La policía contiene a manifestantes antirracistas en Manchester, Reino Unido, el 03 de agosto de 2024.
Foto: EFE - STR
Es poco probable que la primera crisis que enfrenta el nuevo primer ministro de Reino Unido, el laborista Keir Starmer, sea una amenaza lo suficientemente fuerte como para desestabilizar a su gobierno. Sin embargo, según distintos analistas, sí será una prueba con narrativas y experiencias en disputa que, mal gestionada, le puede terminar pasando factura a la administración que hace un mes logró poner fin a casi 15 años de gobierno conservador.