Venezuela: lucha opositora se enfrenta de nuevo, pero como nunca antes, al exilio
Edmundo González se asilará en España. Eso alimentará el discurso del régimen, que lo tilda de “cobarde”, mientras que su historial diplomático seguramente lo ayudará a cosechar apoyo internacional. El reto: que la oposición mantenga la unidad y la confianza popular.
María Alejandra Medina
“Todo ha sido como se esperaba de ellos”. Las palabras son del secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, refiriéndose al régimen de Venezuela, que, según él, obligó al líder opositor Edmundo González Urrutia a exiliarse en España, adonde llegó el domingo. Pese a que tanto González como su principal escudera, María Corina Machado, dijeron que “la lucha continúa”, es inevitable que la incertidumbre haya enrarecido aún más el ambiente.
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“Todo ha sido como se esperaba de ellos”. Las palabras son del secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, refiriéndose al régimen de Venezuela, que, según él, obligó al líder opositor Edmundo González Urrutia a exiliarse en España, adonde llegó el domingo. Pese a que tanto González como su principal escudera, María Corina Machado, dijeron que “la lucha continúa”, es inevitable que la incertidumbre haya enrarecido aún más el ambiente.
“Mi salida de Caracas estuvo rodeada de episodios, de presiones, coacciones y amenazas de no permitir mi salida”, expresó González en un corto audio difundido por la oposición el domingo. Entonces, añadió que continuará “la lucha por lograr la libertad y la recuperación de la democracia en Venezuela”.
El exilio del contrincante de Nicolás Maduro en las elecciones del pasado 28 de julio se confirmó en la noche del sábado. La vicepresidenta del país, Delcy Rodríguez, informó que el opositor recibió los salvoconductos necesarios para poder partir hacia España. Según el abogado de González Urrutia, José Vicente Haro, citado por CNN y quien hace pocos días había dicho que el asilo no era una opción que su representado estuviera contemplando, el viaje requirió “decisiones de urgencia” en cuestión de horas.
El ganador de las elecciones según las actas que ha publicado la oposición viajó a bordo de un avión de la Fuerza Aérea de España, que partió desde República Dominicana el mismo sábado, hizo una breve escala en las islas Azores (Portugal) el domingo, y llegó finalmente a Madrid.
Con el pasar de las horas se supo que González, de 75 años, estuvo resguardado durante las últimas semanas en la embajada de Países Bajos en Caracas y posteriormente en la de España. El canciller de este último, el ministro José Manuel Albares, confirmó que la solicitud de asilo hecha por González sería resuelta a su favor.
La salida de González se produjo en momentos de alta tensión por el asedio contra la Embajada de Argentina en Caracas, en donde se encuentran asilados seis opositores cercanos a la campaña presidencial y a María Corina Machado. La sede diplomática, custodiada por Brasil desde el 1.° de agosto tras la ruptura de relaciones con Buenos Aires, fue privada del servicio de energía eléctrica el viernes; el sábado Venezuela revocó el permiso otorgado al gobierno de Lula da Silva para representar a la embajada argentina.
Para Nastassja Rojas, docente de la Universidad Javeriana, en efecto podría haber relación entre el exilio de González y la presión sobre la embajada. “Nada de lo que pasa en Venezuela está desconectado. El régimen presiona por todo lado”, dice.
En eso coincide Txomin Las Heras, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario. Lo visto en la embajada era una “señal que estaba enviando el gobierno a Edmundo González de que estaba dispuesto a llevar a cabo la detención y probablemente así fue leído”, señala el analista, refiriéndose a la orden de aprehensión emitida contra González Urrutia por supuestos delitos de usurpación de funciones, forjamiento de documento público, instigación a la desobediencia de las leyes, conspiración, sabotaje de sistemas y delitos de asociación.
Rojas, además, considera que el exilio de González es una “muestra clara de que el régimen no ha estado dispuesto a negociar ni a reconocer los resultados del 28 de julio”. Por lo tanto, es enfática al decir que Colombia, Brasil y México “nunca han estado realmente en un escenario de negociación” con el régimen de Nicolás Maduro, que eso es “falso”. Hace, entonces, un llamado para que “los países que han sido más laxos, incluso complacientes” tomen otro tipo de postura: “En ninguna democracia, ninguna persona candidata o electa tendría que verse forzada al exilio”.
“Edmundo luchará desde afuera junto a nuestra diáspora y yo lo seguiré haciendo aquí, junto a ustedes”. Ese fue el mensaje de la líder opositora María Corina Machado el domingo a través de su cuenta de X. Según ella, la vida de González “corría peligro”. Explicó: “Las crecientes amenazas, citaciones, orden de aprehensión e incluso los intentos de chantaje y de coacción de los que ha sido objeto, demuestran que el régimen no tiene escrúpulos ni límites en su obsesión de silenciarlo e intentar doblegarlo”.
La oposición, tanto la Plataforma Unitaria, como individualmente en voces como la de Antonio Ledezma o Juan Guaidó, rodearon al otrora diplomático de bajo perfil que en cuestión de semanas pasó a ser candidato presidencial, reclamar la victoria electoral y ahora a ser un líder exiliado.
Tanto Rojas como Las Heras coinciden en que González, quien hizo su carrera en la diplomacia, podrá intensificar los esfuerzos para que aumente la presión internacional contra Nicolás Maduro e incluso para que la victoria electoral de la oposición sea reconocida por distintos países. “Podríamos verlo próximamente visitando capitales, cancillerías, reuniéndose con actores de la escena internacional reforzando la causa de la oposición para que su triunfo sea reconocido”, dice el analista.
Aunque eso último no le convendría a Maduro, el experto no deja de mencionar que la salida de Edmundo sí ayudará a alimentar el discurso oficialista según el cual González es un “cobarde” que ha “abandonado” a su gente.
Para Las Heras hay por lo menos otros dos puntos innegables: por un lado, sin restarle importancia al esfuerzo internacional de González, que para un tránsito hacia la democracia en Venezuela “el factor decisivo será el interno”, es decir, la capacidad de movilización de la oposición y los quiebres que haya dentro del chavismo y, eventualmente, en las fuerzas armadas.
El segundo está estrechamente vinculado, pues es el desafío que tiene la oposición para mantenerse unida, “preservar la ruta electoral que ha dado como resultado su triunfo y mantener un nivel de coordinación importante en el interior”.
Ambos coinciden, finalmente, en que el escenario, que algunos han llamado “Guaidó 2.0″, no es para nada comparable con el pasado, empezando porque Juan Guaidó no ganó una elección presidencial, sino que su interinato respondió a una situación de vacío de poder. Eso, para Las Heras, “marca una diferencia muy grande y se ha visto un fraude que no ha podido ser escondido. La protesta ha tenido que ser reprimida con muertos y detenciones”, al tiempo que la gente sigue confiando en González y Machado, agrega.
Rojas, por su parte, señala que ha habido lecciones aprendidas y que ha quedado demostrado que Machado no ha improvisado. “La situación es crítica y desesperante, por eso [la gente] quisiera tener soluciones prontas, pero, como bien lo han dicho, este proceso no es fácil ni rápido”, concluye.
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