¿Por qué ver estos decimales ayudaría a hablar de un fraude en Venezuela?
Analistas de datos observan “números demasiado perfectos” que permitirían concluir que algo no estuvo bien con los datos del CNE en Venezuela.
Camilo Gómez Forero
Las matemáticas básicas parecen ser, hoy por hoy, el peor enemigo del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Una simple operación, como la han hecho algunos expertos en materia electoral, permite identificar un patrón de fraude que ya se ha visto en otras elecciones altamente cuestionadas en el mundo. ¿Cómo se están sacando estas cuentas y por qué importan?
Primero, vamos a entrar con los informes que sustentan nuestro ejercicio. Antes de que saliera el primer boletín publicado por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, sobre las elecciones del pasado 28 de julio en ese país, el sociólogo español Jorge Galindo recuperó una investigación hecha en Rusia que resulta muy oportuna para identificar patrones de fraude electoral.
El citado documento, publicado en The Economist y que hizo un trabajo minucioso de los comicios rusos de las últimas décadas, apunta a que cuando hay resultados “demasiado perfectos o predecibles” hay una enorme posibilidad de que estos hayan sido alterados. ¿Cómo es un resultado “muy perfecto”?
En unas elecciones genuinas y transparentes, los dígitos finales de los números de los votos, así como sus porcentajes respecto al número total de la participación, deberían ser aleatorios (es decir, no cifras cerradas con un patrón). Observemos el caso de las elecciones de 2012 en Estados Unidos como ejemplo. Vamos a ver que las cifras de los votos, así como los porcentajes, son aleatorios.
- Barack Obama (Partido Demócrata): 65.915.795 votos
- Mitt Romney (Partido Republicano): 60.933.504 votos
- Gary Johnson (Partido Libertario): 1.275.971 votos
- Jill Stein (Partido Verde): 469.627 votos
- Virgil Goode (Partido de la Constitución): 122.389 votos
- Roseanne Barr (Paz y Libertad): 67.326 votos
- Rocky Anderson (Partido Justicia): 43.018 votos
- Tom Hoefling: (América): 40.628 votos
- Total de votos: 129.085.410
Como podemos ver, no hay números redondos que terminen en un patrón: los números terminan en 9, 7, 1, 4... Lo que señala la investigación es que miles de las actas de mesas en toda Rusia presentaban una tendencia sospechosa: la mayoría terminaba en 0 o en 5. Es decir. 1.985 votos, 3.565 votos, o 6.750 votos para Vladimir Putin, por poner un ejemplo. Esta frecuencia es anormal para unas elecciones auténticas.
Esto se puede deber, apuntan los autores de la investigación, a ajustes en las actas. La acumulación de estos ajustes a lo largo de muchas circunscripciones puede producir una frecuencia anormalmente alta de patrones llamativos para los analistas, como la vista en Rusia. Esto nos sirve para hablar de cómo son los números “muy perfectos”. Si ve muchos números que respondan a un patrón, hay razones para tener sospechas, como en el caso ruso.
Ahora, con esa parte entendida, el número que nos debería importar para el análisis sobre Venezuela es el de porcentajes sobre el total de votantes que participaron de las elecciones. Estos números tampoco deberían tener un patrón y no deberían lucir “redondos y perfectos”.
Volvamos a nuestro ejemplo de Estados Unidos y tomemos el número de sufragios por cada candidato y dividámoslo por el número total de votos. Después de esto, multiplicamos por 100. Así sacamos el porcentaje de votos para cada uno. El resultado es el siguiente:
- Obama = 51,0466786 % (tenga este número presente)
- Romney = 47,1482700 %
- Johnson = 0,9898376 %
- Stein = 0,36457665 %
- Goode = 0,0947198 %
- Barr = 0,05208 %
- Anderson = 0,03335 %
- Hoefling = 0,03148 %
De nuevo tenemos números muy variados. No hay números redondos. Con esta explicación, ahora sí podemos pasar al caso venezolano. Como señalaba Galindo, era crucial obtener las actas de las elecciones para ver la transparencia en las mesas y detectar estos “números demasiado perfectos”. Sin embargo, nada más con el primer boletín distribuido por el CNE de Venezuela, con el 80 % de los votos, podemos observar que algo no está bien. Los números entregados fueron apenas siete:
- Votos por Nicolás Maduro: 5.150.092
- Votos por Edmundo González Urrutia: 4.445.978
- Otros votos: 462.704
Y los porcentajes presentados son:
- Maduro: 51,2 %
- González: 44,2 %
- Otros: 4,6 %
Participación electoral: 10.058.773 de votos
Acá ya hay algo extraño cuando hacemos las matemáticas correspondientes con estas cifras. Según la cuenta @datadicto_es, que lleva analizando comicios desde hace años en la red X, cuando tenemos cifras como 51,2 %, lo habitual sería que sea una cifra redondeada. Es decir, si nos remontamos al caso de Obama, podríamos presentar el porcentaje de votos que sacó simplemente como 51 %. Ahí redondeamos. Sin embargo, cuando exploramos más los decimales, y hacemos la operación sobre el número total de votos, vemos que ese número se extiende a un número que no es redondo: ese 51,0466786 % que vimos arriba. Y así con el resto de candidatos.
“Cuando encontramos un 51,2 %, lo usual es que sea una cifra redondeada, y que detrás haya un número entre 51,15 % y 51,25 %, que en este caso son 10.000 alternativas (5.1551.22 y 5.145.063)”, explica @datadicto_es.
Lo llamativo en el caso presentado por el CNE es que cuando sacamos el porcentaje de los tres números de votos entregados por el CNE nos da un número muy redondo hasta el sexto decimal, si hacemos la misma operación sobre el número total de votantes.
- Votos Maduro: 5.150.092 / número total de votantes, según el CNE (10.058.773) = 0.5120000 %
- Votos Urrutia: 4.445.978 / número total de votantes, según el CNE (10.058.773) = 0.4420000 %
- Otros votos: 462.704 / número total de votantes, según el CNE (10.058.773) = 0.460000 %
Raro ver tantos ceros, ¿no? Según Kiki Llaneras, doctor en ingeniería que escribe en El País de España, la probabilidad de que se vean tantos ceros en uno de esos porcentajes es de una en 10.000. “Un pírrico 0,010 %”, dicen los expertos. ¿Que se vean tantos ceros en los dos porcentajes? Un 0,000001 %.
La operación hecha nos arroja números muy redondos, sospechosos por la cantidad de números perfectos. El periodista argentino Matias Mowzet tiene una hipótesis para responder a esto: el oficialismo venezolano habría tomado el número total de votos (10.058.773) y lo habría dividido por 100, para luego multiplicarlo por dos porcentajes que de antemano ya había asignado a cada campaña. Y uno tercero, asignado al tercer candidato.
“Matemáticamente hablando, pareciera que se ha calculado el número de votos partiendo de unos porcentajes de voto fijos, en lugar de la dirección normal, donde se obtiene un porcentaje de votos partiendo del número de votos”, explica @datadicto_es.
“Si fue así, la verdad, bastante poca voluntad”, dijo Mowzet.
El periodista argentino también hizo un ejercicio curioso: dividió 4.445.978 (el número de votos de Edmundo González) por 44,2 (el porcentaje que le asignó el CNE), y eso le dio como resultado 10.058.773 (el número de votantes). Lo mismo pasa si hacemos esa operación con los números de Maduro. ¿Esto qué quiere decir?
La operación refuerza la teoría de los analistas de que el CNE hizo una operación a la inversa: tomó el número total de votantes (el resultado de la operación de Mowzet) y los dividió en dos porcentajes que previamente ya le había asignado a cada campaña. “Hay una correspondencia exacta en la proporcionalidad. No hubo redondeo”, dice el periodista, que encuentra sospechoso el resultado.
Un arreglo o una muy improbable coincidencia. La respuesta a esto saldrá a la luz cuando el CNE publique los datos completos y se puedan examinar las actas de manera minuciosa.
📧 📬 🌍 Semana a semana tendremos un resumen de las noticias que nos harán sentir que No es el fin del mundo. Si desea inscribirse y recibir todos los lunes nuestro newsletter, puede hacerlo en el siguiente enlace.
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.
Si le interesan los temas internacionales, quiere opinar sobre nuestro contenido o recibir más información, escríbanos al correo mmedina@elespectador.com o aosorio@elespectador.com
Las matemáticas básicas parecen ser, hoy por hoy, el peor enemigo del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Una simple operación, como la han hecho algunos expertos en materia electoral, permite identificar un patrón de fraude que ya se ha visto en otras elecciones altamente cuestionadas en el mundo. ¿Cómo se están sacando estas cuentas y por qué importan?
Primero, vamos a entrar con los informes que sustentan nuestro ejercicio. Antes de que saliera el primer boletín publicado por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, sobre las elecciones del pasado 28 de julio en ese país, el sociólogo español Jorge Galindo recuperó una investigación hecha en Rusia que resulta muy oportuna para identificar patrones de fraude electoral.
El citado documento, publicado en The Economist y que hizo un trabajo minucioso de los comicios rusos de las últimas décadas, apunta a que cuando hay resultados “demasiado perfectos o predecibles” hay una enorme posibilidad de que estos hayan sido alterados. ¿Cómo es un resultado “muy perfecto”?
En unas elecciones genuinas y transparentes, los dígitos finales de los números de los votos, así como sus porcentajes respecto al número total de la participación, deberían ser aleatorios (es decir, no cifras cerradas con un patrón). Observemos el caso de las elecciones de 2012 en Estados Unidos como ejemplo. Vamos a ver que las cifras de los votos, así como los porcentajes, son aleatorios.
- Barack Obama (Partido Demócrata): 65.915.795 votos
- Mitt Romney (Partido Republicano): 60.933.504 votos
- Gary Johnson (Partido Libertario): 1.275.971 votos
- Jill Stein (Partido Verde): 469.627 votos
- Virgil Goode (Partido de la Constitución): 122.389 votos
- Roseanne Barr (Paz y Libertad): 67.326 votos
- Rocky Anderson (Partido Justicia): 43.018 votos
- Tom Hoefling: (América): 40.628 votos
- Total de votos: 129.085.410
Como podemos ver, no hay números redondos que terminen en un patrón: los números terminan en 9, 7, 1, 4... Lo que señala la investigación es que miles de las actas de mesas en toda Rusia presentaban una tendencia sospechosa: la mayoría terminaba en 0 o en 5. Es decir. 1.985 votos, 3.565 votos, o 6.750 votos para Vladimir Putin, por poner un ejemplo. Esta frecuencia es anormal para unas elecciones auténticas.
Esto se puede deber, apuntan los autores de la investigación, a ajustes en las actas. La acumulación de estos ajustes a lo largo de muchas circunscripciones puede producir una frecuencia anormalmente alta de patrones llamativos para los analistas, como la vista en Rusia. Esto nos sirve para hablar de cómo son los números “muy perfectos”. Si ve muchos números que respondan a un patrón, hay razones para tener sospechas, como en el caso ruso.
Ahora, con esa parte entendida, el número que nos debería importar para el análisis sobre Venezuela es el de porcentajes sobre el total de votantes que participaron de las elecciones. Estos números tampoco deberían tener un patrón y no deberían lucir “redondos y perfectos”.
Volvamos a nuestro ejemplo de Estados Unidos y tomemos el número de sufragios por cada candidato y dividámoslo por el número total de votos. Después de esto, multiplicamos por 100. Así sacamos el porcentaje de votos para cada uno. El resultado es el siguiente:
- Obama = 51,0466786 % (tenga este número presente)
- Romney = 47,1482700 %
- Johnson = 0,9898376 %
- Stein = 0,36457665 %
- Goode = 0,0947198 %
- Barr = 0,05208 %
- Anderson = 0,03335 %
- Hoefling = 0,03148 %
De nuevo tenemos números muy variados. No hay números redondos. Con esta explicación, ahora sí podemos pasar al caso venezolano. Como señalaba Galindo, era crucial obtener las actas de las elecciones para ver la transparencia en las mesas y detectar estos “números demasiado perfectos”. Sin embargo, nada más con el primer boletín distribuido por el CNE de Venezuela, con el 80 % de los votos, podemos observar que algo no está bien. Los números entregados fueron apenas siete:
- Votos por Nicolás Maduro: 5.150.092
- Votos por Edmundo González Urrutia: 4.445.978
- Otros votos: 462.704
Y los porcentajes presentados son:
- Maduro: 51,2 %
- González: 44,2 %
- Otros: 4,6 %
Participación electoral: 10.058.773 de votos
Acá ya hay algo extraño cuando hacemos las matemáticas correspondientes con estas cifras. Según la cuenta @datadicto_es, que lleva analizando comicios desde hace años en la red X, cuando tenemos cifras como 51,2 %, lo habitual sería que sea una cifra redondeada. Es decir, si nos remontamos al caso de Obama, podríamos presentar el porcentaje de votos que sacó simplemente como 51 %. Ahí redondeamos. Sin embargo, cuando exploramos más los decimales, y hacemos la operación sobre el número total de votos, vemos que ese número se extiende a un número que no es redondo: ese 51,0466786 % que vimos arriba. Y así con el resto de candidatos.
“Cuando encontramos un 51,2 %, lo usual es que sea una cifra redondeada, y que detrás haya un número entre 51,15 % y 51,25 %, que en este caso son 10.000 alternativas (5.1551.22 y 5.145.063)”, explica @datadicto_es.
Lo llamativo en el caso presentado por el CNE es que cuando sacamos el porcentaje de los tres números de votos entregados por el CNE nos da un número muy redondo hasta el sexto decimal, si hacemos la misma operación sobre el número total de votantes.
- Votos Maduro: 5.150.092 / número total de votantes, según el CNE (10.058.773) = 0.5120000 %
- Votos Urrutia: 4.445.978 / número total de votantes, según el CNE (10.058.773) = 0.4420000 %
- Otros votos: 462.704 / número total de votantes, según el CNE (10.058.773) = 0.460000 %
Raro ver tantos ceros, ¿no? Según Kiki Llaneras, doctor en ingeniería que escribe en El País de España, la probabilidad de que se vean tantos ceros en uno de esos porcentajes es de una en 10.000. “Un pírrico 0,010 %”, dicen los expertos. ¿Que se vean tantos ceros en los dos porcentajes? Un 0,000001 %.
La operación hecha nos arroja números muy redondos, sospechosos por la cantidad de números perfectos. El periodista argentino Matias Mowzet tiene una hipótesis para responder a esto: el oficialismo venezolano habría tomado el número total de votos (10.058.773) y lo habría dividido por 100, para luego multiplicarlo por dos porcentajes que de antemano ya había asignado a cada campaña. Y uno tercero, asignado al tercer candidato.
“Matemáticamente hablando, pareciera que se ha calculado el número de votos partiendo de unos porcentajes de voto fijos, en lugar de la dirección normal, donde se obtiene un porcentaje de votos partiendo del número de votos”, explica @datadicto_es.
“Si fue así, la verdad, bastante poca voluntad”, dijo Mowzet.
El periodista argentino también hizo un ejercicio curioso: dividió 4.445.978 (el número de votos de Edmundo González) por 44,2 (el porcentaje que le asignó el CNE), y eso le dio como resultado 10.058.773 (el número de votantes). Lo mismo pasa si hacemos esa operación con los números de Maduro. ¿Esto qué quiere decir?
La operación refuerza la teoría de los analistas de que el CNE hizo una operación a la inversa: tomó el número total de votantes (el resultado de la operación de Mowzet) y los dividió en dos porcentajes que previamente ya le había asignado a cada campaña. “Hay una correspondencia exacta en la proporcionalidad. No hubo redondeo”, dice el periodista, que encuentra sospechoso el resultado.
Un arreglo o una muy improbable coincidencia. La respuesta a esto saldrá a la luz cuando el CNE publique los datos completos y se puedan examinar las actas de manera minuciosa.
📧 📬 🌍 Semana a semana tendremos un resumen de las noticias que nos harán sentir que No es el fin del mundo. Si desea inscribirse y recibir todos los lunes nuestro newsletter, puede hacerlo en el siguiente enlace.
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.
Si le interesan los temas internacionales, quiere opinar sobre nuestro contenido o recibir más información, escríbanos al correo mmedina@elespectador.com o aosorio@elespectador.com