Boris Johnson se juega su futuro político en una audiencia sobre “Partygate”
Ante el Comité de Privilegios de la Cámara de los Comunes, el ex primer ministro británico responde por el escándalo de las fiestas en Downing Street, hechos que se presentaron durante los estrictos meses de confinamiento por la pandemia del coronavirus y que antecedieron su salida del número 10.
“Con la mano en el corazón, no le mentí a la casa”, afirmó el ex primer ministro británico, Boris Johnson, ante el Comité de Privilegios de la Cámara de los Comunes, que adelanta hoy una audiencia por el escándalo del Partygate. Antes de que iniciara su intervención, se reprodujeron las veces que Johnson, siendo el 10 de Downing Street, negó haber violado las normas de bioseguridad por el coronavirus, de lo que fue acusado en el Parlamento por el líder laborista, Keir Starmer, el 1.° de diciembre de 2021.
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“Con la mano en el corazón, no le mentí a la casa”, afirmó el ex primer ministro británico, Boris Johnson, ante el Comité de Privilegios de la Cámara de los Comunes, que adelanta hoy una audiencia por el escándalo del Partygate. Antes de que iniciara su intervención, se reprodujeron las veces que Johnson, siendo el 10 de Downing Street, negó haber violado las normas de bioseguridad por el coronavirus, de lo que fue acusado en el Parlamento por el líder laborista, Keir Starmer, el 1.° de diciembre de 2021.
“Mientras que millones de personas estaban encerradas el año pasado, tomó lugar una fiesta navideña en Downing Street, que convocó a decenas de personas”, afirmó en ese entonces la cabeza de la oposición británica. Los días pasaron y Johnson se mantuvo firme en su posición, a pesar de que dentro del Parlamento lo abucheaban: “No hubo ninguna fiesta y no se rompió ninguna regla covid”. Con el tiempo, sus declaraciones ganaron más matices y ahora distan, un poco, de esa negativa inicial.
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Más de un año después de las primeras acusaciones, con él fuera de Downing Street y tras las dificultades de elegir a un Tory que lo reemplazara, primero con Liz Truss y ahora con Rishi Sunak, se sentó ante el Comité de Privilegios por un cuestionamiento clave: “Tenemos que entender por qué el señor Johnson le dijo al Parlamento que ninguna regla se rompió en el número 10, cuando tenemos evidencia de que él sabía cuáles directrices sí se traspasaron y de que él estaba presente en las reuniones en las que eso ocurrió”, expresó Harriet Harman, presidenta del comité, quien se encargó de liderar el encuentro. La funcionaria no escatimó en decir que engañar a los parlamentarios, imprudentemente o intencionalmente, impide el funcionamiento de la Cámara de los Comunes y es un desacato al Legislativo.
A principios del mes pasado, el comité publicó un informe cuyo argumento central es que debió haber sido obvio para Johnson que estaba infringiendo las reglas, y de ahí se agarró el ex primer ministro para decir ante el órgano que, entonces, también lo debió de haber sido para otras personas en el edificio, incluido Sunak. El parlamentario Bernard Jenkin lo cuestionó, le preguntó si había entendido la guía de “Manos. Cara. Espacio”, y Johnson asintió.
Las preguntas continuaron hasta que dijo: “No significó para mí que violamos la guía. Significa que estábamos siguiéndola lo mejor que podíamos (…). La guía brinda libertades dentro del marco práctico de la operación o el negocio, para decidir cómo se va a implementar”. Para Jenkin, las cosas habrían sido diferentes, incluso esta audiencia pudo no haber ocurrido, si Johnson hubiera sido claro con esto, en lugar de decir en un principio, y con vehemencia, que se siguió la guía en todo momento.
El exlíder Tory se enfrenta a un panorama complejo ante el Comité de Privilegios, pues un fallo en su contra podría costarle su escaño en el Parlamento y extinguir cualquier posibilidad de que pueda resucitar su carrera política. De hecho, en un documento de 52 páginas, publicado un día antes de comparecer ante los parlamentarios, Johnson admitió que había engañado al Legislativo sobre las fiestas en Downing Street, pero insistió en que no lo hizo “de manera intencional o imprudente”. Advirtió que confió en sus asesores de confianza, que no le advirtieron en ningún momento que las reuniones sociales violaron las restricciones de distanciamiento social.
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“Cuando se hicieron las declaraciones, se hicieron de buena fe y sobre la base de lo que honestamente sabía y creía en ese momento”, escribió Johnson, refiriéndose a las declaraciones que hizo en la Cámara de los Comunes en diciembre de 2021, cuando negó haber violado las directrices durante el manejo del coronavirus. Vale recordar que, por esa época, es decir, mediados de diciembre, el Reino Unido acumulaba 1.348.800 casos confirmados de covid-19 y 147.200 muertes a causa de la pandemia, según datos de la Universidad John Hopkins.
El texto también reflejó que la defensa del ex primer ministro se basó en transferir la responsabilidad a su personal y en arremeter en contra del comité, cuya cabeza, Harman, es laborista. Es una investigación “altamente partidista”, escribió en el documento, algo que reafirmó durante la audiencia presencial: Harman ha dicho cosas que son “claramente y erróneamente perjudiciales, o que prejuzgan el mismo tema que está juzgando”, agregó Johnson. Al respecto, Vernon Bogdanor, profesor de gobierno en el King’s College de Londres, le dijo a The New York Times que “hay signos de interrogación sobre el procedimiento. El presidente del Comité de Privilegios ya ha hecho comentarios que implican que Boris es culpable”.
De hecho, las dudas pueden estar relacionadas con que Sue Gray, que lleva más de cuatro décadas en el corazón del Gobierno británico y hacía parte de la Oficina del Gabinete del ex primer ministro, llevó a cabo una investigación sobre los escándalos de las fiestas de Downing Street, y posteriormente se convirtió en la asesora principal del laborista Starmer. En su informe inicial sobre el escándalo, Gray culpó a Johnson por “faltas de liderazgo y juicio”, al permitir que una cultura de la bebida se arraigara en Downing Street, además de que, en un informe más completo, incluyó una foto del conservador alzando una copa en su fiesta de cumpleaños.
En total, Gray dijo que 83 personas violaron las reglas de distanciamiento social en las fiestas, que dijo que incluían beber en exceso, comportamiento indisciplinado y daños a la propiedad. En abril de 2022, la policía impuso multas de 50 libras (61 dólares) a Johnson; su esposa, Carrie Johnson, y a Sunak, entonces ministro de Hacienda, por asistir a la celebración de cumpleaños.
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