Los muchos errores en la sentencia del TSJ en Venezuela
La independencia del poder judicial en Venezuela se tambalea, y la reciente resolución del Tribunal Supremo de Justicia es la última prueba de un conflicto que está lejos de resolverse.
Camilo Gómez Forero
¿Son las personas idóneas para tomar una decisión tan trascendental? ¿Era el órgano indicado para pronunciarse en este caso? ¿Fueron los argumentos apropiados para justificar su fallo? Luego de que Carysilia Rodríguez, actual presidenta del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ), comunicó el jueves que el órgano judicial convalidó el muy discutido resultado que dio el pasado 28 de julio el Consejo Nacional Electoral, muchos se hicieron las mismas preguntas. La respuesta a todas ellas es un rotundo no. ¿Por qué?
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¿Son las personas idóneas para tomar una decisión tan trascendental? ¿Era el órgano indicado para pronunciarse en este caso? ¿Fueron los argumentos apropiados para justificar su fallo? Luego de que Carysilia Rodríguez, actual presidenta del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ), comunicó el jueves que el órgano judicial convalidó el muy discutido resultado que dio el pasado 28 de julio el Consejo Nacional Electoral, muchos se hicieron las mismas preguntas. La respuesta a todas ellas es un rotundo no. ¿Por qué?
Rodríguez, una jueza parcializada
Es extremadamente raro ver a un magistrado de un tribunal supremo hacer un llamado directo a votar por un partido o candidato, porque esto violaría los principios de imparcialidad. Cuando la jueza Ruth Bader Ginsburg llamó a Donald Trump un “farsante” en 2016 y dijo temer por el futuro si llegaba a ganar la presidencia, Estados Unidos se escandalizó. Si bien no hacía un llamado directo a votar en contra del republicano, estaba mostrando una parcialidad electoral que tratan de evadir los magistrados. Tuvo que disculparse de inmediato.
El caso de Carysilia Rodríguez es mucho más grave y compromete abiertamente su neutralidad. La magistrada sí ha hecho llamados directos a votar por el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela: “Militante de nuestro PSUV, mañana tenemos un gran compromiso con nuestro comandante Hugo Chávez y con nuestro querido presidente Nicolás Maduro”, dijo en un video de 2021, posando al lado de un retrato de Simón Bolívar.
Rodríguez llegó al TSJ en 2022 sin mucha experiencia previa, pero con un elemento poderoso: es amiga íntima de la esposa de Maduro, Cilia Flores, a quien conoció cuando estudiaron en la Universidad Central de Venezuela. Antes de esto, ocupó varios cargos de administración pública. Fue consultora del Instituto Postal Telegráfico de Venezuela (Ipostel) y concejal del municipio Libertador del Distrito de Caracas entre 2018 y 2021, cuando asumió la presidencia del Concejo Municipal de la Alcaldía de Caracas. Ese mismo año terminó encargada de la alcaldía de la capital.
“Si revisamos los perfiles de los magistrados, generalmente son perfiles políticos que no han hecho carrera en los cuerpos judiciales, sino que incluso pasaron directamente del PSUV a cargos de magistrados, ratificados en su momento por una Asamblea Nacional que estaba en control del chavismo y que hacía este tipo de nombramientos”, dice Nastassja Rojas Silva. Profesora y consultora en Derechos Humanos, migración y género.
Sobre los perfiles de los magistrados, la Fundación 4Métrica escribió este hilo en el que colaboró la profesora Rojas:
Ya como magistrada, Rodríguez se ha alineado abiertamente con los intereses del chavismo: promovió la participación de consulta del Esequibo y avaló la inhabilitación contra la opositora María Corina Machado para participar en las elecciones de manera irregular, pues nunca se entregó un texto completo que expusiera las razones jurídicas para tomar tal decisión.
Con todos estos antecedentes, Rodríguez se dibujaba como una de las figuras menos idóneas para pronunciarse sobre la certificación de los resultados del CNE, que daban a Maduro como ganador. Ella, y el sistema en general, están comprometidos. No hay independencia. Por esto, el excandidato opositor Enrique Márquez había solicitado a principios de esta semana que la jueza se apartara del caso. “Muy mal puede una jueza impartir justicia si no es imparcial”, dijo Márquez el martes.
No era el lugar y no eran los argumentos
La Constitución de Venezuela expresa claramente que el reconocimiento de los resultados electorales no es competencia del TSJ, sino del CNE, que es la autoridad electoral y, de hecho, sigue sin publicar las actas del escrutinio, por lo que la sentencia del jueves no tiene cabida en el mundo jurídico.
“Con la Constitución de 1999, el CNE se convierte en un poder público independiente”, dice Rojas; actúa como autoridad electoral y se convirtió así en otro poder en Venezuela. Los argumentos que se ofrecieron el jueves tampoco fueron los apropiados. Hay que destacar, como explica la profesora Rojas, que no hay un documento público que permita entender por qué se tomó la decisión: el TSJ no lo publicó. Quedan apenas las declaraciones en video de la magistrada Rodríguez, quien sostuvo que los máximos tribunales de países como Estados Unidos, México o Brasil han dirimido cuestiones similares en años anteriores.”En la jurisprudencia uno sí puede mencionar casos similares en otros países y elementos importantes del sistema interamericano, pero estos no pueden ser la base para tomar una decisión”, explica Rojas.
Sobre el caso de Estados Unidos, la Corte Suprema resolvió la disputa al detener el recuento de votos en Florida, lo que en esencia le otorgó la victoria a George W. Bush sobre Al Gore. Sin embargo, eso no significa que se hubiera certificado propiamente los resultados de las elecciones, pues esto era competencia del Congreso.
En el caso de Brasil, fue el Tribunal Superior Electoral de ese país no decidió directamente el futuro de las elecciones, pero jugó un papel clave al rechazar la candidatura del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva -así como lo hizo el TSJ con Machado-. ¿La diferencia? Sencillamente el nombre. El periodista venezolano Eugenio Martínez recuerda que “en Brasil la autoridad electoral recibe el nombre de Tribunal Superior Electoral”. Es decir, fue el órgano equivalente al CNE en Brasil el que definió el caso, no el Supremo Tribunal Federal, que vendría siendo el equivalente al TSJ de Venezuela. En pocas palabras: el TSJ cita un argumento que contradice su posición.
¿Qué sigue? La decisión no es sorpresiva para nadie, especialmente para Machado, quien podría estar comunicando sus siguientes pasos al final de la semana. El jueves, la opositora retó al TSJ antes de que emitiera su fallo: “Échenle bolas”, dijo, lo que para muchos, como Rojas, anticipa que tiene un plan entre sus manos.
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