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El gobierno holandés afirmó que está investigando los informes que apuntan a que las fuerzas policiales chinas abrieron ilegalmente, desde el 2018, al menos dos estaciones en los Países Bajos para presionar a los disidentes que están en el extranjero.
De acuerdo con la investigación de RTL Nieuws y Follow the Money, las “estaciones de servicio en el extranjero” en Ámsterdam y Róterdam, aparentemente, cumplían un propósito administrativo, permitiendo a los ciudadanos chinos renovar sus licencias de conducción y cambiar su estado civil. Sin embargo, según los hallazgos, dichos lugares han sido utilizados para rastrear, contactar y amenazar a los disidentes.
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En un comunicado emitido desde el Ministerio de Relaciones Exteriores holandés, se lee que las dos estaciones que supuestamente operan en los Países Bajos son ilegales. “Estamos investigando exactamente qué están haciendo aquí y luego tomaremos las medidas apropiadas”, informó la entidad. Ahora bien, a través de un correo electrónico, la embajada china en los Países Bajos aseguró que desconoce la existencia de las estaciones.
Safeguard Defenders, un grupo español de derechos civiles, identificó la presencia de las estaciones chinas en diferentes partes del mundo, pues un informe elaborado en septiembre muestra que las agencias de policía de Fuzhou y Qingtian abrieron 54 “centros de servicio en el extranjero”, ubicados en 25 ciudades, en 21 países. Con la mayoría de ellos presentes en Europa, el documento apunta a que nueve estaciones están en España (en Madrid, Barcelona, Valencia y Santiago de Compostela), cuatro en Italia, tres en Francia, dos en los Países Bajos y dos en el Reino Unido, específicamente en Londres y Glasgow. En Canadá, Estados Unidos (en Nueva York), Argentina (en Buenos Aires), Chile (en Viña del Mar), Brasil (en São Paulo y Río de Janeiro) y Ecuador (en Quito y Guayaquil), al parecer, también existen este tipo de centros.
Al respecto, en el informe se lee que “estas operaciones evitan la cooperación policial y judicial bilateral oficial, violan el estado de derecho internacional y pueden violar la integridad territorial de terceros países, al establecer un mecanismo policial paralelo que utiliza métodos ilegales”.
Los medios de comunicación holandeses dijeron que la estación de Ámsterdam estaba a cargo de dos expolicías de la fuerza Lishui, Qingtian, mientras que el centro de Rotterdam, con sede en un apartamento, estaba dirigido por un exmiembro del Ejército chino, de la fuerza provincial de Fuzhou. Ambas regiones se encuentran en el este de China, de donde provienen muchos ciudadanos en los Países Bajos. Según RTL, varios sitios web chinos describen parte del propósito de las estaciones como “reprimir (...) actividades delictivas, vinculadas a chinos en el extranjero”.
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