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Alemania puso en marcha este lunes un nuevo boleto de transporte público que permite viajar por todo el país por 49 euros (54 dólares) al mes, una medida para luchar contra el cambio climático, pero cuya eficacia se pone en duda.
Los abonos mensuales para el transporte local en algunas ciudades alemanas llegaban a más de 110 euros mensuales, por lo que este nuevo boleto significa un ahorro de entre el 40 y el 50 por ciento y además con permiso para moverse por todo el país.
Los usuarios podrán usar cualquier transporte regional que exista en Alemania, buses, trenes, metros, tranvías y hasta ferrys. La única limitación de este nuevo Boleto Alemania es que no se podrán utilizar para los trenes rápidos.
Con esta iniciativa, Alemania quiere apoyar a la población frente a la inflación y favorecer el uso de los transportes públicos menos contaminantes, sobre todo el tren.
El “Deutschlandticket”, como se llama este nuevo boleto, ofrece acceso ilimitado al bus, metros, trenes locales y regionales. Los trenes de alta velocidad están excluidos.
Se trata de “la más importante reforma del transporte de la historia” del país, según el ministro de Transporte, Volker Wissin. Y para una legisladora ecologista, es una auténtica “revolución ferroviaria”. Pero el éxito de este dispositivo no está asegurado.
La Asociación de Empresas Alemanas de Transporte (VDV) espera al menos 16 millones de futuros abonados, en un país de 84 millones de habitantes. Ya se han vendido unos 750.000 billetes sin contar los usuarios que han convertido sus abonos normales en “Deutschlandticket”.
La puesta en marcha de la medida se atrasó por los meses de debate sobre su financiamiento. Finalmente, se alcanzó un acuerdo entre las regiones y el Estado, que pagarán cada uno 1.500 millones de euros (1.650 millones de dólares) al año para evitar que se agrave el déficit de Deutsche Bahn, el operador ferroviario nacional.
La oposición critica esos gastos y considera que el dinero debería usarse “para mejorar y renovar la infraestructura ferroviaria”, según el diputado democristiano Michael Donth.
La vetusta red necesitaría una inversión de 8.600 millones de euros (9.500 millones de dólares) al año durante una década.
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¿Cambiar el auto por el tren?
Trenes abarrotados, atrasos, problemas técnicos… Solamente 65,2 % de los trenes de larga distancia llegaron a tiempo en 2022, una baja de 10 puntos en un año.
Esas dificultades se hicieron evidentes cuando se presentó un primer billete de transporte con descuento el verano pasado. Por 9 euros (9,9 dólares) al mes, los alemanes podían tomar todo el transporte regional entre junio y agosto.
La propuesta triunfó, con 52 millones de suscripciones vendidas, pero los operadores ferroviarios no pudieron gestionar la inmensa demanda.
“Para resolver esos problemas, bajar los precios de los abonos no es una solución”, declaró a AFP Christian Böttger, investigador de la Universidad Técnica de Berlín.
El ministro de Transporte no excluye un aumento en el precio de los boletos en el futuro, para que la fórmula sea más viable económicamente. Además, no está garantizado que los usuarios del automóvil pasen tan fácilmente al transporte público.
Muchos de ellos viven “lejos de los centros urbanos” y no disponen “de infraestructura ferroviaria suficiente que pueda sustituir al automóvil”, según Böttger.
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Un boleto por el clima
Según cifras de la Oficina de Estadística, el billete a 9 euros apenas permitió un “estancamiento” del tráfico vial comparado con 2019. Y los automóviles produjeron más emisiones de gas de efecto invernadero en 2022 en Alemania, con un alza de 0,8 millones de toneladas, según la Agencia Federal de Medio Ambiente.
El billete a 49 euros favorecerá especialmente a “personas urbanas que ya tienen un abono un poco más caro”, explicó a AFP Oliver Witting, experto en transportes de EY.
Muchos países buscan relanzar el ferrocarril para reducir el impacto carbono de su sector de transporte. Pero la experiencia del boleto a 9 euros no convenció a Francia.
“Es caro y hay muy poca transferencia del auto al tren”, declaró en octubre Clement Beaune, ministro francés de Transportes. En España, se crearon en septiembre pases ferroviarios gratuitos para los trenes regionales y suburbanos.
Según el operador ferroviario español Renfe, se emitieron 2,1 millones de abonos el primer trimestre. En Austria, un “boleto clima” permite desde 2021 utilizar todos los medios de transporte público del país, incluyendo trenes de grandes líneas, por 1.095 euros anuales. Esto ha contribuido a un auge de los viajes en tren, según el operador OBB.
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