Así fue la campaña de odio contra un profesor en Francia que terminó con su decapitación
Samuel Paty, de 47 años, dictó una clase sobre libertad de expresión hace dos semanas que le costó la vida. Por haber usado unas caricaturas sobre el profeta Mahoma para explicar sus ideas, un extremista checheno lo decapitó el pasado viernes. Los franceses ahora exigen la defensa de su escuela laica y piden acciones del gobierno.
Francia está conmocionada por el brutal asesinato del profesor Samuel Paty ocurrido el pasado viernes. Esto es lo que necesita saber sobre por qué este caso despertó tanta indignación en la ciudadanía y por qué es tan importante para el gobierno francés en este momento.
¿Quién era Samuel Paty y por qué fue asesinado?
Paty, de 47 años, era un profesor de historia y geografía que impartía una clase de educación cívica sobre libertad de expresión en el College du Bois d’Aulne, una escuela de París.
El 5 de octubre, Paty usó unas caricaturas sobre el profeta Mahoma en su clase para ilustrar el debate sobre la libertad de expresión. Ya lo había hecho el año pasado, según uno de sus estudiantes.
En el contexto actual de Francia, la lección adquiría una relevancia especial, pues se desarrolló en medio del juicio a los presuntos cómplices del ataque al semanario Charlie Hebdo de 2015, el cual se extenderá hasta noviembre.
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“Las lecciones eran divertidas. Él contaba chistes. Estaba muy involucrado con las lecciones”, dijo de las colegas de Paty. “En ningún momento quiso ser irrespetuoso, eso es lo que me dijo mi hijo”, agregó uno de los padres de los estudiantes asistentes a la clase de Paty.
Pero el problema con estas lecciones es que no le agradaban a los padres musulmanes. El 7 de octubre, el padre de una de las niñas que asistió a la clase de Paty publicó un video en Facebook muy enojado por lo sucedido. Según dijo, su hija había sido “disciplinada para expresar su disgusto” con Mahoma durante la lección del profesor. Su rechazo no se quedó en las redes.
Al otro día, este hombre, cuya identidad es desconocida, fue a quejarse con el director del College du Bois d’Aulne y subió un nuevo video a internet manifestando su indignación. Cinco días después, el 12 de octubre, otro video quejándose por lo sucedido apareció en YouTube. En este, el padre de otra estudiante señalaba que todo era culpa del presidente Emmanuel Macron, quien estaba incitando al odio hacia los musulmanes, y amenazó con manifestarse frente a la escuela. Se desarrolló una particular campaña de odio en redes sociales hacia el profesor Paty.
El director del College du Bois d’Aulne decidió organizar una reunión para calmar los ánimos de los padres disgustados. Algunos padres asistentes a la reunión dijeron que esta había salido “bien” y que se dijo que no había necesidad de tanta “agitación en redes sociales”. Pero el problema no se detuvo.
El viernes, Abdoullakh Abouyezidovitch, un migrante checheno de 18 años y musulmán, llegó al College du Bois d’Aulne, aparentemente motivado por esta campaña de odio, para acechar a Paty. Le pidió a los estudiantes que señalaran al profesor Paty y luego abandonaran el salón. Después de esto, Abouyezidovitch decapitó a Paty por el hecho de haber usado las caricaturas del profeta Mahoma en su clase. Abouyezidovitch le tomó una fotografía a su cuerpo y la subió a Twitter adjudicándose el homicidio. La policía lo abatió poco después.
¿Por qué causó tanta conmoción el asesinato de Paty?
Por un lado, este se trató de un nuevo caso de extremismo religioso en un país que defiende en extremo su laicismo. Los franceses marcharon el fin de semana indignados por el homicidio del profesor Paty y exigiendo en las calles defensa de su escuela laica.
Por otro lado, este ataque se produjo en medio de la reforma al islam presentada por el presidente Macron hace dos semanas, la cual será debatida en menos de dos meses.
Esta reforma tiene la misión de luchar contra el extremismo religioso en Francia, el cual se ha cobrado la vida de decenas de personas en la última década, instalando ciertas normas para controlar las prácticas religiosas en el país, en especial las que provienen de los musulmanes. Este ha sido un objetivo de los presidentes franceses desde la década de 1980.
Tras el asesinato de Paty, miles de franceses han sentido que debe haber un “cambio profundo” para evitar nuevas tragedias como la ocurrida el pasado viernes.
"El gobierno ha sido demasiado tímido en el tema del islamismo. Es un problema que les cuesta aceptar, pero hay que llamarlo como está. No se puede mezclar todo. No se puede usar la religión para llevar a cabo ataques ", dijo William, un jubilado asistente a las marchas del fin de semana a la agencia France24. “El gobierno debe actuar ahora. Esto no puede continuar. Paty enseñó el mensaje de la república, enseñó a sus alumnos a comprender el significado de la libertad. Lo mataron por eso”, agregó Yasmina, otra asistente a las marchas.
¿Qué busca la reforma?
El proyecto de Macron, que fue anunciado el pasado viernes y que será presentado el 9 de diciembre en la Asamblea, busca reforzar el “laicismo y el respeto a los principios republicanos” a través de una serie de medidas:
- Una ampliación de la prohibición del uso del ‘hiyab’ o velo islámico y una supervisión de las normas que vayan en contra de la laicidad francesa. Esto último se refiere, por ejemplo, a los decretos que permiten que haya un horario en las piscinas para mujeres y otro para hombres.
- Un control a las asociaciones islámicas en todo el país para verificar de dónde proviene su financiamiento y evitar que quienes promuevan un islam radical reciban subsidios estatales y reembolsen los fondos recibidos.
- Una reforma en el sistema de educación en el hogar, la cual se limitaría a quienes estrictamente necesiten este servicio por cuestiones de salud. Esto va en contravía de la tradición de muchas familias musulmanas que educan a sus hijos en casa bajo los parámetros de su religión.
- Una modificación a la formación islámica. Esto no tiene que ver con la educación de los menores sino con la de las autoridades musulmanas en el país. Esta es, quizás, la más ambiciosa de todas las propuestas. Lo que plantea el presidente es que los imanes musulmanes, por ejemplo, se certifiquen en Francia y no en el extranjero para reducir así la “injerencia” en el país. Macron y su gobierno señalan que los imanes formados en el exterior pueden propagar “ideas extremistas”, lo cual, apuntan, representa un peligro para la sociedad.
- El presidente quiere crear un “instituto científico de islamología”, el cual sería el encargado de investigar la civilización musulmana para entender su cultura, su historia y el idioma árabe y no permitir “la comprensión del islam a debates ideológicos y exclusivamente políticos”. A esto Macron le ha llamado un “islam en Francia” o un “islam ilustrado”.
- Finalmente, el presidente quiere reforzar la presencia del Estado en las ciudades. Su gobierno propone más presencia de jueces y de la policía con mayor proximidad a los ciudadanos para evitar casos de discriminación.
Con esto último, el gobierno de Macron pretende mostrarles a las comunidades musulmanas que con su reforma no solo llegarán una serie de deberes sino también de derechos. Sin embargo, todo su proyecto, al centrarse en la población musulmana, es visto como una reforma cargada de estigmatización y discriminación.
El gobierno ha intentado corregir su discurso añadiendo varias ‘s’ a su proyecto, como señala el diario El Mundo. Ya no se habla de “una religión”, sino de “unas religiones”. Ya no es “extremismo”, ahora es “extremismos”. Sin embargo, no ha sido suficiente para satisfacer a los musulmanes, quienes se han sentido atacados por el mandatario.
“La represión de los musulmanes ha sido una amenaza, ahora es una promesa. En un discurso de una hora, Macron enterró el secularismo, envalentonó a los antimusulmanes de extrema derecha y amenazó la vida de los estudiantes musulmanes al pedir límites drásticos a la educación en casa a pesar de una pandemia mundial”, criticó Yasser Loati, un activista musulmán, en sus redes sociales.
“El presidente Macron describió al Islam como ‘una religión que está en crisis en todo el mundo hoy’. Ni siquiera sé qué decir. Esta observación es tan tonta (lo siento) que no necesita más análisis ... No ocultaré que estoy preocupado. No se menciona la supremacía blanca a pesar de que somos el país que exportó la teoría racista y supremacista blanca del ‘gran reemplazo’, utilizada por el terrorista que cometió la horrible masacre en #Christchurch”, añadió por su parte Rim-Sarah Alaoune, una académica francesa.
Le recomendamos: La pelea de Macron con el “separatismo islámico”, explicada
Francia está conmocionada por el brutal asesinato del profesor Samuel Paty ocurrido el pasado viernes. Esto es lo que necesita saber sobre por qué este caso despertó tanta indignación en la ciudadanía y por qué es tan importante para el gobierno francés en este momento.
¿Quién era Samuel Paty y por qué fue asesinado?
Paty, de 47 años, era un profesor de historia y geografía que impartía una clase de educación cívica sobre libertad de expresión en el College du Bois d’Aulne, una escuela de París.
El 5 de octubre, Paty usó unas caricaturas sobre el profeta Mahoma en su clase para ilustrar el debate sobre la libertad de expresión. Ya lo había hecho el año pasado, según uno de sus estudiantes.
En el contexto actual de Francia, la lección adquiría una relevancia especial, pues se desarrolló en medio del juicio a los presuntos cómplices del ataque al semanario Charlie Hebdo de 2015, el cual se extenderá hasta noviembre.
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“Las lecciones eran divertidas. Él contaba chistes. Estaba muy involucrado con las lecciones”, dijo de las colegas de Paty. “En ningún momento quiso ser irrespetuoso, eso es lo que me dijo mi hijo”, agregó uno de los padres de los estudiantes asistentes a la clase de Paty.
Pero el problema con estas lecciones es que no le agradaban a los padres musulmanes. El 7 de octubre, el padre de una de las niñas que asistió a la clase de Paty publicó un video en Facebook muy enojado por lo sucedido. Según dijo, su hija había sido “disciplinada para expresar su disgusto” con Mahoma durante la lección del profesor. Su rechazo no se quedó en las redes.
Al otro día, este hombre, cuya identidad es desconocida, fue a quejarse con el director del College du Bois d’Aulne y subió un nuevo video a internet manifestando su indignación. Cinco días después, el 12 de octubre, otro video quejándose por lo sucedido apareció en YouTube. En este, el padre de otra estudiante señalaba que todo era culpa del presidente Emmanuel Macron, quien estaba incitando al odio hacia los musulmanes, y amenazó con manifestarse frente a la escuela. Se desarrolló una particular campaña de odio en redes sociales hacia el profesor Paty.
El director del College du Bois d’Aulne decidió organizar una reunión para calmar los ánimos de los padres disgustados. Algunos padres asistentes a la reunión dijeron que esta había salido “bien” y que se dijo que no había necesidad de tanta “agitación en redes sociales”. Pero el problema no se detuvo.
El viernes, Abdoullakh Abouyezidovitch, un migrante checheno de 18 años y musulmán, llegó al College du Bois d’Aulne, aparentemente motivado por esta campaña de odio, para acechar a Paty. Le pidió a los estudiantes que señalaran al profesor Paty y luego abandonaran el salón. Después de esto, Abouyezidovitch decapitó a Paty por el hecho de haber usado las caricaturas del profeta Mahoma en su clase. Abouyezidovitch le tomó una fotografía a su cuerpo y la subió a Twitter adjudicándose el homicidio. La policía lo abatió poco después.
¿Por qué causó tanta conmoción el asesinato de Paty?
Por un lado, este se trató de un nuevo caso de extremismo religioso en un país que defiende en extremo su laicismo. Los franceses marcharon el fin de semana indignados por el homicidio del profesor Paty y exigiendo en las calles defensa de su escuela laica.
Por otro lado, este ataque se produjo en medio de la reforma al islam presentada por el presidente Macron hace dos semanas, la cual será debatida en menos de dos meses.
Esta reforma tiene la misión de luchar contra el extremismo religioso en Francia, el cual se ha cobrado la vida de decenas de personas en la última década, instalando ciertas normas para controlar las prácticas religiosas en el país, en especial las que provienen de los musulmanes. Este ha sido un objetivo de los presidentes franceses desde la década de 1980.
Tras el asesinato de Paty, miles de franceses han sentido que debe haber un “cambio profundo” para evitar nuevas tragedias como la ocurrida el pasado viernes.
"El gobierno ha sido demasiado tímido en el tema del islamismo. Es un problema que les cuesta aceptar, pero hay que llamarlo como está. No se puede mezclar todo. No se puede usar la religión para llevar a cabo ataques ", dijo William, un jubilado asistente a las marchas del fin de semana a la agencia France24. “El gobierno debe actuar ahora. Esto no puede continuar. Paty enseñó el mensaje de la república, enseñó a sus alumnos a comprender el significado de la libertad. Lo mataron por eso”, agregó Yasmina, otra asistente a las marchas.
¿Qué busca la reforma?
El proyecto de Macron, que fue anunciado el pasado viernes y que será presentado el 9 de diciembre en la Asamblea, busca reforzar el “laicismo y el respeto a los principios republicanos” a través de una serie de medidas:
- Una ampliación de la prohibición del uso del ‘hiyab’ o velo islámico y una supervisión de las normas que vayan en contra de la laicidad francesa. Esto último se refiere, por ejemplo, a los decretos que permiten que haya un horario en las piscinas para mujeres y otro para hombres.
- Un control a las asociaciones islámicas en todo el país para verificar de dónde proviene su financiamiento y evitar que quienes promuevan un islam radical reciban subsidios estatales y reembolsen los fondos recibidos.
- Una reforma en el sistema de educación en el hogar, la cual se limitaría a quienes estrictamente necesiten este servicio por cuestiones de salud. Esto va en contravía de la tradición de muchas familias musulmanas que educan a sus hijos en casa bajo los parámetros de su religión.
- Una modificación a la formación islámica. Esto no tiene que ver con la educación de los menores sino con la de las autoridades musulmanas en el país. Esta es, quizás, la más ambiciosa de todas las propuestas. Lo que plantea el presidente es que los imanes musulmanes, por ejemplo, se certifiquen en Francia y no en el extranjero para reducir así la “injerencia” en el país. Macron y su gobierno señalan que los imanes formados en el exterior pueden propagar “ideas extremistas”, lo cual, apuntan, representa un peligro para la sociedad.
- El presidente quiere crear un “instituto científico de islamología”, el cual sería el encargado de investigar la civilización musulmana para entender su cultura, su historia y el idioma árabe y no permitir “la comprensión del islam a debates ideológicos y exclusivamente políticos”. A esto Macron le ha llamado un “islam en Francia” o un “islam ilustrado”.
- Finalmente, el presidente quiere reforzar la presencia del Estado en las ciudades. Su gobierno propone más presencia de jueces y de la policía con mayor proximidad a los ciudadanos para evitar casos de discriminación.
Con esto último, el gobierno de Macron pretende mostrarles a las comunidades musulmanas que con su reforma no solo llegarán una serie de deberes sino también de derechos. Sin embargo, todo su proyecto, al centrarse en la población musulmana, es visto como una reforma cargada de estigmatización y discriminación.
El gobierno ha intentado corregir su discurso añadiendo varias ‘s’ a su proyecto, como señala el diario El Mundo. Ya no se habla de “una religión”, sino de “unas religiones”. Ya no es “extremismo”, ahora es “extremismos”. Sin embargo, no ha sido suficiente para satisfacer a los musulmanes, quienes se han sentido atacados por el mandatario.
“La represión de los musulmanes ha sido una amenaza, ahora es una promesa. En un discurso de una hora, Macron enterró el secularismo, envalentonó a los antimusulmanes de extrema derecha y amenazó la vida de los estudiantes musulmanes al pedir límites drásticos a la educación en casa a pesar de una pandemia mundial”, criticó Yasser Loati, un activista musulmán, en sus redes sociales.
“El presidente Macron describió al Islam como ‘una religión que está en crisis en todo el mundo hoy’. Ni siquiera sé qué decir. Esta observación es tan tonta (lo siento) que no necesita más análisis ... No ocultaré que estoy preocupado. No se menciona la supremacía blanca a pesar de que somos el país que exportó la teoría racista y supremacista blanca del ‘gran reemplazo’, utilizada por el terrorista que cometió la horrible masacre en #Christchurch”, añadió por su parte Rim-Sarah Alaoune, una académica francesa.
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