La cumbre “más exitosa” entre la UE y América Latina de toda su historia
Así la calificó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. En contraste con la sensación que pudo haber quedado en algunas personas, la cumbre UE-Celac, la UE vio a los países de América Latina y el Caribe como sus más próximos y futuros aliados. Este acercamiento entre las dos orillas del Atlántico ha dejado marcado el camino para que Colombia, en 2025, sea anfitriona de una próxima cumbre birregional con relaciones simétricas entre los 27 de la UE y los 33 de la Celac.
Olga Gayón (Bruselas, Bélgica) | ESPECIAL PARA EL ESPECTADOR
En la III Cumbre UE-Celac, que se celebró los 17 y 18 de julio en Bruselas, se logró reanudar el diálogo entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), que había quedado suspendido desde 2015. Esta es la primera reunión de alto nivel entre estos dos lugares del mundo, separados por miles de kilómetros oceánicos, que se realiza en la nueva etapa de las relaciones internacionales en las que el bipolarismo ha quedado atrás para abrirle paso a un este mundo multipolar de hoy.
En palabras del presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, “de todas las reuniones en las que participé con la UE, esta ha sido la reunión más exitosa de todas. Pocas veces vi tanto interés político y económico de los países de la UE hacia América Latina”, ha declarado al diario El País de España.
La guerra que libra Rusia en Ucrania y la expansión económica de China en América Latina y el Caribe (ALC) han abierto los ojos a los 27 de la UE para reaccionar al descuido y la falta de visión estratégica que le impidieron ver que los países de ALC pueden ser sus verdaderos aliados, junto con los países africanos y asiáticos del Mediterráneo. Europa requiere con urgencia seducir a las naciones de la Celac mientras China ha logrado hacerse con la hegemonía económica de la región. Y si no hubiese sido por la invasión a Ucrania, quizás también Rusia sería hoy aliado político clave de los países más influyentes de ALC.
El trabajo de la cumbre que culminó en Bruselas apenas comienza. Justo ahora empiezan a entretejerse las relaciones que se relanzaron en estos dos días en la capital europea. Porque nunca antes la UE y ALC habían hablado tan sincera y abiertamente como lo han hecho ahora. Por parte de la UE, no se ha ocultado que los 27 necesitan de las relaciones económicas y políticas con los 33 de ALC, y, por contra, muchos de los presidentes de los países fuertes económica y políticamente de ALC han hablado por primera vez de igual a igual a los 27 de la UE en una cumbre de tan alto nivel como esta.
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Los países de ALC dejaron claro que necesitan exportar sus productos a Europa, pero que quieren dejar de ser únicamente proveedores de materias primas provenientes de la actividad extractivista: exigen que en la zona se elaboren los productos que saldrán de esos materiales y que más adelante serán consumidos por sus propios pobladores. Para ello necesitan recursos para adecuar tecnologías que, además, sirvan para la transición energética para cambiar las energías fósiles por las energías limpias. Igualmente, presidentes como el colombiano Petro y el brasileño Lula dejaron claro a los europeos que el cambio de la deuda por acción climática debe tomarse como una propuesta muy en serio porque el futuro de Europa y del mundo pasa por las reservas de biodiversidad de ALC, especialmente las de la Amazonía.
En esta cumbre, Europa buscaba, más allá de relaciones comerciales, sentar las bases para conseguir aliados estratégicos con afinidades reales, cuyos Estados respeten los acuerdos de toda índole, independientemente de los intereses políticos de quien gobierne, para formar equipo y conseguir la gobernanza internacional en votaciones esenciales como en la ONU y en todos los escenarios en los que se toman decisiones de gran calado para garantizar la estabilidad y la paz mundial. Por ello, la presidenta de la Comisión, la alemana Ursula von der Leyen, ha insistido antes, durante e insistirá después de la cumbre, para que la economías comiencen a integrarse ligando intereses comerciales que favorezcan tanto a Europa como a sus socios, para que en el momento en que vean peligrar su existencia, tanto los unos como los otros, los defiendan: ahí es donde se vislumbra el verdadero alcance de una relación birregional.
Crear un clima de confianza entre los diferentes Estados de las dos regiones es un proyecto a largo plazo. Las relaciones internacionales de la UE se han visto sacudidas por la guerra que inició y mantiene Rusia en Ucrania y han empujado a los 27 a mirar a los países de ALC como unos socios y no como simples proveedores de materias primas, como reclaman que hasta ahora los habían apreciado. Por eso la UE anunció la entrega de un capital de 45.000 millones de euros para contribuir a que los países que integran la Celac comiencen a librarse del atraso tecnológico que padecen y realicen la transición energética que exige el mundo de hoy. Este capital, cuyo objetivo es financiar el desarrollo de más de 130 proyectos en varios países que integran la Celac, es el gesto de Europa para mostrar que van en serio las intenciones de tener en ALC a grandes aliados. Además, con este paso, para muchas personas la UE ha demostrado que empieza a dejar de mirarse a sí misma como si fuese la economía más fuerte del planeta, para reconocer que países como China e India, en un futuro muy cercano, serán los más grandes productores de tecnología y de capital en el mundo.
Por su parte, los mandatarios de las economías fuertes y de los países con más peso político en ALC que asistieron a esta cumbre quizá vieron más que nunca que la integración regional no es real. El presidente Gustavo Petro lo expresó alto y claro en el cierre de la Cumbre de los Pueblos en el Parlamento Europeo: “La debilidad de América Latina y el Caribe está en que la integración existe en la teoría y no en la práctica. En cambio, en Europa sucede a la inversa porque sí existe una integración real y muy fuerte”, habiendo superado ya la retórica de la práctica.
Por tanto, concluyó el presidente colombiano, mientras los países de ALC no trabajen para conseguir una verdadera integración, defender sus intereses en bloque será una tarea ardua porque cada uno empujará solo para el lado que le convenga. Sin embargo, en esta cumbre, a pesar de la ausencia de la integración regional, los países con peso en el área como Brasil, Argentina, Colombia, Chile y Cuba, y que sí enviaron a sus mandatarios, dejaron sentadas las bases para que la UE vea a ALC con respeto. A partir de esta cumbre birregional, el objetivo es que la relaciones políticas entre estos dos lados del Atlántico sean mucho más paritarias. Y este sería un logro en buena parte de los actuales gobernantes de Brasil, Colombia, Chile y Argentina, por tanto, uno de los éxitos para destacar de esta reunión de 60 países latinoamericanos, caribeños y europeos.
Alemania lejos de la energía nuclear: un cambio en la mirada europea
Quizás el factor más relevante, por encima de la hegemonía económica de China en ALC y de la guerra de invasión de Rusia contra Ucrania, para que Europa viera la necesidad de ampliar sus relaciones económicas con esta región al otro lado del Atlántico, ha sido el hecho de que Alemania haya renunciado para siempre a su dependencia de la energía nuclear. El 15 de abril de 2023 cerró sus tres últimas centrales. Este país constituye la economía más fuerte de la UE, que además vuela mucho más alto que las otras que le siguen, Francia, España e Italia: la alemana es una de las economías más importantes del planeta.
Desde entonces Alemania, la mayor base industrial del continente, empuja a la UE a abrir nuevos espacios donde encontrar otras fuentes de energía. Y este lugar del mundo es América Latina. Además, el corte de suministro de gas acaecido como consecuencia de la guerra que libra Rusia en Ucrania ha impulsado con vehemencia a que la UE también diversifique. El principal exportador mundial de carros necesita socios fiables y pide a gritos que a su casa lleguen esas energías que ahora han descubierto en las denominadas tierras raras y que ya importa desde Australia y Canadá, pero que también pululan en los países de ALC, que se perfilan como una gran potencia en el suministro de este nuevo tipo de energías.
Cuando Europa vuelve la mirada hacia América Latina y el Caribe, a esta región del mundo se le abre un abanico de posibilidades económicas, políticas y ambientales. De las cumbres internacionales, dicen los expertos, lo más importantes no son los acuerdos que se firman en ellas, sino los contactos personales que se consiguen; esto, subrayan, es lo más relevante en la diplomacia, los negocios y los acuerdos de cualquier índole. Si no, todo se realizaría a través de los teléfonos y las pantallas. Por ello, todos los acercamientos binacionales y birregionales que se hayan podido dar en esta tercera cumbre UE-Celac habrán de saber aprovecharse en beneficio de los intereses regionales y unilaterales de los 60 países cuyos gobernantes se vieron las caras y se miraron a los ojos mientras debatían, discutían y acordaban.
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Ganaron todos y avanzaron las relaciones internacionales
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, al concluir la cumbre declaró: “Se abre una nueva etapa optimista y prometedora entre la UE y ALC. Esta reunión bilateral ha sido un verdadero éxito político. Ha sido una excelente cumbre que nos ha llevado a todos a apoyar con firmeza el empleo de energías limpias saludables. Se ha abierto un amplio campo de cooperación futura en áreas como la economía, el comercio, las inversiones, la transformación climática, la protección de la biodiversidad y la defensa del multilateralismo”. Destacó que a partir de ahora la UE y la CELAC disponen de la capacidad para impulsar mayor cooperación con base en principios de calidad de inversiones, justicia e igualdad, que generen condiciones de desarrollo para América Latina y el Caribe”.
El presidente de Argentina, presente en la rueda de prensa del cierre de la cumbre elogió la conformación de “este espacio de diálogo para abordar los desafíos comunes que enfrentan” ambas regiones, y señaló la importancia de “hablar con toda claridad para encontrar un mecanismo para terminar con el extractivismo”. El mandatario celebró el compromiso de terminar “con la idea de que América Latina es únicamente proveedora de producción primaria. Estoy muy satisfecho por los puntos de encuentro que hemos tenido. Esto ha sido muy importante para la región”.
En lo que respecta a Colombia, a pesar de que el Pacto Verde europeo fue excluido del tema de debate de la cumbre, el presidente Petro, en su discurso habló sobre esta exigencia que afecta directamente a los productos agrícolas y ganaderos de ALC, que pueden encontrarse con la negativa de poder entrar a Europa al no cumplir con las exigencias ambientales de la UE. El mandatario colombiano cuestionó que la huella de carbono en Europa es tres veces superior a la de los países de ALC, e invitó a los 60 países que asistieron a la cumbre a que, entre todos, comiencen ya a cuidar de verdad a la tierra, porque de no ser así “la catástrofe ambiental acabará con la vida en el planeta”. Colombia consiguió un respaldo al proceso de paz y a los diálogos que se adelantan con el ELN y otros grupos armados.
En la declaración final, que retrasó el cierre de la cumbre por más de tres horas, Europa consiguió que en ella se citara la guerra de Rusia en Ucrania. Pese a la reticencia de varios países, al final la mención a ella apareció y tomó protagonismo. Quizás el mayor logro en esta materia haya sido que Cuba y Venezuela la firmaran, a pesar de que intentaron durante muchas horas que se retirara de ella la expresión “guerra contra Ucrania”. Ellos se empeñaron en que se escribiera la “guerra en Ucrania”. Europa se plantó y los países cedieron a cambio de que se condenara el bloqueo de los Estados Unidos en Cuba y que no se condenara la situación política en Venezuela. Así, hábilmente, la UE consiguió que, de estas dos regiones del mundo, Nicaragua fuera el único país, entre 60, que se apartara de los demás. Por tanto, quedó claro que Rusia ha quedado más sola que nunca en el ámbito diplomático de la UE y la CELAC. El presidente Macron destacó el lado conciliador de los mandatarios brasileño y argentino, Lula y Fernández, respectivamente, para conseguir una redacción que dejara satisfechos tanto a los europeos como a los latinoamericanos y caribeños en este tema.
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En la declaración quedaron contemplados el sufrimiento causado por la esclavización que sufrieron millones de mujeres, niños y hombres durante la época de las colonias europeas en territorio americano, y la defensa de las comunidades indígenas, la condena contra las diferentes formas de discriminación, la defensa de los derechos humanos y de los trabajadores. Quizás lo más destacado de esta declaración fue que se selló el compromiso de luchar contra la crisis climática y trabajar por la reforma de organismos internacionales para lograr un desarrollo sostenible.
Los analistas europeos coinciden en afirmar que esta cumbre ha constituido un avance en las relaciones internacionales porque están convencidos de que Europa, ahora sí, y tras años de olvido, va a poner todo de sí para conseguir verdaderos aliados en 33 países en los que hasta ahora solo veía su importancia en sus relaciones comerciales. De su lado, ALC, ha logrado que Europa contemple que entre las dos regiones la relación sea simétrica y que, por primera vez, la mire con verdadero respeto. Ahora solo falta que ambas partes se pongan a trabajar para consolidar estas nuevas relaciones. Quienes piensan que los acuerdos de esta cumbre fueron mínimos y por tanto irrelevantes, parecen equivocados: países como Rusia, China y Estados Unidos seguramente no están pensando lo mismo. En Occidente se han comenzado a mover nuevamente las corrientes políticas que influyen en el mundo.
Colombia, con terreno abonado para un éxito en la IV Cumbre
Los países de la Celac le dieron toda su confianza a Colombia para celebrar la siguiente cumbre. Este ha sido un gran logro de la actual diplomacia del país. Su elección para la presidente pro tempore se convierte ahora en una gran oportunidad para poner sobre la mesa los temas que le interesan tanto al país como a la región para conseguir acuerdos beneficiosos y poner a América Latina y el Caribe en el marco de las decisiones internacionales. El país y el gobierno cuentan con dos años para preparar una cumbre con altura, con el respaldo tanto de la UE como el Celac para poder realizarla con éxito.
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En la III Cumbre UE-Celac, que se celebró los 17 y 18 de julio en Bruselas, se logró reanudar el diálogo entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), que había quedado suspendido desde 2015. Esta es la primera reunión de alto nivel entre estos dos lugares del mundo, separados por miles de kilómetros oceánicos, que se realiza en la nueva etapa de las relaciones internacionales en las que el bipolarismo ha quedado atrás para abrirle paso a un este mundo multipolar de hoy.
En palabras del presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, “de todas las reuniones en las que participé con la UE, esta ha sido la reunión más exitosa de todas. Pocas veces vi tanto interés político y económico de los países de la UE hacia América Latina”, ha declarado al diario El País de España.
La guerra que libra Rusia en Ucrania y la expansión económica de China en América Latina y el Caribe (ALC) han abierto los ojos a los 27 de la UE para reaccionar al descuido y la falta de visión estratégica que le impidieron ver que los países de ALC pueden ser sus verdaderos aliados, junto con los países africanos y asiáticos del Mediterráneo. Europa requiere con urgencia seducir a las naciones de la Celac mientras China ha logrado hacerse con la hegemonía económica de la región. Y si no hubiese sido por la invasión a Ucrania, quizás también Rusia sería hoy aliado político clave de los países más influyentes de ALC.
El trabajo de la cumbre que culminó en Bruselas apenas comienza. Justo ahora empiezan a entretejerse las relaciones que se relanzaron en estos dos días en la capital europea. Porque nunca antes la UE y ALC habían hablado tan sincera y abiertamente como lo han hecho ahora. Por parte de la UE, no se ha ocultado que los 27 necesitan de las relaciones económicas y políticas con los 33 de ALC, y, por contra, muchos de los presidentes de los países fuertes económica y políticamente de ALC han hablado por primera vez de igual a igual a los 27 de la UE en una cumbre de tan alto nivel como esta.
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Los países de ALC dejaron claro que necesitan exportar sus productos a Europa, pero que quieren dejar de ser únicamente proveedores de materias primas provenientes de la actividad extractivista: exigen que en la zona se elaboren los productos que saldrán de esos materiales y que más adelante serán consumidos por sus propios pobladores. Para ello necesitan recursos para adecuar tecnologías que, además, sirvan para la transición energética para cambiar las energías fósiles por las energías limpias. Igualmente, presidentes como el colombiano Petro y el brasileño Lula dejaron claro a los europeos que el cambio de la deuda por acción climática debe tomarse como una propuesta muy en serio porque el futuro de Europa y del mundo pasa por las reservas de biodiversidad de ALC, especialmente las de la Amazonía.
En esta cumbre, Europa buscaba, más allá de relaciones comerciales, sentar las bases para conseguir aliados estratégicos con afinidades reales, cuyos Estados respeten los acuerdos de toda índole, independientemente de los intereses políticos de quien gobierne, para formar equipo y conseguir la gobernanza internacional en votaciones esenciales como en la ONU y en todos los escenarios en los que se toman decisiones de gran calado para garantizar la estabilidad y la paz mundial. Por ello, la presidenta de la Comisión, la alemana Ursula von der Leyen, ha insistido antes, durante e insistirá después de la cumbre, para que la economías comiencen a integrarse ligando intereses comerciales que favorezcan tanto a Europa como a sus socios, para que en el momento en que vean peligrar su existencia, tanto los unos como los otros, los defiendan: ahí es donde se vislumbra el verdadero alcance de una relación birregional.
Crear un clima de confianza entre los diferentes Estados de las dos regiones es un proyecto a largo plazo. Las relaciones internacionales de la UE se han visto sacudidas por la guerra que inició y mantiene Rusia en Ucrania y han empujado a los 27 a mirar a los países de ALC como unos socios y no como simples proveedores de materias primas, como reclaman que hasta ahora los habían apreciado. Por eso la UE anunció la entrega de un capital de 45.000 millones de euros para contribuir a que los países que integran la Celac comiencen a librarse del atraso tecnológico que padecen y realicen la transición energética que exige el mundo de hoy. Este capital, cuyo objetivo es financiar el desarrollo de más de 130 proyectos en varios países que integran la Celac, es el gesto de Europa para mostrar que van en serio las intenciones de tener en ALC a grandes aliados. Además, con este paso, para muchas personas la UE ha demostrado que empieza a dejar de mirarse a sí misma como si fuese la economía más fuerte del planeta, para reconocer que países como China e India, en un futuro muy cercano, serán los más grandes productores de tecnología y de capital en el mundo.
Por su parte, los mandatarios de las economías fuertes y de los países con más peso político en ALC que asistieron a esta cumbre quizá vieron más que nunca que la integración regional no es real. El presidente Gustavo Petro lo expresó alto y claro en el cierre de la Cumbre de los Pueblos en el Parlamento Europeo: “La debilidad de América Latina y el Caribe está en que la integración existe en la teoría y no en la práctica. En cambio, en Europa sucede a la inversa porque sí existe una integración real y muy fuerte”, habiendo superado ya la retórica de la práctica.
Por tanto, concluyó el presidente colombiano, mientras los países de ALC no trabajen para conseguir una verdadera integración, defender sus intereses en bloque será una tarea ardua porque cada uno empujará solo para el lado que le convenga. Sin embargo, en esta cumbre, a pesar de la ausencia de la integración regional, los países con peso en el área como Brasil, Argentina, Colombia, Chile y Cuba, y que sí enviaron a sus mandatarios, dejaron sentadas las bases para que la UE vea a ALC con respeto. A partir de esta cumbre birregional, el objetivo es que la relaciones políticas entre estos dos lados del Atlántico sean mucho más paritarias. Y este sería un logro en buena parte de los actuales gobernantes de Brasil, Colombia, Chile y Argentina, por tanto, uno de los éxitos para destacar de esta reunión de 60 países latinoamericanos, caribeños y europeos.
Alemania lejos de la energía nuclear: un cambio en la mirada europea
Quizás el factor más relevante, por encima de la hegemonía económica de China en ALC y de la guerra de invasión de Rusia contra Ucrania, para que Europa viera la necesidad de ampliar sus relaciones económicas con esta región al otro lado del Atlántico, ha sido el hecho de que Alemania haya renunciado para siempre a su dependencia de la energía nuclear. El 15 de abril de 2023 cerró sus tres últimas centrales. Este país constituye la economía más fuerte de la UE, que además vuela mucho más alto que las otras que le siguen, Francia, España e Italia: la alemana es una de las economías más importantes del planeta.
Desde entonces Alemania, la mayor base industrial del continente, empuja a la UE a abrir nuevos espacios donde encontrar otras fuentes de energía. Y este lugar del mundo es América Latina. Además, el corte de suministro de gas acaecido como consecuencia de la guerra que libra Rusia en Ucrania ha impulsado con vehemencia a que la UE también diversifique. El principal exportador mundial de carros necesita socios fiables y pide a gritos que a su casa lleguen esas energías que ahora han descubierto en las denominadas tierras raras y que ya importa desde Australia y Canadá, pero que también pululan en los países de ALC, que se perfilan como una gran potencia en el suministro de este nuevo tipo de energías.
Cuando Europa vuelve la mirada hacia América Latina y el Caribe, a esta región del mundo se le abre un abanico de posibilidades económicas, políticas y ambientales. De las cumbres internacionales, dicen los expertos, lo más importantes no son los acuerdos que se firman en ellas, sino los contactos personales que se consiguen; esto, subrayan, es lo más relevante en la diplomacia, los negocios y los acuerdos de cualquier índole. Si no, todo se realizaría a través de los teléfonos y las pantallas. Por ello, todos los acercamientos binacionales y birregionales que se hayan podido dar en esta tercera cumbre UE-Celac habrán de saber aprovecharse en beneficio de los intereses regionales y unilaterales de los 60 países cuyos gobernantes se vieron las caras y se miraron a los ojos mientras debatían, discutían y acordaban.
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El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, al concluir la cumbre declaró: “Se abre una nueva etapa optimista y prometedora entre la UE y ALC. Esta reunión bilateral ha sido un verdadero éxito político. Ha sido una excelente cumbre que nos ha llevado a todos a apoyar con firmeza el empleo de energías limpias saludables. Se ha abierto un amplio campo de cooperación futura en áreas como la economía, el comercio, las inversiones, la transformación climática, la protección de la biodiversidad y la defensa del multilateralismo”. Destacó que a partir de ahora la UE y la CELAC disponen de la capacidad para impulsar mayor cooperación con base en principios de calidad de inversiones, justicia e igualdad, que generen condiciones de desarrollo para América Latina y el Caribe”.
El presidente de Argentina, presente en la rueda de prensa del cierre de la cumbre elogió la conformación de “este espacio de diálogo para abordar los desafíos comunes que enfrentan” ambas regiones, y señaló la importancia de “hablar con toda claridad para encontrar un mecanismo para terminar con el extractivismo”. El mandatario celebró el compromiso de terminar “con la idea de que América Latina es únicamente proveedora de producción primaria. Estoy muy satisfecho por los puntos de encuentro que hemos tenido. Esto ha sido muy importante para la región”.
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En la declaración final, que retrasó el cierre de la cumbre por más de tres horas, Europa consiguió que en ella se citara la guerra de Rusia en Ucrania. Pese a la reticencia de varios países, al final la mención a ella apareció y tomó protagonismo. Quizás el mayor logro en esta materia haya sido que Cuba y Venezuela la firmaran, a pesar de que intentaron durante muchas horas que se retirara de ella la expresión “guerra contra Ucrania”. Ellos se empeñaron en que se escribiera la “guerra en Ucrania”. Europa se plantó y los países cedieron a cambio de que se condenara el bloqueo de los Estados Unidos en Cuba y que no se condenara la situación política en Venezuela. Así, hábilmente, la UE consiguió que, de estas dos regiones del mundo, Nicaragua fuera el único país, entre 60, que se apartara de los demás. Por tanto, quedó claro que Rusia ha quedado más sola que nunca en el ámbito diplomático de la UE y la CELAC. El presidente Macron destacó el lado conciliador de los mandatarios brasileño y argentino, Lula y Fernández, respectivamente, para conseguir una redacción que dejara satisfechos tanto a los europeos como a los latinoamericanos y caribeños en este tema.
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Los analistas europeos coinciden en afirmar que esta cumbre ha constituido un avance en las relaciones internacionales porque están convencidos de que Europa, ahora sí, y tras años de olvido, va a poner todo de sí para conseguir verdaderos aliados en 33 países en los que hasta ahora solo veía su importancia en sus relaciones comerciales. De su lado, ALC, ha logrado que Europa contemple que entre las dos regiones la relación sea simétrica y que, por primera vez, la mire con verdadero respeto. Ahora solo falta que ambas partes se pongan a trabajar para consolidar estas nuevas relaciones. Quienes piensan que los acuerdos de esta cumbre fueron mínimos y por tanto irrelevantes, parecen equivocados: países como Rusia, China y Estados Unidos seguramente no están pensando lo mismo. En Occidente se han comenzado a mover nuevamente las corrientes políticas que influyen en el mundo.
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