Presión más allá de ideologías: el rol de la comunidad internacional en Venezuela
Líderes de la región y de todo el mundo se unieron al llamado para exigir una auditoría del conteo de votos de las elecciones en Venezuela en tiempo real. Así podría influir la comunidad internacional para garantizar este proceso.
Juliana Castellanos Guevara
Nicolás Maduro fue proclamado como presidente por seis años más por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE). Sin embargo, ni la oposición ni buena parte de la comunidad internacional confían en la veracidad de esos números, no solo porque las encuestas a boca de urna daban como ganador, por más del 60 %, al opositor Edmundo González, sino porque las actas no se conocieron con transparencia. “Tienen que mostrar cómo han llegado a esa cifra: minuto a minuto”, comentó el asesor de asuntos internacionales de Brasil y excanciller, Celso Amorim, exigiendo al CNE que haga públicas las actas de escrutinio oficiales de la votación. La oposición confía en que su voz y la de más líderes globales puedan presionar al gobierno de Maduro para hacer auditoría del proceso.
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Nicolás Maduro fue proclamado como presidente por seis años más por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE). Sin embargo, ni la oposición ni buena parte de la comunidad internacional confían en la veracidad de esos números, no solo porque las encuestas a boca de urna daban como ganador, por más del 60 %, al opositor Edmundo González, sino porque las actas no se conocieron con transparencia. “Tienen que mostrar cómo han llegado a esa cifra: minuto a minuto”, comentó el asesor de asuntos internacionales de Brasil y excanciller, Celso Amorim, exigiendo al CNE que haga públicas las actas de escrutinio oficiales de la votación. La oposición confía en que su voz y la de más líderes globales puedan presionar al gobierno de Maduro para hacer auditoría del proceso.
Ola de reacciones
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, fue de los primeros en opinar. “Tenemos una seria preocupación de que el resultado anunciado no refleje los votos del pueblo venezolano” y pidió un recuento “justo y transparente” de estos, dijo durante una rueda de prensa. En la misma línea, su homólogo de la Unión Europea, Josep Borrell, comentó que “es vital garantizar la total transparencia en el proceso electoral, incluido el recuento detallado de los votos y el acceso a los registros de votación en los colegios electorales”.
En Latinoamérica, por mencionar algunos, el canciller de Colombia, Luis Gilberto Murillo, pidió un “conteo total de los votos, su verificación y auditoría de carácter independiente” para “despejar cualquier duda sobre los resultados”. Además, anunció que junto a los gobiernos de Brasil y México están conversando para ofrecer una declaración conjunta sobre el conteo de votos. Por su parte, la cancillería de Brasil urgió a una “verificación imparcial de los resultados” y pidió al CNE la publicación “de los datos desagregados por mesa de votación” para que el proceso electoral tenga “transparencia, credibilidad y legitimidad”. Pero quien marcó la diferencia y sentó un precedente fue el presidente de Ecuador, Rafael Noboa.
Menos palabras, más acciones
“He solicitado a nuestra canciller que realice las gestiones necesarias para convocar al Consejo Permanente de la OEA (Organización de los Estados Americanos) para tratar la delicada situación que vive Venezuela”, expresó el mandatario ecuatoriano en un mensaje en su cuenta oficial de X. A las horas, los gobiernos de Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay exigieron en un comunicado conjunto la “revisión completa” de los resultados electorales y solicitaron una reunión urgente de la Organización para “emitir una resolución que salvaguarde la voluntad popular”, según un comunicado de la cancillería argentina.
Para Enrique Prieto, profesor de derecho internacional de la Universidad del Rosario, “un llamado regional sensato para que se regrese a un principio básico de los países latinoamericanos: el poder debe ser representado por la voluntad del pueblo”, comentó. Ya no se trata de oponerse al régimen por razones ideológicas, como se criticó en las elecciones pasadas a los gobiernos de derecha por cuestionar los resultados de las elecciones, “sino actividades unificadas para generar presión en Venezuela que, incluso vienen de gobiernos de centroizquierda o progresistas”, agregó el analista.
Del mismo modo, según Ronal Rodríguez, vocero del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, si bien hay que generar una “fuerte presión internacional”, se debe ser precavido para que acciones como el cerco diplomático no tengan efectos contraproducentes. “Aislar a Venezuela lo que hizo fue acercarla a regímenes autoritarios como el de Rusia que se aprovechó de la debilidad del gobierno de Nicolás Maduro”. También, al de China, Irán, Bielorrusia, Turquía y Corea del Norte.
“Estoy convencido de que sus actividades como jefe de Estado seguirán contribuyendo a su progresivo desarrollo en todos los ámbitos. Esto responde plenamente a los intereses de nuestros pueblos amigos y va en consonancia con la construcción de un orden mundial más justo y democrático”, dijo el presidente de Rusia, Vladimir Putin a Maduro.
El fracaso del cerco diplomático
Apoyado en su momento por Donald Trump, el expresidente de Colombia, Iván Duque quiso apostarle a la estrategia del “cerco diplomático” que con múltiples sanciones internacionales pudieran asfixiar al gobierno de Venezuela y, finalmente, se viera obligado a “terminar esta dictadura y retornen las libertades y la democracia a Venezuela”, dijo Duque en su momento tras reunirse con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Pero el plan no le funcionó porque el contexto regional cambió y la pandemia llegó. México nombró a Obrador, Argentina a Fernández, Perú a Castillo, Chile a Boric y estaba el inminente regreso de Lula en Brasil; pero todos estaban más preocupados por sus agendas domésticas: recuperar sus países en una época pospandemia. Además, con la llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos, la postura de quien podía ejercer mayor presión se flexibilizó.
Ahora, el que inició acciones de este tipo fue el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, que, para no convertirse en cómplice de “regímenes que no respeten los derechos humanos y violen libertades”, anunció el retiro del personal diplomático panameño de Venezuela, “poniendo en suspenso las relaciones diplomáticas hasta tanto no se realice una revisión completa de las actas y el sistema informático del escrutinio de votación que permitan conocer la genuina voluntad popular”, dijo Mulino en conferencia de prensa.
Por ahora nada parece detener a Maduro. En respuesta el reelecto presidente ordenó la expulsión “inmediata” del cuerpo diplomático de siete países: Chile, Argentina, Costa Rica, Perú, Panamá, Uruguay y República Dominicana. La medida, afirmó el canciller venezolano, Yván Gil en un comunicado, ocurre para rechazar “la injerencia extranjera” en el proceso electoral de este domingo.
Un llamado de la oposición
Sin tener acceso completo a las actas de escrutinio oficiales, el 40 % de estas afirmaba el triunfo del opositor Edmundo González Urrutia. Por ello, para Luis Borges, miembro del partido opositor Primero Justicia, quien hizo un llamado a la comunidad internacional para hacer los esfuerzos necesarios para una auditoría, “la única opción en las próximas horas es dar la lucha para que se conozca la verdad”, exaltó.
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