¿Cómo evitar una “nueva Ucrania” en Moldavia? El periodismo es una respuesta
Una de las razones de la creciente tensión en la región separatista de Transnistria, en Moldavia, es la propaganda del Kremlin que ha dominado los medios en ruso. El gobierno de Chisnáu quiere contrarrestarlo.
La retórica nuclear que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha soltado sobre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no es lo único que preocupa a la alianza militar occidental. La tensa situación en Transnistria, una región que ha estado controlada de facto por fuerzas prorrusas, pero que es reconocida internacionalmente como parte de Moldavia, hace pensar a Occidente en la posibilidad de otro plan de anexión ruso.
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La retórica nuclear que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha soltado sobre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no es lo único que preocupa a la alianza militar occidental. La tensa situación en Transnistria, una región que ha estado controlada de facto por fuerzas prorrusas, pero que es reconocida internacionalmente como parte de Moldavia, hace pensar a Occidente en la posibilidad de otro plan de anexión ruso.
El miércoles, el gobierno separatista de Transnistria, que busca su independencia de Moldavia desde 1990, le pidió a Moscú “su protección” para contrarrestar la fuerte presión a la que han sido sometidos por Moldavia. El gobierno ruso contestó que no dudará en proteger a las más de 470.000 personas que residen allí y a las 1.500 tropas que tiene estacionadas en la región.
Esto recordó de inmediato las escenas de 2022 en Ucrania, cuando un grupo de militares prorrusos en el oriente ucraniano pidieron la misma protección para contrarrestar a las fuerzas de Kiev que, según decían, estaban bombardeando los óblast prorrusos. Esta petición luego fue tomada como un pretexto por el presidente ruso para lanzar su ofensiva militar a gran escala sobre sus vecinos ucranianos, lo que condujo finalmente al estallido de una guerra que acaba de cumplir sus dos primeros años.
“Ese fue el caso antes: hemos visto actividades constantes de Rusia tratando de explorar y explotar el espacio de información en Moldavia utilizando propaganda”, le dijo a CNN Iulian Groza, ex viceministro de Relaciones Exteriores de Moldavia y ahora director del Instituto de Políticas y Reformas Europeas con sede en Chisinau.
Varios gobiernos ya se han pronunciado sobre la creciente tensión en Transnistria. El primer ministro polaco, Donald Tusk, afirmó que “la amenaza de una intervención rusa, o al menos de una provocación, es permanente”, y consideró que las tensiones en Moldavia son “peligrosas” para la región “y no solo para Ucrania”.
Desde Ucrania, el presidente de ese país, Volodimir Zelensky, dijo que la inteligencia ucraniana interceptó un plan ruso a principios de febrero con el que buscaba desestabilizar la ya volátil situación política en Moldavia. El pasado 10 de febrero, la primera ministra moldava, Natalia Gavrilita, dimitió en medio de una enorme crisis por el aumento de los precios de la energía, entre otras cosas.
Aunque en 2023 Moldavia tomó independencia del gas ruso, sigue dependiendo en gran medida de la electricidad que se produce en Transnistria, y esto, según Anastasia Pociumbam, investigadora del Centro para el Orden y la Gobernanza del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores, ha sido utilizado como un chantaje que ha “polarizado aún más a la población”.
En la capital de Moldavia, Chisnáu, empezaron a verse protestas a favor de Rusia, impulsadas por partidos minoritarios que tendrían nexos con Moscú. Según el gobierno moldavo, estas han sido alimentadas por la desinformación y la propaganda rusa que circula en redes sociales. Esto también hace recordar elementos de la crisis en Crimea de 2014 y en el Donbás ucraniano en 2022, donde también se encontraron huellas de la estrategia de desinformación rusa.
“Moldavia es un objetivo extremadamente fácil” para Rusia, en parte porque “muchos ciudadanos moldavos utilizan el ruso como su lengua franca “, y por eso durante décadas han recibido una visión del mundo en gran medida de las noticias y las redes sociales cargadas de propaganda de Rusia, dijo el politólogo moldavo Dmitru Minzarari. Al-Jazeera .
El pedido de protección de Moscú también va de la mano con un componente interesante: el martes de la semana pasada, el gobierno ruso revocó un decreto de 2012 en el que reconocía la independencia de Moldavia, lo que alimentó la hipótesis de que Moscú podría estar preparando una ofensiva.
A esta historia, que parece repetir todos los pasos dados en los intentos de anexión rusa de la década pasada, podría sumársele un proceso para convocar un referéndum sobre la anexión de Transnistria a Rusia. Moscú ha impulsado tras bambalinas estas votaciones para que los ciudadanos de estas regiones separatistas voten y así justificar una acción militar, como ocurrió en Crimea y en el Donbás.
Esto ya ocurrió en el pasado en Moldavia. En 2006, en un referéndum en Transnistria que no fue reconocido por la comunidad internacional, un 97 % de los votantes se declararon favorables a la independencia y a la unión del territorio a Rusia.
La OTAN ya ha tomado medidas. Al igual que sucedió tras el referéndum de 2006, la alianza militar ha fortalecido sus lazos con Moldavia con más ejercicios militares, más presupuesto y una preparación para las fuerzas del país en caso de entrar en un conflicto. Pero la respuesta no solo debe venir desde el campo militar, según el experto en política exterior James Rupert. Si la tensión crece por la desinformación y la propaganda rusa, una gran forma de ayudar a Moldavia en este momento es defender la información verdadera.
“Un gran paso para los defensores de la democracia estadounidenses y europeos sería ayudar a los moldavos a defender este año medios periodísticamente sólidos en lengua rusa”, escribió el experto en el Instituto de Paz de Estados Unidos.
Esto ha sido respaldado por Miha Popsoi, líder del partido del nuevo primer ministro, quien ha dicho que “necesitamos educar a los ciudadanos para que puedan entender cuáles son las amenazas a la seguridad de Moldavia”. Es por eso que el Parlamento ha propuesto un canal de radiodifusión pública en idioma ruso, con contenido de calidad, que sirva para contrarrestar las dinámicas rusas que hasta ahora dominan la información nacional.
“Al haber vivido en la burbuja propagandística rusa, muchos moldavos han absorbido distorsiones desgarradoras de la realidad”, dijo Popsoi.
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