Coronación de Carlos III: algunos cambios en la cotidianidad con un nuevo rey
A partir de este sábado habrá una serie de cambios en la vida cotidiana de los británicos por la llegada de Carlos III al trono. Las modificaciones abarcan desde el himno hasta la manera de conmemorar un evento especial o una celebración.
Es oficial: 70 años después de la última coronación en Reino Unido, el cetro y la corona de la monarquía pasaron a las manos de un nuevo personaje. La llegada de Carlos III al trono no solo implica una gran cantidad de retos a los que tendrá que enfrentarse desde el Palacio de Buckingham. Dentro de los símbolos e íconos de las islas británicas también habrá cambios de forma y fondo que se verán en todo el reino, desde Londres hasta Canadá o Australia.
El hecho de que sea Carlos III quien ahora dirija los asuntos de la monarquía significa que los países que pertenecen a la Mancomunidad (o Commonwealth) deberán implementar cambios en varios de sus símbolos patrios, entre ellos la moneda, el himno y las banderas.
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Desde que el Reino Unido existe formalmente, los diferentes símbolos que constituyen un Estado hacen alusión directa al monarca. Por ejemplo, mientras Isabel II fue reina, los billetes, las monedas y los pasaportes tenían grabado su rostro o silueta. Algo que conecta directamente a la corona con la población.
La Casa Real explicó que la aparición de las efigies o caras en los símbolos patrios es una tradición que se mantiene desde el siglo VIII. Sin embargo, fue Isabel II la primera monarca que apareció en los billetes que circularon por Reino Unido durante 70 años debido a que antes era más común hacer transacciones con monedas.
De acuerdo con la Casa de la Moneda británica, en el momento hay cerca de 4.500 millones de billetes que hacen alusión directa a Isabel II; un monto equivalente a 80.000 millones de libras esterlinas. También circulan a diario 29.000 millones de monedas que tienen grabadas la cabeza de la reina.
Así pues, desde mediados de 2024, el rostro de Carlos III aparecerá en el papel moneda de las libras británicas. Hay que mencionar que la Casa de la Moneda aseguró que este cambio se hará de forma gradual y es probable que, en el caso de las monedas, estas permanezcan en el mercado durante muchos años.
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En la actualidad, el pasaporte que los ciudadanos del Reino Unido utilizan tiene una inscripción que certifica que ese documento esta emitido en nombre de “Her Majesty”, es decir la antigua monarca. Esta identificación debe ser modificada no solo en las islas británicas, sino en los pasaportes de Australia, Canadá y Nueva Zelanda, que en su interior tienen esta inscripción en nombre de la corona.
Sin embargo, el cambio de pasaportes, por lo menos en Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, fue una tarea que las autoridades debieron ejecutar hace poco tiempo debido al Brexit, lo cual aseguraba que los ciudadanos de esos países dejaban de pertenecer a la Unión Europea y por lo tanto debían tener una documentación diferente.
Algo similar sucederá con el himno que hoy se canta en los eventos oficiales y estatales de Reino Unido. Actualmente, dentro de las estrofas de la canción oficial está estipulado que se entone la frase “Dios salve a la reina”, o “God Save the Queen”. A partir de este sábado, y hasta que dure el período en el trono de Carlos III, se deberá utilizar el verso “Dios salve al rey” (God save the King).
Por su parte, Australia y Canadá también deberán modificar partes de su himno para adaptarlo al nuevo reinado de Carlos III.
Todos estos cambios serán una transformación directa en la vida cotidiana de los miembros del Reino Unido. Esto debido a que un censo realizado en las islas británicas en 2011 demostró que el 67 % de los habitantes son menores de 80 años, lo cual significa que toda su vida han estado acostumbrados a las tradiciones y símbolos relacionados a Isabell II y su imagen.
El cambio en lo simbólico
Más allá de cambiar los símbolos patrios y las imágenes de la monarquía en el Reino Unido, también habrá una metamorfosis en la forma en que se concibe a la corona, no solo desde las islas, sino desde otros países que conforman la Commonwealth.
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Carlos III tienen el reto de mantener la unión en los 54 países que pertenecen a la Mancomunidad, incluyendo a las 15 naciones que reconocen al monarca como jefe de Estado y una de sus máximas autoridades administrativas. Pero territorios como Jamaica o Belice, ambos miembros del grupo, ya han manifestado su aspiración de un futuro lejos de Carlos III y el Palacio de Buckingham.
Isabel II empezó a fungir como reina con solo 25 años y con una imagen que emulaba a la madre de todos los británicos, pues en ese momento ya tenía dos hijos pequeños y ellos la acompañaban a los eventos públicos y discursos oficiales.
Carlos III, por su parte, es el monarca de más edad (74 años) en ser coronado. Y sus hijos, Harry y Guillermo se han mostrado distantes de las costumbres y tradiciones de la monarquía. Esto es visto como muchos británicos como la llegada al trono de una persona que aunque tiene ideas nuevas, no sería capaz de modernizar la monarquía y adaptarla a nuevos desafíos en la actualidad. Así lo demostró un sondeo que realizó YouGov la semana pasada: 62 % de los encuestados no ve con interés la ceremonia de coronación ni aspectos relacionados con la familia real.
En lo simbólico, para que la monarquía siga siendo considerada como un pilar fundamental de la sociedad británica, Carlos tendrá su oportunidad. Denis MacShane, una antigua funcionaria gubernamental, reconoció esta necesidad que tiene el nuevo monarca una vez se siente en el trono y disponga de la corona y el cetro: “su primer reto será volver a conectar con la gente”.
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Es oficial: 70 años después de la última coronación en Reino Unido, el cetro y la corona de la monarquía pasaron a las manos de un nuevo personaje. La llegada de Carlos III al trono no solo implica una gran cantidad de retos a los que tendrá que enfrentarse desde el Palacio de Buckingham. Dentro de los símbolos e íconos de las islas británicas también habrá cambios de forma y fondo que se verán en todo el reino, desde Londres hasta Canadá o Australia.
El hecho de que sea Carlos III quien ahora dirija los asuntos de la monarquía significa que los países que pertenecen a la Mancomunidad (o Commonwealth) deberán implementar cambios en varios de sus símbolos patrios, entre ellos la moneda, el himno y las banderas.
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Desde que el Reino Unido existe formalmente, los diferentes símbolos que constituyen un Estado hacen alusión directa al monarca. Por ejemplo, mientras Isabel II fue reina, los billetes, las monedas y los pasaportes tenían grabado su rostro o silueta. Algo que conecta directamente a la corona con la población.
La Casa Real explicó que la aparición de las efigies o caras en los símbolos patrios es una tradición que se mantiene desde el siglo VIII. Sin embargo, fue Isabel II la primera monarca que apareció en los billetes que circularon por Reino Unido durante 70 años debido a que antes era más común hacer transacciones con monedas.
De acuerdo con la Casa de la Moneda británica, en el momento hay cerca de 4.500 millones de billetes que hacen alusión directa a Isabel II; un monto equivalente a 80.000 millones de libras esterlinas. También circulan a diario 29.000 millones de monedas que tienen grabadas la cabeza de la reina.
Así pues, desde mediados de 2024, el rostro de Carlos III aparecerá en el papel moneda de las libras británicas. Hay que mencionar que la Casa de la Moneda aseguró que este cambio se hará de forma gradual y es probable que, en el caso de las monedas, estas permanezcan en el mercado durante muchos años.
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En la actualidad, el pasaporte que los ciudadanos del Reino Unido utilizan tiene una inscripción que certifica que ese documento esta emitido en nombre de “Her Majesty”, es decir la antigua monarca. Esta identificación debe ser modificada no solo en las islas británicas, sino en los pasaportes de Australia, Canadá y Nueva Zelanda, que en su interior tienen esta inscripción en nombre de la corona.
Sin embargo, el cambio de pasaportes, por lo menos en Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, fue una tarea que las autoridades debieron ejecutar hace poco tiempo debido al Brexit, lo cual aseguraba que los ciudadanos de esos países dejaban de pertenecer a la Unión Europea y por lo tanto debían tener una documentación diferente.
Algo similar sucederá con el himno que hoy se canta en los eventos oficiales y estatales de Reino Unido. Actualmente, dentro de las estrofas de la canción oficial está estipulado que se entone la frase “Dios salve a la reina”, o “God Save the Queen”. A partir de este sábado, y hasta que dure el período en el trono de Carlos III, se deberá utilizar el verso “Dios salve al rey” (God save the King).
Por su parte, Australia y Canadá también deberán modificar partes de su himno para adaptarlo al nuevo reinado de Carlos III.
Todos estos cambios serán una transformación directa en la vida cotidiana de los miembros del Reino Unido. Esto debido a que un censo realizado en las islas británicas en 2011 demostró que el 67 % de los habitantes son menores de 80 años, lo cual significa que toda su vida han estado acostumbrados a las tradiciones y símbolos relacionados a Isabell II y su imagen.
El cambio en lo simbólico
Más allá de cambiar los símbolos patrios y las imágenes de la monarquía en el Reino Unido, también habrá una metamorfosis en la forma en que se concibe a la corona, no solo desde las islas, sino desde otros países que conforman la Commonwealth.
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Isabel II empezó a fungir como reina con solo 25 años y con una imagen que emulaba a la madre de todos los británicos, pues en ese momento ya tenía dos hijos pequeños y ellos la acompañaban a los eventos públicos y discursos oficiales.
Carlos III, por su parte, es el monarca de más edad (74 años) en ser coronado. Y sus hijos, Harry y Guillermo se han mostrado distantes de las costumbres y tradiciones de la monarquía. Esto es visto como muchos británicos como la llegada al trono de una persona que aunque tiene ideas nuevas, no sería capaz de modernizar la monarquía y adaptarla a nuevos desafíos en la actualidad. Así lo demostró un sondeo que realizó YouGov la semana pasada: 62 % de los encuestados no ve con interés la ceremonia de coronación ni aspectos relacionados con la familia real.
En lo simbólico, para que la monarquía siga siendo considerada como un pilar fundamental de la sociedad británica, Carlos tendrá su oportunidad. Denis MacShane, una antigua funcionaria gubernamental, reconoció esta necesidad que tiene el nuevo monarca una vez se siente en el trono y disponga de la corona y el cetro: “su primer reto será volver a conectar con la gente”.
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