Más allá del chavismo o ir en contra de este, ¿existen propuestas para Venezuela?
Poco han hablado los candidatos de su programa de gobierno, pero según el sondeo de la consultora Clear Path Strategies, la intención de voto está a favor de Edmundo González Urrutia, el candidato unitario de la oposición, con el 56 % mientras que Nicolás Maduro acumula un 33 %. Conozca lo que se sabe de la plataforma de los aspirantes a la presidencia.
Juliana Castellanos Guevara
Todos quieren una nueva Venezuela. El chavismo, a través de la transformación; la oposición, por medio de la reconstrucción. Sin embargo, la oferta de políticas de gobierno de los dos candidatos con opción de ganar el próximo 28 de julio, Nicolás Maduro y Edmundo González Urrutia, no ha sido muy clara ni pública a pocos días de de las elecciones. Más allá de la lucha por el chavismo o en contra de este, ¿existe un plan para Venezuela?
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Todos quieren una nueva Venezuela. El chavismo, a través de la transformación; la oposición, por medio de la reconstrucción. Sin embargo, la oferta de políticas de gobierno de los dos candidatos con opción de ganar el próximo 28 de julio, Nicolás Maduro y Edmundo González Urrutia, no ha sido muy clara ni pública a pocos días de de las elecciones. Más allá de la lucha por el chavismo o en contra de este, ¿existe un plan para Venezuela?
Por 25 años, Venezuela ha estado bajo el modelo social y económico del chavismo, y Nicolás Maduro quiere un periodo más. Para esta ocasión, junto a su equipo diseñó el Plan de la Patria de las 7 Transformaciones (7T) que, continuando con la misión de implantar el socialismo bolivariano de Hugo Chávez, buscará “transformaciones. Venezuela necesita mucho transformarse desde adentro en sí misma”, dijo el actual mandatario durante el quinto episodio de “Maduro Podcast”.
De acuerdo con el grupo de investigación prochavista Misión Verdad, el plan de “Las 7T” consiste en: primero, el desarrollo de un modelo económico nacional con base en los derivados del petróleo y gas más que en exportar solo la materia prima; segundo, la independencia plena en cultura, educación, ciencia y tecnología; tercero, la seguridad y defensa para la unidad e integridad territorial; cuarto, el fortalecimiento de programas sociales existentes y el impulso de la producción nacional; quinto, la consolidación del “poder popular” como base del sistema político para llegar a acuerdos de unidad nacional que garanticen la gobernabilidad en el país; sexto, enfrentar la emergencia climática mundial y salvaguardar la Amazonía venezolana; y séptimo, la geopolítica de paz e integración.
Para darle la pelea, el candidato Edmundo González Urrutia representa el “proyecto unitario (de oposición) que va a salvar a Venezuela de 25 años de autoritarismo”, aseguró el candidato durante un acto de campaña en el estado Cojedes. Sumando las ideas del Plan País de Juan Guaidó, las de María Corina Machado con el programa que presentó en 2023, llamado “Venezuela, tierra de gracia” (enfocado en “lograr la libertad, la democracia y la prosperidad”), y los Lineamientos de Políticas Públicas para un Programa de Gobierno de Unidad Nacional de la Plataforma Unitaria de Venezuela (PUD), la oposición sigue construyendo el proyecto con el que González Urrutia intentará reconstruir Venezuela.
Con el objetivo de convertir a Venezuela en un Estado más ágil, federal y descentralizado, González Urrutia le apostará a “medidas para la recuperación económica, social e institucional” como propuesta central, según dijo el candidato a CNN. Si gana las elecciones, apuntaría a reducir la inflación, que actualmente alcanza el 64 % interanual, y mejoraría los salarios; recuperaría la institucionalidad de la política exterior venezolana hacia una de paz y democrática, según dijo a Univisión; buscaría recomponer la relación con Estados Unidos y mantener los vínculos con China; despolitizaría las fuerzas armadas; implementaría una justicia transicional para los dirigentes del actual Gobierno; aprovecharía el gas y energías limpias; mejoraría el sistema de atención primaria de la salud, por mencionar algunas. Sin embargo, aún se afinan los últimos detalles de su propuesta de gobierno, por lo que no hay un documento oficial que resuma ni explique su plan de gobierno.
Lo primero, el repunte económico
Más de 7,7 millones de venezolanos, el 90 % en edad laboral, han salido del país en rechazo al modelo chavista; por los efectos de esto, tanto Maduro (que, no obstante, ha matizado la dimensión del éxodo y atribuye este a los efectos de las sanciones de Estados Unidos) como González Urrutia le quieren apostar a la recuperación económica.
Maduro afirmó en febrero que la economía venezolana creció 5 % en 2023 y proyectó un aumento de al menos 8 % para este año, sin embargo, de acuerdo con el último estudio de Ecoanalítica se calcula una tasa de crecimiento de 4,2 % para 2024. Aunque los números no coinciden, cualquier avance contrasta lo que vivió el país en la última década cuando, según el propio Banco Central de Venezuela, entre 2013 y 2018, el producto interno bruto (PIB) del país se contrajo 52,3 %, y el descenso continuó con fuerza en 2019.
Según explicó el centro de investigación, la tendencia positiva del último par de años se fundamenta en las mejoras en el comercio y los servicios, empujadas por el sector petrolero y la minería, además del crecimiento de sectores como el del procesamiento de alimentos y de la producción farmacéutica, en un contexto económico en el cual se han venido normalizando de alguna manera las relaciones del Gobierno chavista con el sector privado.
Pero este crecimiento no significa nada para el planificador y analista Antonio de Lisio, cuando no hay un impacto importante en el salario mínimo (US$3,5) frente al costo de la canasta alimentaria que está por encima de los US$430 mensuales. “El trabajador, tanto del sector público como del privado, no llega ni siquiera a un tercio de la canasta básica. Por ello, hay una proporción importante de la población que está en contra de la reelección de Nicolás Maduro en buena medida por esta política salarial que ha puesto al trabajador venezolano en una situación de indefensión”, explicó el experto.
“Eso explica la diáspora. La gente se va porque vive mal”, recalcó. La pobreza multidimensional registrada por la Encovi, vinculada no solo a los ingresos, sino a condiciones como vivienda, servicios públicos, protección social, trabajo y educación, fue del 51,9 % en 2023, casi 15 puntos menos que la registrada en 2021, aunque todavía 12 puntos por encima de la registrada en 2014.
El motor del país: la industria petrolera
Una forma de generar los ingresos necesarios, para ambas plataformas, es y seguirá siendo apostar por el sector energético. Aunque el país se encuentra lejos de producir los tres millones de barriles diarios de la época del boom petrolero (1960-1970) o de los 2,4 millones en 2013, hoy en día saca 895.000 barriles, 70.000 más que hace un año y casi un 20 % más que hace dos años. Las exportaciones de petróleo venezolano representan un 87 % de los ingresos del Estado, apenas tres puntos menos que hace una década, pero podrían ser mayores sin las sanciones internacionales impuestas por la Casa Blanca. Con González Urrutia habría más posibilidades de normalizar las relaciones con la comunidad internacional para, incluso, eliminar las restricciones.
Según Ana María Lara, magister en estudios latinoamericanos, Venezuela seguirá siendo “dependiente de la prosperidad rentista petrolera”. En gas natural, el país vecino cuenta con 197,1 billones de pies cúbicos en reservas probadas según PDVSA. Con esto, “tendrá una carta para jugarse su futuro económico”, dijo la analista. Por ejemplo, a partir del próximo año, Colombia importará entre 50 y 60 millones de pies cúbicos diarios de gas venezolano que, según Ecopetrol, serán pagados entre US$17 y US$19 el millón de BTU.
Para la oposición el multilateralismo es el medio
Para De Lisio, el sector petrolero no será suficiente para apalancar la economía, “por eso habrá que ir a los fondos multilaterales, no solo para aumentar el salario, sino para recuperar los servicios básicos”.
Según explicó Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía en Rice University, el equipo económico de Machado propone trabajar con las instituciones multilaterales para estabilizar el tipo de cambio y reducir la inflación. La economía venezolana es de base inflacionaria, con un incremento interanual de precios que en los últimos 40 años nunca bajó del 10 %. “González Urrutia tendrá la gran ventaja de acceder al dinero del Fondo Monetario Internacional para reestructurar la deuda”, pero también para tener “más probabilidades de atraer inversión privada para el sector petrolero”, una de las grandes carencias, expuso Monaldi.
Sin embargo, si Maduro retiene el poder, según Ecoanalítica, la economía también podría moderarse, así sea de manera más modesta, a su juicio. “Es probable que la administración chavista haga lo posible para captar capitales y obtener licencias, buscando espacios para negociar y ser aceptada en la comunidad financiera. El impacto, sin embargo, sería bastante más limitado en materia de inflación y crecimiento”, resumió El País.
Según el sondeo de la consultora estadounidense Clear Path Strategies, la intención de voto está a favor de González Urrutia, el candidato unitario de la oposición, con el 56 %, mientras que Nicolás Maduro acumula un 33 %. La encuesta también reveló el dominio de González Urrutia en todos los grupos demográficos: edad, género, tamaño de la ciudad, militares, clase social y religión. Incluso, se lleva el 63 % del voto de los evangélicos, un grupo religioso que en el pasado se ha relacionado con Maduro.
Vencer al chavismo es la meta a corto plazo para la oposición, pero el camino para la Venezuela que ellos quieren sigue siendo extenso. Comenzando porque “la oposición no es toda unificada en términos políticos o económicos. Hace falta ver quién termina conduciendo el proceso, si Edmundo González Urrutia trabaja con el equipo de Machado o asume un rol más independiente”, mencionó Monaldi.
Para Lara, si ganan, el reto estará en asumir “la nueva Venezuela que se estaba construyendo durante el chavismo, con una manera distinta de ver la renta petrolera, de concebir al Estado y a los grupos sociales populares”, explicó. “La oposición ha develado la incapacidad profunda de ver esa Venezuela”, agregó.
Los militares, un factor clave para legitimar el gobierno
Presidente desde 2013, Maduro ha dado amplio poder a los militares, que controlan —además de las armas— empresas de minería, petróleo y distribución de alimentos, así como las aduanas e importantes ministerios. Y serán ellos, según Lara, “quienes decidirán el destino del país gane quien gane. Este grupo de interés sólido, que tiene el control sobre el petróleo, define lo que pueda pasar”, explicó la analista.
En este momento, Maduro tiene el respaldo de los militares, pero para la oposición es necesario despolitizar las fuerzas armadas porque su papel “será crucial” para garantizar una transición hacia la democracia, según dijo Machado en un video en redes sociales. “Estamos convencidos de que nuestros militares garantizarán una transición legítima y ordenada... los invito a participar con decisión en este inminente y luminoso futuro. ¡No nos fallen, nosotros no les fallaremos!”, añadió la lider opositora.
El presidente que asuma será el comandante en jefe de las fuerzas armadas, pero el reto para González Urrutia sería convencer a uno de los grupos más poderosos del país cuando intenta tocar el activo más importante, la renta petrolera.
Lineamientos a último momento
Según dijeron a CNN fuentes cercanas al candidato opositor hace unos días, aún se afinan los últimos detalles de su propuesta de gobierno; sin embargo, a pocas horas de las elecciones, el jueves González Urrutia publicó en X el “documento histórico: el espíritu del 28 de julio”, que, aunque no explica en detalle un plan de gobierno, revela en dos páginas “los siete principios que nos guían en la democratización de Venezuela: libertad, unidad, consenso, civilidad, Estado de derecho, reencuentro y sentido de urgencia”, proclamó.
El mismo día, por su parte, Nicolás Maduro presentó en “limpio” la hoja de ruta de gobierno de “las siete transformaciones del Plan de la Patria”, con la que “tenemos una oportunidad de oro para sentar las bases de una Venezuela alternativa y de potencia”, declaró Maduro, asegurando que este es el “Plan del Futuro” que garantizará “la paz y estabilidad en los próximos 50 años”.
Según Ronal Rodríguez, vocero del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, del lado de la oposcición “lo que llama la atención es la reafirmación de la Constitución de 1999. En el pasado María Corina Machado siempre consideró que se debería dar un cambio constitucional como parte de un proceso de retorno a la democracia, pero es importante que sea la Constitución de 1999 el punto de partida para la reconciliación de los venezolanos”, explicó el analista. “Esta Constitución apela a los derechos de los ciudadanos. La falencia no es esta, sino por la forma en que se ha implementado durante el chavismo”, agregó. “No hay que derribar lo construido, sino aprovechar el endamiaje institucional para que sea el inicio de la transición en Venezuela”, concluyó.
Respecto a la propuesta del chavismo, consideró que “no logran construir una propuesta que pueda ser aplicable a la realidad venezolana”.
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