La mesa queda coja: mediadores para Venezuela pierden confianza
Brasil y Colombia, principales mediadores en la crisis venezolana, presentaron propuestas que no solo dejan insatisfechas a ambas partes, sino que muestran que su rol no puede ser más ineficiente. ¿Se puede sumar un nuevo actor?
Camilo Gómez Forero
La mesa de trabajo internacional sobre Venezuela, que de manera informal ha buscado alternativas para que ese país salga de su crisis política, atraviesa su peor momento tras poco más de dos semanas de haber adoptado la tarea de la mediación. El jueves, como señala el politólogo Ricardo Ríos, presidente de la firma Poder y Estrategia, los mediadores presentaron un desenlace a esta historia, mas “no una solución” a ella.
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La mesa de trabajo internacional sobre Venezuela, que de manera informal ha buscado alternativas para que ese país salga de su crisis política, atraviesa su peor momento tras poco más de dos semanas de haber adoptado la tarea de la mediación. El jueves, como señala el politólogo Ricardo Ríos, presidente de la firma Poder y Estrategia, los mediadores presentaron un desenlace a esta historia, mas “no una solución” a ella.
Por un lado, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, planteó dos rutas sin mayor detalle: repetir las elecciones en Venezuela —algo a lo que la oposición venezolana se ha opuesto tajantemente y que no tiene argumentos de peso para ser respaldada—, y una suerte de alternancia del poder de manera transitoria que ayude a una “solución definitiva”, citando el caso del Frente Nacional en Colombia, un período en el que liberales y conservadores se rotaron el Ejecutivo.
“Esta no es la solución para la oposición. Esos gobiernos de coalición generan tarde o temprano exclusión. Es curioso que lo proponga Petro, porque justamente el M-19 nació como un rechazo a ese Frente Nacional. Desde mi perspectiva política, eso no tiene sentido: llamar a una coalición para superar una situación de eventual fraude. La descomposición institucional de Venezuela lleva más de una década, por lo que si el oficialismo dice que ganó por más de 10 puntos, pues todos tenemos nuestras dudas”, añade Rafael Piñeros, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Externado de Colombia.
Por otro lado, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, también presentó dos alternativas: celebrar nuevas elecciones, como dijo Petro, o formar un gobierno de coalición integrado por miembros del madurismo y de la oposición. Todos son propuestas de desenlaces de la crisis, pero no soluciones que respondan al problema de fondo: la falta de transparencia por parte de los órganos oficialistas en las elecciones del pasado 28 de julio. Además, son ideas que de entrada les parecerían ridículas a los mismos actores que las ofrecen hoy si se las hubieran planteado en su momento.
“No veo una opción de un gobierno de coexistencia. (Nicolás Maduro) perdió las elecciones. Nadie le diría a Lula: ‘¿Sabes? En realidad deberías crear un gobierno de coexistencia con Bolsonaro’. A nadie se le ocurriría eso, ¿verdad? Entonces, ¿por qué le pedirían a Edmundo González que lo hiciera?”, dijo Tamara Taraciuk Broner, del grupo de expertos de Diálogo Interamericano, a The Guardian.
Por eso, estas propuestas han sido tomadas como un “irrespeto” por parte de la oposición. Sobre los planteamientos de Petro y Lula, la líder de la oposición, María Corina Machado, dijo que: “Plantear desconocer lo ocurrido el 28 de julio para mí es una falta de respeto a los venezolanos que lo han dado todo (...) la soberanía popular se respeta. Las elecciones presidenciales en Venezuela se realizaron el pasado 28 de julio y las ganó abrumadoramente Edmundo González Urrutia”.
Pero que las propuestas de Lula y Petro no sean soluciones de fondo, y que además ofendan a la oposición, no es el único problema acá. Esta mesa de trabajo ha expuesto una profunda desconexión entre sus actores, así como una falta de legitimación que es vital para que las propuestas que salgan de allí tengan futuro. En primer lugar, hay que ver la comunicación.
“La forma como cada uno de los mandatarios anuncia las propuestas dan a entender que ninguna de las partes (ni al gobierno ni a la oposición) consideran viables tales alternativas; entonces Petro y Lula las sueltan públicamente y las dejan allí, algo así como diciendo ‘eso es lo que hay’”, dijo Ríos.
El jueves no hubo una comunicación oficial de las cancillerías de Brasil y Colombia sobre estas propuestas, que no pasaron del trino de Petro y de una declaración de Lula en medios. De hecho, los cancilleres de Colombia, Luis Gilberto Murillo, y el de Brasil, Mauro Vieira, no hablaron sobre Venezuela tras su encuentro en Bogotá, lo que es muy diciente sobre la falta de protocolos para estas comunicaciones. ¿Por qué? Piñeros da la clave sobre la retórica de Petro.
“La crisis venezolana se está jugando en distintas bandas y niveles. En un nivel, es importante para quienes son más cercanos a Maduro (Lula y Petro) mostrar que están haciendo algo a nivel internacional. Pero como dice el dicho: perro que ladra no muerde. No creo que ni Petro ni Lula están por la labor de ponerse más fuertes con Maduro. El resultado es poco influyente en la medida en que Venezuela tiene más margen de influencia sobre Petro, en lo que respecta a los diálogos de la paz total, que la influencia real que tiene Petro sobre Maduro. Eso hace que haya retórica, pero que no haya un cambio en la posición del oficialismo en Venezuela”, dice Piñeros.
Ahora, esto demuestra un gran malabarismo de Petro frente a la situación. “Tal vez el elemento más astuto que ha jugado Petro, que no hizo Duque, es no romper las relaciones y cerrar la frontera. Petro demuestra que diplomáticamente es más inteligente al decir que nuestra relación está más allá de esta situación política que es preocupante. Pero de ahí a ponerse más duro, no lo veo”, afirmó Piñeros.
¿Qué queda después del jueves? La mesa ha quedado coja por otros lados. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se salió del grupo de mediadores esta semana, mientras que su homólogo estadounidense, Joe Biden, causó una pequeña crisis al decir que apoyaba la idea de Lula por error, algo que tuvo que corregir la Casa Blanca. Por eso surge la pregunta: ¿se necesita un nuevo líder mediador?
“Cuando hay un impasse entre dos, siempre es bueno llamar a un tercero. Es lo más lógico. El problema es que el tercero que le sirve al oficialismo no le sirve a la oposición, y viceversa. El oficialismo va a querer que intervenga la Celac, que es un foro de concertación. Podría ser llamar a Cuba, pero no creo que la oposición lo acepte. Nos queda un escenario muy difícil en el que se busque tal vez la mediación de estas dos entidades, pero no creo que la oposición lo acepte”, dice Piñeros.
¿Alguien más? ¿Suiza? ¿Noruega? Argentina y Chile estarían vetados, pues su posición contra Maduro ha sido clara. Piñeros asegura que “difícilmente podría ser un país que pertenezca a la Unión Europa por los encontronazos con Maduro y la UE. Incluso ha habido insultos personales entre estos. Así que Suiza podría ser una buena solución”.
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