro”, comentó en un panel Pamela Starr, profesora de la Universidad del Sur de California, Estados Unidos.
En la jornada electoral están convocados unos 95 millones de electores. El presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, dijo al mediodía que el 81,3 % de las casillas de votación en todo el país ya fueron instaladas.
Aunque México es uno de los países más golpeados por el coronavirus, la perspectiva de un voto de castigo parece debilitada ante el retroceso de la epidemia, según encuestas.
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López Obrador, conocido por su acrónimo AMLO, mantiene una popularidad superior al 60 % y se espera que conserve una cómoda mayoría para impulsar reformas en su cruzada antineoliberal, aunque perderá algunos escaños, de acuerdo con los sondeos.
Presentándose como el abanderado contra una corrupción crónica, el gobernante fue elegido en 2018 para un período de seis años y cimienta su aprobación en amplios programas sociales.
“Al que está en el poder debemos seguir apoyándolo”, dijo a la AFP Jorge Hernández, mesero de 52 años, en el barrio popular de Anáhuac, en la capital. “Mis hijos tienen beca y gracias a eso pudimos ir paliando la pandemia”.
Violencia electoral
Los comicios se celebran en un clima de violencia tras el asesinato de 91 políticos desde septiembre pasado, cuando arrancó el proceso. De ellos, 36 eran candidatos o precandidatos, en su mayoría a cargos municipales, según la consultora Etellekt.
Esta escalada se enmarca en el baño de sangre que sufre el país desde 2006, cuando el gobierno de la época lanzó un operativo militar contra los carteles del narcotráfico.
La secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, dijo que hay focos rojos de violencia identificados durante la jornada electoral.
“(Están) en varios municipios, pero por fortuna ya está la Guardia Nacional en esos lugares”, dijo a periodistas tras sufragar.
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En Guerrero (sur), uno de los estados más violentos del país, miembros de la policía civil comunitaria vigilaban el desarrollo de la jornada.
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Mayoría clave
La alianza oficialista, encabezada por el partido Morena de AMLO, tiene mayoría calificada en la Cámara de Diputados (dos tercios de los 500), que se elige cada tres años.
Según un consolidado de encuestas de la firma Oraculus, el oficialismo podría perder ese dominio, aunque por poco, al pasar de 333 a 322 bancas.
La mayoría calificada en ambas cámaras es necesaria para aprobar reformas constitucionales. Hasta ahora, la alianza gobernante sólo tiene que buscar acuerdos con la oposición en el Senado, que controla sin disponer de dos tercios de los escaños. Pero si se confirman las previsiones, también tendrá que hacerlo en la Cámara de Diputados.
Un retroceso allí podría debilitar el proyecto de AMLO, que impulsa reformas para devolver al Estado el protagonismo en el sector energético, a contracorriente de leyes que ampliaron la participación privada en 2014.
Sin embargo, “si la coalición de López Obrador asegura una descomunal victoria (...), puede ganar influencia política y legitimidad para empujar a que el Senado apruebe sus políticas, abriendo la puerta para reformas significativas”, estima la firma británica Capital Economics.
Desde 1997, las parlamentarias han reducido o arrebatado las mayorías a los partidos gobernantes.
Muy disminuida durante el gobierno de López Obrador, la oposición compite con una alianza de partidos tradicionales: el exhegemónico PRI (centro), el PAN (conservador) y el PRD (izquierda).
El país, de 126 millones de habitantes, acumula casi 229.000 muertes por el covid-19 -cuarto en el mundo en números absolutos- y su tasa de mortalidad es la vigésimoprimera por 100.000 habitantes.
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