Chernóbil: la ruta directa frente a una invasión de Rusia a Kiev
Durante la primera semana de febrero, las fuerzas ucranianas llegaron a Prípiat, zona de exclusión de Chernóbil, una de las zonas más radioactivas del mundo. Chernóbil está en el paso directo de Rusia a Kiev, la capital ucraniana. Además, las calles desiertas y edificios de Prípiat, están vacíos desde el desastre nuclear de 1986.
El presidente ruso, Vladimir Putin, “tiene amplias capacidades a su disposición”, declaró el vocero del Departamento de Defensa estadounidense en una entrevista con CNN.
Además, Kirby afirmó que no es una cuestión números, sino son las capacidades de las armas combinadas que tiene Rusia a su disposición, desde armamento hasta infantería, fuerzas especiales, defensa cibernética y antiaérea y antimisiles.
Una semana antes, las fuerzas ucranianas llegaron a Prípiat, zona de exclusión de Chernóbil, una de las zonas más radioactivas del mundo. La Guarda Nacional Ucraniana se prepara y realiza ejercicios de entrenamiento ante un eventual conflicto bélico.
¿Por qué entrenar en Chernóbil?
La ruta más corta de Rusia a la capital de Ucrania, Kiev, es desde el norte, y pasa por la zona aislada alrededor de la central eléctrica de Chernóbil. Una publicación del Times asegura que, dentro de las incongruencias de la guerra, Chernóbil se convierte en una zona que Ucrania cree que necesita defender y obliga a sus militares a desplegar fuerzas de seguridad en el que es aún un bosque radiactivo.
Sin mencionar que, para las fuerzas ucranianas, las calles desiertas y edificios de apartamentos de Prípiat, vacíos desde que los habitantes fueron evacuados tras el desastre nuclear de 1986, son un campo de entrenamiento ideal.
Los soldados en traje de camuflaje practicaron desalojar atacantes armados de edificios, disparos de mortero y enfrentar a francotiradores en condiciones urbanas.
La tensión por un posible ataque se originó ante el desplazamiento de más de 100 mil soldados rusas hacia la frontera con Ucrania y la situación parece empeorar con los días. Hace dos semanas, un total de 60 batallones del ejército ruso se posicionaron al norte, este y sur de Ucrania, particularmente en la península de Crimea, que Rusia anexó después de una invasión en 2014. Pero el viernes, 11 de febrero, ya había 80 batallones y 14 más estaban en camino desde otras partes de Rusia, dijeron funcionarios estadounidenses.
De hecho, según datos de Estados Unidos, Moscú ya cuenta con el 70 % de las tropas necesarias para una invasión a gran escala de Kiev, posiblemente pensada para mediados de febrero.
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, anunció que algunas de las masivas maniobras militares de Moscú en Rusia y Bielorrusia estaban “terminando”, pero agregó que algunos de los simulacros, que comenzaron en diciembre, seguían en curso.
Más temprano, el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, consideró posible una salida diplomática de la crisis en torno a Ucrania, proponiendo incluso “prolongar y ampliar” el diálogo. Esas declaraciones fueron mucho menos ofensivas que las emanadas desde Moscú en las últimas semanas.
No obstante, John Kirby, el portavoz del Pentágono enfatizó que el jefe del Kremlin tiene todas las capacidades para lanzar una gran ofensiva militar en cualquier momento en Ucrania, o realizar un ataque menor para desestabilizar el país.
El presidente ruso, Vladimir Putin, “tiene amplias capacidades a su disposición”, declaró el vocero del Departamento de Defensa estadounidense en una entrevista con CNN.
Además, Kirby afirmó que no es una cuestión números, sino son las capacidades de las armas combinadas que tiene Rusia a su disposición, desde armamento hasta infantería, fuerzas especiales, defensa cibernética y antiaérea y antimisiles.
Una semana antes, las fuerzas ucranianas llegaron a Prípiat, zona de exclusión de Chernóbil, una de las zonas más radioactivas del mundo. La Guarda Nacional Ucraniana se prepara y realiza ejercicios de entrenamiento ante un eventual conflicto bélico.
¿Por qué entrenar en Chernóbil?
La ruta más corta de Rusia a la capital de Ucrania, Kiev, es desde el norte, y pasa por la zona aislada alrededor de la central eléctrica de Chernóbil. Una publicación del Times asegura que, dentro de las incongruencias de la guerra, Chernóbil se convierte en una zona que Ucrania cree que necesita defender y obliga a sus militares a desplegar fuerzas de seguridad en el que es aún un bosque radiactivo.
Sin mencionar que, para las fuerzas ucranianas, las calles desiertas y edificios de apartamentos de Prípiat, vacíos desde que los habitantes fueron evacuados tras el desastre nuclear de 1986, son un campo de entrenamiento ideal.
Los soldados en traje de camuflaje practicaron desalojar atacantes armados de edificios, disparos de mortero y enfrentar a francotiradores en condiciones urbanas.
La tensión por un posible ataque se originó ante el desplazamiento de más de 100 mil soldados rusas hacia la frontera con Ucrania y la situación parece empeorar con los días. Hace dos semanas, un total de 60 batallones del ejército ruso se posicionaron al norte, este y sur de Ucrania, particularmente en la península de Crimea, que Rusia anexó después de una invasión en 2014. Pero el viernes, 11 de febrero, ya había 80 batallones y 14 más estaban en camino desde otras partes de Rusia, dijeron funcionarios estadounidenses.
De hecho, según datos de Estados Unidos, Moscú ya cuenta con el 70 % de las tropas necesarias para una invasión a gran escala de Kiev, posiblemente pensada para mediados de febrero.
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, anunció que algunas de las masivas maniobras militares de Moscú en Rusia y Bielorrusia estaban “terminando”, pero agregó que algunos de los simulacros, que comenzaron en diciembre, seguían en curso.
Más temprano, el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, consideró posible una salida diplomática de la crisis en torno a Ucrania, proponiendo incluso “prolongar y ampliar” el diálogo. Esas declaraciones fueron mucho menos ofensivas que las emanadas desde Moscú en las últimas semanas.
No obstante, John Kirby, el portavoz del Pentágono enfatizó que el jefe del Kremlin tiene todas las capacidades para lanzar una gran ofensiva militar en cualquier momento en Ucrania, o realizar un ataque menor para desestabilizar el país.