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Fedasil, la agencia federal belga responsable de la acogida, ya no ofrecerá alojamiento a los hombres solos. Con esta medida se pretende dar prioridad a las mujeres solas y a las familias. Será temporal, pero por tiempo indefinido.
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Según la Secretaria de Estado federal, Nicole De Moor, el objetivo es simplemente “no llegar después de los acontecimientos”, es decir, evitar saturar la capacidad de alojamiento. En un comunicado de prensa, esta democristiana flamenca explica que “prevé una afluencia creciente de familias y niños” que buscan refugio en Bélgica, y quiere “evitar absolutamente que los niños acaben en la calle en invierno”.
Todos los años, a finales de verano se produce un pico de llegadas debido a la mayor facilidad para cruzar la frontera. Y Bélgica sólo dispone de 34.209 plazas de acogida, el 94,84% de las cuales ya están ocupadas.
Puede que la Secretaria de Estado de Asilo y Migración haya querido dar muestras de sentido común, pero se ha llevado una andanada de críticas. Esta decisión ha sido calificada de “intolerable” por Médicos sin Fronteras y de “vergonzosa” por la Liga de Derechos Humanos, que también la considera ilegal según la legislación belga. Algunos recuerdan que Bélgica ya ha sido condenada 8.000 veces por no acoger a solicitantes de asilo.
Polémica
En el plano político, no faltan las condenas, sobre todo por parte del gobierno de Bruselas, que considera que esta decisión creará un gran número de personas sin hogar en las calles de la capital a medida que se acerque el otoño. El jueves, la región de Bruselas pidió al gobierno belga que diera marcha atrás en su decisión.
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En un comunicado de prensa, el gobierno regional estableció un vínculo entre la crisis del asilo en Bélgica y la presencia de “un gran número de personas sin hogar” en las calles de la capital, en particular en torno a las grandes estaciones de ferrocarril.
“El gobierno de Bruselas debe reconocer que, desde hace varios años, la situación sanitaria, social y de seguridad de algunos barrios se deteriora debido a factores sobre los que tiene poco control institucional”, escribió, citando “el tráfico de drogas y la delincuencia que lo acompaña, así como la presencia de un gran número de personas sin hogar, solicitantes de asilo o sin permiso de residencia”.
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