El papa ha puesto la migración y la crisis climática en el centro de su agenda.
Foto: EFE - OSSERVATORE ROMANO
Desde el primer momento en el que se le vio por el balcón central de la basílica de San Pedro, el 13 de marzo de 2013, el mundo supo que el papado de Jorge Mario Bergoglio iba a ser muy diferente. El recién nombrado Francisco declinó el vestir con la tradicional capa roja (hasta en la moda quería empezar una revolución); también se negó a vivir en el palacio apostólico y prefirió, en cambio, una casa de huéspedes; pero lo más destacado fue su primera icónica frase con la que conmovió a todos: “Recen por mí”, que ha repetido y retumbado en...
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