Durante una entrevista con una emisora de radio local, el mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que “no hay pruebas que demuestren” que Nicolás Maduro haya ganado las elecciones del 28 de julio, así como tampoco reconoció el triunfo que reclaman Edmundo González Urrutia y María Corina Machado: “No acepto ni su victoria ni la de la oposición. Creo que hay algo: la oposición dice que ganó, él dice que ganó, pero no tiene pruebas. Entonces, las exigimos”.
El presidente, que ha tratado de mostrarse en el contexto poselectoral como un posible mediador, junto a Colombia y México, no cuestionó al Tribunal Supremo de Justicia, que la semana pasada convalidó un nuevo período de seis años de su homólogo y sobre el cual reposan acusaciones de entidades internacionales, como la ONU, de falta de independencia e imparcialidad, lo que ha contribuido a la represión estatal. “El presidente Maduro no escuchó al Consejo Nacional Electoral y fue directo para la Corte Suprema. Debería pasar por el Consejo, que fue creado para ese fin”, señaló Lula da Silva en la radio.
Si bien la autoridad electoral, también cuestionada por Naciones Unidas, le otorgó la victoria a Maduro a la medianoche del día de las votaciones, su rector, Juan Carlos Delpino, denunció hace pocos días “irregularidades”, con lo que, a su juicio, se perdió confianza en la integridad del proceso, así como en los resultados anunciados. Aseguró que carece de evidencias que muestren la victoria reclamada por el chavismo.
Lula da Silva destacó que Maduro “sabe que está debiendo una explicación a todo el mundo” y reiteró sus propuestas para la salida de la crisis política: la formación de un gobierno de coalición, con miembros del oficialismo y la oposición, o la convocatoria a nuevas elecciones. Esta última postura, sin embargo, ha sido rechazada por ambos lados, así como por otras organizaciones, como Human Rights Watch, que aseguró que eso sería una “burla” y una situación problemática, dadas las importantes barreras que los votantes y candidatos opositores se vieron obligados a superar para participar en las elecciones del mes pasado.
La postura del líder brasileño se conoce justo el día en el que la Fiscalía espera, por tercera vez, la comparecencia de González Urrutia, vinculado a una investigación penal por la comisión de presuntos delitos electorales, relacionados con los llamados de fraude de la oposición. Si no asiste ante el Ministerio Público, como ocurrió el lunes y el martes, la ley venezolana permite la emisión de una orden de arresto, que es el temor que se viene expresando desde hace días en Venezuela.
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