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La primera ministra británica, Liz Truss, presentó su renuncia este jueves, luego de solo seis semanas en el poder. La política había sufrido un nuevo revés el miércoles con la dimisión de su ministra de Interior, Suella Braverman. Esta fue solo la última de una enorme cantidad de renuncias que, sumadas a la desconfianza de los conservadores, hicieron que su posición como líder del Reino Unido fuera insostenible.
Cada vez era más pública la rebelión a la que Truss se enfrentaba entre sus filas. Más de una decena de diputados conservadores pidieron su renuncia el miércoles. El jueves por la mañana, la palabra “caos” estaba en todas las portadas de la prensa británica, resumiendo la pesadilla de la desconfianza sobre Truss.
“Liz Truss debe irse lo más pronto posible”, sentenció el antiguo ministro conservador David Frost, que anteriormente le brindó un fuerte apoyo, en una tribuna del Daily Telegraph.
En una corta declaración, Truss dijo que asumió el poder “en un momento de gran inestabilidad económica e internacional”. Reino Unido, señaló, “se ha visto frenada durante demasiado tiempo por el bajo crecimiento económico” y ella fue elegida para corregir eso, pero con las condiciones actuales no puede seguir con este reto.
“Reconozco que dada la situación no puedo cumplir el mandato por el cual fui elegido por el Partido Conservador”, manifestó Truss.
Tras conocerse la renuncia de Truss, el jefe de la oposición británica, el laborista Keir Starmer, pidió inmediata de elecciones.
“Los tories [conservadores] no pueden responder a su último descalabro simplemente chasqueando los dedos y modificando a los de arriba sin el consentimiento del pueblo británico. Necesitamos unas elecciones generales (...) ahora”, dijo el líder de la oposición en un comunicado.
Algunos datos sobre la renuncia de la primera ministra:
- Truss se convierte en la primera ministra con menor tiempo en el cargo en la historia del Reino Unido (45 días).
- Su renuncia se produce luego de que las políticas económicas anunciadas por su corto gobierno provocaran enormes turbulencias en el mercado.
- El Partido Conservador, al que pertenece Truss, celebrará elecciones para elegir a un nuevo líder la próxima semana. Sería el cuarto primer ministro del Reino Unido desde 2016.
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¿Qué empujó a la renuncia de Truss?
El pasado 23 de septiembre, el exministro de Finanzas británico, Kwasi Kwarteng, presentó unas polémicas medidas que combinaban masivas ayudas a la factura energética y drásticos recortes fiscales, sin nada para financiarlo más que engordar la ya muy abultada deuda pública británica en un momento de alta inflación. Estas medidas asustaron a los inversores y provocaron la pérdida de confianza en Truss.
El paquete presupuestario de Truss se consideraba inflacionista a medio plazo y, por tanto, contrario a lo que el Banco de Inglaterra intentaba hacer, que era calmar una inflación por encima del 10 %. La libra cayó a un mínimo histórico y el interés que el Estado británico debe pagar por su endeudamiento se disparó, señal de que los inversores se apresuraban a vender su deuda soberana. El Banco de Inglaterra tuvo que intervenir para evitar una crisis financiera, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) instó a Londres a cambiar de rumbo.
Tres semanas más tarde, tras poco más de un mes en el cargo, Kwarteng fue destituido y sustituido por Jeremy Hunt, amigo de Truss, quien, para calmar a los mercados, hizo exactamente lo contrario de lo que había prometido la primera ministra: suprimió casi todos los recortes fiscales, redujo las ayudas a la factura energética y advirtió de “decisiones muy duras por venir” en el gasto público. El giro inesperado terminó por dilapidar a la líder conservadora.
En una entrevista con la BBC, la primera ministra aseguró el lunes “lamentar” los “errores” cometidos con su plan económico ultraliberal. Sin embargo, para los conservadores como el diputado Charles Walker, no había algo que permitiera recuperar la confianza en Truss.
“Creo que si conseguimos a la persona adecuada al frente (...) podemos demostrar en los próximos dos años a los británicos que somos una organización seria”, declaró Walker días atrás.
Según un sondeo de YouGov, solo el 10 % de los británicos tiene una opinión favorable de Truss, 20 % entre los votantes del Partido Conservador. Un 55 % de los miembros de esa formación consideraba que debería dimitir.
En la bancada de los conservadores ya corrían nombres de posibles candidatos para reemplazar a Truss antes de su dimisión. Uno de los más sonoros es el del controvertido Boris Johnson, a quien Truss reemplazó. El 32 % de conservadores quieren ahora que vuelva, según YouGov.
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