Cumbre de la OTAN: ¿por qué Colombia no está?
Felipe García Echeverri, embajador de Colombia en Bélgica, es también jefe de misión ante la OTAN, organización de la cual Colombia es socio global desde 2013. Asegura que este país comparte los valores de la alianza, al tiempo que es referente en seguridad y defensa.
Mario Luzón / Madrid
¿Cómo es la relación actual OTAN-Colombia?
Para explicarla, empezaría recordando que la OTAN es una organización política de carácter multilateral. Tiene dos tipos de relaciones con sus miembros: por un lado, están los treinta países aliados y después los socios, que paradójicamente son más: 37. Colombia está entre ellos, como socio global. Para serlo, hay que identificarse con los valores que protege la OTAN, que no son otros que los que están del lado de la democracia, el Estado de derecho, la libertad individual y los derechos humanos. Esos son los cuatro pilares fundamentales que hacen de la OTAN una organización política, pero enfocada fundamentalmente en la paz. Por supuesto, el foco principal está puesto en la seguridad y el sector defensa.
¿Qué tipo de colaboración bilateral hay?
Compartimos experiencia, conocimientos, etc. Colombia enriquece a la OTAN con su experiencia en áreas como seguridad marítima, desminado y lucha contra el crimen transnacional organizado. OTAN comparte herramientas que promuevan la profesionalización y la integridad de las fuerzas armadas, del sector defensa, y también su visión del papel que deben tener en la lucha contra el cambio climático. En todas esas áreas nos nutrimos recíprocamente. Es algo que ocurre fluidamente entre OTAN y los países socios. En resumen, se trata de estandarizar buenas prácticas y profesionalizar y compartir conocimiento.
¿Puede citarnos algún ejemplo concreto de colaboración?
Sí. En 2015, Colombia participó activamente en las operaciones de seguridad marítima Atalanta y Ocean Shield, contra la piratería en las costas de Somalia, península Arábiga e islas Seychelles.
¿Por qué no está Colombia en la cumbre de Madrid (que termina hoy)? Otros países socios sí lo están.
No se trata de mayor o menor importancia de los países o de un cupo determinado de invitados, tiene más que ver con el objetivo de esta cumbre. Hay que recordar que la Cumbre de Madrid se da en un momento en el que la mayor preocupación es la invasión de Ucrania por Rusia y, por tanto, ahora la mayor importancia la tiene la seguridad de Europa y sobre todo del flanco oriental. Países invitados, como Suecia y Finlandia, han pedido el ingreso, que se acaba de aprobar, Georgia también lo solicita, y Ucrania está claro que debe participar por su cercanía al conflicto. También se va a debatir el concepto estratégico que va a guiar los pasos de la OTAN en los próximos diez años, en los que va a ganar importancia la zona de Asia Pacífico, y de ahí que en Madrid también estén representados Japón, Corea, Australia, Nueva Zelanda.
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El único país latinoamericano que es socio OTAN es Colombia. De hecho, el tercero en América, contando los miembros Estados Unidos y Canadá. ¿Cuál es la causa de esta particularidad?
Daría dos motivos. Compartimos los cuatro principios fundacionales de OTAN que he comentado, en cuanto a democracia, Estado de derecho, libertades individuales y derechos humanos. Pero es que, además de todo ello, Colombia cuenta con un sector defensa, con unas fuerzas militares muy profesionales y cualificadas, por encima de muchos países, y no solo de nuestra región, sino del mundo. Para Colombia, ser asociado de OTAN es una política de Estado, no de gobierno, que apoya aún más nuestras buenas relaciones históricas con Europa, Estados Unidos y demás países aliados, sobre todo en temas de seguridad.
¿La experiencia y fortaleza militar de Colombia a la que se refiere viene dada por décadas de lucha contra la guerrilla?
Influye, pero no es solo por eso. La historia de nuestras fuerzas armadas ha ido siempre acompañada de mucha formación, disciplina, profesionalidad y actividad internacional. No olvidemos que participamos en la Guerra de Corea, y que hoy somos el segundo contingente en las fuerzas de paz desplegadas en el Sinaí. Es algo conocido en todo el mundo desde mediados del siglo pasado, que no se puede decir de otros países de la región.
¿Cuál es la posición de Colombia respecto al conflicto de Ucrania?
Nuestra postura es clara y ha sido reiterada claramente, tanto en Naciones Unidas como en los organismos de Bruselas. Colombia rechaza, por supuesto, la agresión unilateral, ilegal e injustificada de la que ha sido víctima Ucrania. Nos solidarizamos con el pueblo ucraniano, que es quien está sufriendo directamente las consecuencias. También nos preocupan sus secuelas globales, en cuanto a seguridad energética, alimentaria y crisis económica. En todos los escenarios internacionales hemos manifestado el máximo rechazo a esta barbarie.
Además de embajador en Bélgica y Luxemburgo, y representante en OTAN, también lo es en la Unión Europea. ¿En qué momento están las relaciones bilaterales?
Le puedo responder de forma muy concreta: están en el punto más alto de su historia, algo que es así gracias al trabajo de muchos años. Recordemos el acuerdo comercial de UE con Colombia, Ecuador y Perú, o el Memorando de Entendimiento, suscrito en septiembre del año pasado, para profundizar en la relación bilateral, con una agenda de cooperación y diálogo político sectorial reforzado para la nueva década. Actualmente, tenemos diversos diálogos estructurados, por ejemplo, en materia de medio ambiente, motivo por el cual, nada menos que el comisario europeo de Medio Ambiente visitó San José del Guaviare, lo cual es buena muestra de nuestras inmejorables relaciones.
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¿Cómo es la relación actual OTAN-Colombia?
Para explicarla, empezaría recordando que la OTAN es una organización política de carácter multilateral. Tiene dos tipos de relaciones con sus miembros: por un lado, están los treinta países aliados y después los socios, que paradójicamente son más: 37. Colombia está entre ellos, como socio global. Para serlo, hay que identificarse con los valores que protege la OTAN, que no son otros que los que están del lado de la democracia, el Estado de derecho, la libertad individual y los derechos humanos. Esos son los cuatro pilares fundamentales que hacen de la OTAN una organización política, pero enfocada fundamentalmente en la paz. Por supuesto, el foco principal está puesto en la seguridad y el sector defensa.
¿Qué tipo de colaboración bilateral hay?
Compartimos experiencia, conocimientos, etc. Colombia enriquece a la OTAN con su experiencia en áreas como seguridad marítima, desminado y lucha contra el crimen transnacional organizado. OTAN comparte herramientas que promuevan la profesionalización y la integridad de las fuerzas armadas, del sector defensa, y también su visión del papel que deben tener en la lucha contra el cambio climático. En todas esas áreas nos nutrimos recíprocamente. Es algo que ocurre fluidamente entre OTAN y los países socios. En resumen, se trata de estandarizar buenas prácticas y profesionalizar y compartir conocimiento.
¿Puede citarnos algún ejemplo concreto de colaboración?
Sí. En 2015, Colombia participó activamente en las operaciones de seguridad marítima Atalanta y Ocean Shield, contra la piratería en las costas de Somalia, península Arábiga e islas Seychelles.
¿Por qué no está Colombia en la cumbre de Madrid (que termina hoy)? Otros países socios sí lo están.
No se trata de mayor o menor importancia de los países o de un cupo determinado de invitados, tiene más que ver con el objetivo de esta cumbre. Hay que recordar que la Cumbre de Madrid se da en un momento en el que la mayor preocupación es la invasión de Ucrania por Rusia y, por tanto, ahora la mayor importancia la tiene la seguridad de Europa y sobre todo del flanco oriental. Países invitados, como Suecia y Finlandia, han pedido el ingreso, que se acaba de aprobar, Georgia también lo solicita, y Ucrania está claro que debe participar por su cercanía al conflicto. También se va a debatir el concepto estratégico que va a guiar los pasos de la OTAN en los próximos diez años, en los que va a ganar importancia la zona de Asia Pacífico, y de ahí que en Madrid también estén representados Japón, Corea, Australia, Nueva Zelanda.
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El único país latinoamericano que es socio OTAN es Colombia. De hecho, el tercero en América, contando los miembros Estados Unidos y Canadá. ¿Cuál es la causa de esta particularidad?
Daría dos motivos. Compartimos los cuatro principios fundacionales de OTAN que he comentado, en cuanto a democracia, Estado de derecho, libertades individuales y derechos humanos. Pero es que, además de todo ello, Colombia cuenta con un sector defensa, con unas fuerzas militares muy profesionales y cualificadas, por encima de muchos países, y no solo de nuestra región, sino del mundo. Para Colombia, ser asociado de OTAN es una política de Estado, no de gobierno, que apoya aún más nuestras buenas relaciones históricas con Europa, Estados Unidos y demás países aliados, sobre todo en temas de seguridad.
¿La experiencia y fortaleza militar de Colombia a la que se refiere viene dada por décadas de lucha contra la guerrilla?
Influye, pero no es solo por eso. La historia de nuestras fuerzas armadas ha ido siempre acompañada de mucha formación, disciplina, profesionalidad y actividad internacional. No olvidemos que participamos en la Guerra de Corea, y que hoy somos el segundo contingente en las fuerzas de paz desplegadas en el Sinaí. Es algo conocido en todo el mundo desde mediados del siglo pasado, que no se puede decir de otros países de la región.
¿Cuál es la posición de Colombia respecto al conflicto de Ucrania?
Nuestra postura es clara y ha sido reiterada claramente, tanto en Naciones Unidas como en los organismos de Bruselas. Colombia rechaza, por supuesto, la agresión unilateral, ilegal e injustificada de la que ha sido víctima Ucrania. Nos solidarizamos con el pueblo ucraniano, que es quien está sufriendo directamente las consecuencias. También nos preocupan sus secuelas globales, en cuanto a seguridad energética, alimentaria y crisis económica. En todos los escenarios internacionales hemos manifestado el máximo rechazo a esta barbarie.
Además de embajador en Bélgica y Luxemburgo, y representante en OTAN, también lo es en la Unión Europea. ¿En qué momento están las relaciones bilaterales?
Le puedo responder de forma muy concreta: están en el punto más alto de su historia, algo que es así gracias al trabajo de muchos años. Recordemos el acuerdo comercial de UE con Colombia, Ecuador y Perú, o el Memorando de Entendimiento, suscrito en septiembre del año pasado, para profundizar en la relación bilateral, con una agenda de cooperación y diálogo político sectorial reforzado para la nueva década. Actualmente, tenemos diversos diálogos estructurados, por ejemplo, en materia de medio ambiente, motivo por el cual, nada menos que el comisario europeo de Medio Ambiente visitó San José del Guaviare, lo cual es buena muestra de nuestras inmejorables relaciones.
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