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Una nueva publicación de Charlie Hebdo bastó para elevar las tensiones entre Francia e Irán. El semanario francés, que usualmente publica ilustraciones y caricaturas, difundió imágenes en las que se ridiculiza a Ali Jameini, máximo líder del país islámico.
Ocho años después del ataque terrorista, Charlie Hebdo decidió hacer un concurso público en el que los dibujos de los participantes logran darle “una paliza a los mulás (voceros del Corán)”. Así, la revista francesa manifestó su apoyo a las manifestaciones que se llevan a cabo en Irán desde hace más de cinco meses. Cabe recordar que las protestas se desataron luego de que la Policía de la Moral arrestara a Mahsa Amini, una joven de 22 años que fue detenida por haber violado los códigos de vestimenta de la República Islámica y, posteriormente, apareció muerta.
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Entre los requisitos para participar en el concurso de caricatura, la revista especificó que “los dibujantes tienen el deber de apoyar la lucha de los iraníes por su libertad, ridiculizando a este caduco líder religioso y enviándolo al basurero de la historia”.
Es importante recordar que en el islam, Mahoma y el Corán son las dos piedras angulares. Además, dentro del libro sagrado se encuentran ciertas pautas de conducta que los fieles “deben seguir y vivir de acuerdo a su ejemplo”, explicó para la BBC Naima El Akil, de la Asociación de Chicas Musulmanas de España. En medio de las protestas en el país asiático, más de una docena de personas han sido condenadas a la pena capital por violar alguna de las legislaciones religiosas del país, según contabilizó la AFP.
El semanario recibió cerca de 300 dibujos participantes, “muchos de ellos de exiliados iraníes”, de acuerdo con la agencia AFP. “Los más logrados, los más originales y los más eficaces” en su intento de burla contra las autoridades religiosas de Irán.
¿Nueva provocación o libertad de expresión?
Tras el anuncio del concurso, Irán manifestó su ofensa frente al semanario francés. Mediante un trino, el ministro de Exteriores iraní, Hosein Amirabdolahian, opinó que era un “acto insultante e indecente” que “no quedará sin una respuesta efectiva y decisiva”.
Fue a raíz de una publicación similar de Charlie Hebdo, que dos musulmanes vinculados al grupo terrorista Al Qaeda cometieron un atentado en 2014 contra la revista. En aquel entonces, murieron ocho miembros del semanario y varios civiles en Francia.
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Para los miembros de Charlie Hebdo, el concurso de caricaturas no representa una provocación alguna. Los dibujos son “una forma de mostrar nuestro apoyo al pueblo iraní, que se juega la vida para defender su libertad” frente al régimen que está en el poder desde 1979.
Por otra parte, seguir dibujando y recordando las denuncias contra Irán es una forma de conmemorar a los colegas asesinados en 2014. Las caricaturas “son un poco la prolongación de aquello que los dibujantes asesinados de Charlie (Hebdo) denunciaron siempre”, explicó Riss, uno de los integrantes actuales de la revista.
No obstante, los dibujos, las caricaturas y las alusiones ridículas de las autoridades religiosas siguen siendo considerados como “ofensa” para Irán. Como represalia, la nación islámica anunció el cierre de un instituto académico francés con sede en Teherán. “El ministerio pone fin a las actividades del Instituto Francés de Investigación en Irán (IFRI), a causa de esas caricaturas juzgadas ´insultantes´”, informó la AFP al citar la Cancillería.
En su comunicado, el ministerio iraní acusa a las autoridades francesas de “continua inacción ante las expresiones de anti-islamismo y la propagación del odio racista en las publicaciones francesas”.
Charlie Hebdo ha hecho de la provocación su razón de ser desde su fundación en 1970. En febrero de 2006, la revista reprodujo, junto a otros medios europeos, 12 caricaturas del profeta Mahoma que habían sido publicadas por el diario danés Jyllands-Posten, en nombre de la libertad de prensa. Esos dibujos provocaron una oleada de protestas en el mundo musulmán. Las amenazas contra Charlie Hebdo crecieron en ese entonces.
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Tras el sangriento atentado contra el semanario en 2014, hubo ataques yihadistas durante años en toda Europa, en particular una matanza en la sala de conciertos Bataclán y en los bares y cafés de París, en noviembre de 2015.
“Sacar dibujos sobre los mulás no está prohibido por el derecho internacional”, explicó a la AFP Christophe Deloire, secretario general de Reporteros sin Fronteras (RSF).
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